De acuerdo a algunas investigaciones, cuando vemos rostros que bostezan en las fotos o en los videos, esto nos puede provocar un bostezo también. No es necesario ver la boca abierta, es suficiente mirar los ojos entrecerrados. Si bostezas mientras lees este artículo, quiere decir que ya has dibujado un bostezo en tu imaginación.
Los científicos relacionan las contagiosas ganas de bostezar con empatía: la capacidad de compartir las emociones y sentimientos ajenos. Ellos han determinado que después de ver fotos con criaturas que bostezan (incluyendo gatos y perros), en las personas se activan las áreas del cerebro responsables de la empatía. Compadecemos a los que bostezan y queremos compartir sus «problemas».
Bostezar se vuelve contagioso en una edad mayor a 4 años. Este fenómeno se explica con aburrimiento, cansancio o falta de oxígeno. Los científicos determinaron que bostezamos con mayor frecuencia a 20 °С, la temperatura promedio en los espacios donde trabajamos día tras día.
¿Cuántas veces has bostezado leyendo esta nota? ¡Compártelo en los comentarios para ver qué tan contagiosos son los bostezos en realidad!
Fuente del material mentalfloss