El turista recorría el muelle tomando fotografías cuando vio a un pescador descansando placenteramente en su bote.
El turista se acercó al pescador y le preguntó por qué no estaba trabajando.
El pescador contestó que ya había pescado suficiente por ese día.
El turista le explicó entonces, que si él pescaba más peces podría venderlos, y utilizar luego ese dinero para comprar otro bote y contratar pescadores que pescaran para él.
Si se esforzaba mucho, en unos años tendría toda una flotilla de botes y una tripulación trabajando para él.
El pescador preguntó “¿y luego?“.
El turista le contestó, “pues no tendría que trabajar tanto y podría descansar durante el día“.
El pescador respondió:
“Eso es lo que estoy haciendo ahora“.