Estos 10 útiles consejos te ayudarán a proteger a tu hijo del peligro

Estos 10 útiles consejos te ayudarán a proteger a tu hijo del peligro

Tengo algo que decirles a las mamás y los papás. No tomará más de tres minutos y es muy muy importante. En 2014-2015 llevé a cabo al menos cien capacitaciones de seguridad, al menos 2000-3000 niños me dijeron cómo se imaginaban a un criminal y qué harían en caso de peligro.
Compartiré mis conclusiones contigo, de acuerdo a estadísticas exactas:
9 de 10 niños de 7–9 años no se saben de memoria los números telefónicos de sus padres. Piensa, ¿qué puede suceder si tu hijo se queda afuera sin su teléfono móvil?
19 de 20 niños de todas las edades llevarían a alguna señora amable a la tienda más cercana, le ayudarían a algún señor anciano a llevar hasta su auto a un gatito o una bolsa.
Al mismo tiempo, 10 de 10 alumnos de primaria están listos para considerar «viejitos» también a los cuarentones. Y, según les han enseñado, a los «viejitos» hay que ayudarles.
Aproximadamente la mitad de los niños de 10-14 años están seguros de que sin dificultad alguna identificarían en la calle a un delicuente (vestido de negro, temible, «tiene mirada rara», sonríe de forma no natural, ofrece un dulce, un hombre desordenado parecido a indigente o criminal).
Al menos la mitad de los niños, en caso de peligro, correría adentro de una casa o algún otro lado donde «se podrían esconder».
Todos los niños creen que pueden confiar en los «adultos conocidos», vecinos y amigos de sus padres entre ellos; en todas personas que alguna vez hayan visto.
19 de 20 niños de todas las edades definitivamente irían a algún lado con cualquier persona que les llame por su nombre y se sentirían avergonzados de gritar en voz alta: «¡Ayuda! ¡No conozco a esta persona!»
Solo es una parte poco divertida de las estadísticas.
Un verdadero delicuente no provoca sospechas. Por lo general, es el menos sospechoso de la gente. Es una persona amable, bien vestida, puede ser una mujer agradable o un viejito aliñado.
Nuestra tarea es hacer que nuestros hijos no se dejen convencer, que no se suban a autos ajenos, que sepan cómo reaccionar en caso de peligro y, lo más importante, que nos cuenten sinceramente acerca de todo lo que les sucede fuera del alcance del control de sus padres.

Las reglas de oro de la seguridad



  1. Dale indicaciones positivas en lugar de negativas, súbele su autoestima. En lugar de «jamás aceptes nada de las manos de un extraño» dile: «Siempre pregúntame si alguien te ofrece un dulce, un juguete o te invita a algún lado, ¿me lo prometes?».
    En lugar de «te perderás, me engañarás» dile: «Confío en ti, lo estás haciendo muy bien». Alábalo por los detalles pequeños.

  2. Sustituye las indicaciones y las intimidaciones con un juego. Debemos enseñarles a los niños las situaciones más comunes con un ejemplo. Enseñárselas, no describirlas.
    Primero enseña el ejemplo tú y luego pide que lo repita: «Tu turno».




  1. Durante cada paseo dedícale cinco minutos a la seguridad. Integra las conversaciones acerca de esto entrando a la casa, a un elevador, cuando veas una obra en construcción o almacenes/cocheras.

  2. Dale ejemplo. Mira a través de la mirilla quién está tocando. Siempre cierra la puerta de la entrada con llave incluso si solo sales un minuto.

  3. Aprende con tu hijo los números telefónicos, la dirección, cómo usar las teclas de acceso rápido. Incluye también la observación de autos: enséñale a recordar las marcas y las placas de autos. También puedes enseñarle las calles, los nombres de los supermercados y los establecimientos más cercanos a tu casa. Estos sencillos ejercicios no solo desarrollan la observación sino también la habilidad de valorar el mundo exterior desde el punto de vista de la seguridad.

  4. Repite en quién de los adultos conocidos tu hijo puede confiar. Dile que ningún extraño puede tocarlo, besarlo o acariciarlo. Puedes presentar esta información así: «Cada persona tiene su espacio personal y solo los más cercanos tienen acceso a él, y con límites. Tus personas cercanas son tu familia, nadie más».

  5. Habla sobre temas «complicados». La mayoría de los padres no quieren hablar con sus hijos acerca de secuestros, extorsiones y, mucho menos, la posibilidad de abuso sexual. Es un error. Cuanto más abierto, tranquilo y honestamente hables con tus hijos acerca de estos asuntos tan complicados, más confianza les provocas.

  6. Dale su primera independencia. Caminatas, paseos en el transporte público, salidas con sus amigos. Es una experiencia dolorosa para nosotros, los padres. Sin embargo, enseñándoles a nuestros hijos a ser independientes, cultivamos en ellos la confianza y la responsabilidad.

  7. Muestra tu debilidad. Debes ser amigo de tu hijo. Y los amigos comparten incluso lo que les da vergüenza. Puedes decirles a tus hijos acerca de tus errores, fracasos, porque de todas formas ven tus lados fuertes y débiles. De esta forma, para cuando tu hijo llegue a la difícil etapa adolescente, tendrás un vínculo fuerte con él y una confianza de amigos.

  8. Respeta los acuerdos. No regañes a tu hijo por llegar tarde si te había avisado. Toma por regla: si pides permiso a tiempo, si avisas, lo más probable es que consigues lo que quieres. Pero si engañas, seguirán unas sanciones bien merecidas. Es importante hacer que tu niño entienda que lo importante no es prohibir sino estar seguros de que se puede llegar a un acuerdo.


Queridos padres, no podemos hacer que a nuestros hijos jamás los amenace nada. Pero sí, podemos hacer mucho para que en caso de peligro no solo sepan cómo actuar sino que lo hagan y apliquen sus conocimientos sin dudar.

Material del libro de la psicóloga Lía Sharova: «Stop-Peligro. Niños en peligro».

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