Nuestra vida se conforma de las decisiones que vamos tomando. Absolutamente todas las decisiones que tomamos, influenciadas o no en cierta medida por otras personas, son nuestras y nosotros somos los últimos responsables de ellas.Compartir
Tu vida es tuya y eres tú quien toma las decisiones en ella
Muchas veces nos vamos a encontrar queriendo tomar una decisión que no es aprobada por los demás. Decisiones que, en muchas ocasiones, se tachan de inconscientes, o de precipitadas… o simplemente son decisiones que los otros no pueden comprender. Las personas que nos quieren pueden temer las consecuencias de tomar esas decisiones en nuestra vida y para nuestro futuro.La vida, al fin y al cabo, es de quien la vive. Por supuesto hay decisiones que hay que meditar para saber desde qué lugar las estamos tomando. A veces tomamos decisiones cuando estamos muy enfadados o muy eufóricos, cuando quizás convenga pensarlas y meditarlas en un estado mucho más reposado para identificar deseos genuinos.
A veces culpamos al otro de nuestras decisiones
No podemos dejar manipularnos por ese “miedo” que los demás tienen ante las decisiones que queremos tomar.Las personas que nos quieren entenderán que el diseño de nuestro camino es una tarea propia, con nuestros valores y emociones, con nuestros pensamientos y con nuestras vivencias… con nuestra propia y original visión de la vida. Pensemos si queremos la vida que los demás quieren para nosotros. Sería ir en contra de nuestra naturaleza. Estaríamos condenados a una sensación sorda y constante de infelicidad y de inadecuación…
Acabaríamos culpando a los otros como consecuencia de nuestra falta de valentía y coraje.
Los demás no toman decisiones por nosotros. Las tomamos nosotros mismos. Desde el lugar del miedo o la cobardía, desde el lugar de la madurez y la adultez, desde el niño que llevamos dentro…
El aprendizaje vital nace de nuestras equivocaciones y de nuestros aciertos
Todos estos lugares son lícitos y márgenes de error imprescindibles. Que aburrida seria la vida si solo tomáramos decisiones perfectamente razonadas, “realistas” y bien encuadradas en el modelo de vida ideal que muchas veces nos sentimos obligados a cumplir.Tú eliges tu vida, sus matices y sus colores. ¿Que puedes errar? ¿Que puedes equivocarte con algunas decisiones? ¡Por supuesto! Nos equivocaremos muchas veces, pero esto jamás supondrá una equivocación en sí misma, precisamente porque el aprendizaje viene de las “malas” y las buenas decisiones que hemos tomado en nuestra vida.
De hecho, piénsalo, ¿qué experiencias han sido las que te han hecho madurar profundamente y saber lo que deseas en tu vida y lo que no? Así que vive tu vida como tú la quieras construir. Tómate tu tiempo y no te martirices demasiado por defraudar a los que te quieren. Ellos entenderán que solo tú puedes decidir lo que quieres y no en tu vida. Y sólo tú podrás darte cuenta de ello.
¡Ánimo en este camino!