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Las 15 Ilustraciones que se burlan de la vida cotidiana y retratan pequeños placeres

Agustina Guerrero es una joven artista argentina que vive en España
Con sus ilustraciones consigue retratar el lado gracioso de cada situación cotidiana y hacer que todos, en especial las mujeres, nos sintamos un poco identificadas con su personaje. Tiene una larga trayectoria publicando de manera virtual su divertidas viñetas y recientemente publicó Diario de una volátil, un libro que recopila su trabajo y que ha sido traducido a varios idiomas.
Ella misma dice: «Cuando alguien me pregunta de qué vivo, a veces, lo explico haciendo dibujitos».

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La opinión del otro… una genial historia que podria ayudarte

En un amplio patio de la casa más elevada del poblado, descansaba un hombre anciano cuyo rostro, se decía, inspiraba una extraña mezcla entre misericordia y firmeza.
Era conocido por el nombre de Khalil; y de todos era sabido que de sus palabras parecía brotar un manantial de sabiduría.

Un día de sol, en el que el anciano se hallaba meditando bajo la sombra de una vieja higuera, se presentó ante el umbral de su jardín un joven, que dijo:

– “Amigo sabio, ¿puedo pasar?”

– “La puerta está abierta” – respondió Khalil.

El joven, cruzando el umbral y acercándose al anciano, le dijo:

– “Me llamo Maguín y soy artista. Mi trabajo es sincero y pleno de sentimiento, sin embargo tengo un gran problema: me atormentan las críticas que se hacen de mi vida, mi obra y mi persona. Vivo obsesionado por las descalificaciones de los críticos de arte, y por más que trato de que no me afecten, me acaban esclavizando…

Sé que eres un hombre sabio y que tu fama de sanador alcanza los horizontes más remotos. Dicen también que tus remedios son extraños, pero sin embargo, no me falta confianza para acudir a ti, con el fin de conseguir la paz que tanto necesito en la defensa de mi imagen.”

Khalil, mirando al joven con cierta indiferencia, le dijo:

“Si quieres realmente curarte, ve al cementerio de la ciudad y procede a injuriar, insultar y calumniar a los muertos allí enterrados. Cuando lo hayas realizado, vuelve y relátame lo que allí te haya sucedido.”

Ante esta respuesta, Maguín se sintió claramente esperanzado en la medicina del anciano. Aunque se hallaba un tanto desconcertado por no entender el porqué de tal remedio, se despidió y salió raudo de aquella casa.

Al día siguiente, se presentó de nuevo ante Khalil.

– “Y bien, ¿fuiste al cementerio?” – le pregunto éste.

– “Sí” – contestó Maguín, con un tono algo decepcionado.

– “Y bien, ¿qué te contestaron los muertos?”.

– “Pues, en realidad no me contestaron nada, estuve tres horas profiriendo toda clase de críticas e insultos, y en realidad, ni se inmutaron”.

El anciano sin variar el tono de su voz le dijo a continuación:

– “Escúchame atentamente. Vas a volver nuevamente al cementerio, pero en esta ocasión vas a dirigirte a los muertos profiriendo todos los elogios, adulaciones y halagos que seas capaz de sentir e imaginar”.

La firmeza del sabio eliminó las dudas de la mente del joven artista por lo que despidiéndose, se retiró de inmediato.

Al día siguiente Maguín volvió a presentarse en la casa de anciano…

– “¿Y bien?”

– “Nada” – contestó Maguín con un tono muy abatido y desesperanzado.

– “Durante tres horas ininterrumpidas, he articulado los elogios y elegías más hermosos acerca de sus vidas, y destacado cualidades generosas y benéficas que difícilmente pudieron oír en sus días sobre la Tierra, – y… ¿qué ha pasado?. – Nada, no pasó nada. No se inmutaron, ni respondieron. Todo continuó igual a pesar de mi entrega y esfuerzo. Así que… ¿eso es todo?”, preguntó el joven con cierto escepticismo.

– “Sí” – contestó el viejo Khalil.

– “Eso es todo… porque así debes ser tú, Magín:
indiferente como un muerto a los insultos y halagos del mundo… porque el que hoy te halaga, mañana te puede insultar, y quien hoy te insulta, mañana te puede halagar.
No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo, más allá de los claros y los oscuros del mundo.
Que ni el elogio de los vivos te ensalce, ni la crítica te rebaje”.

«PERSISTENCIA» Recuerda esta palabra, te ayudara por el resto de tu vida…


Nada en el mundo puede remplazar a la persistencia.
Ni siquiera el talento, ya que es muy común encontrar hombres fracasados pero con talento.
Ni siquiera la genialidad, ya que los genios no reconocidos abundan. Ni siquiera la educación, ya que el mundo está lleno de indeseables educados.
Solamente la persistencia y la determinación son omnipotentes para resolver los problemas.

Calvin Coolidge

¿Ya has pescado suficiente?

Hay una pequeña historia sobre un turista y un pescador:

El turista recorría el muelle tomando fotografías cuando vio a un pescador descansando placenteramente en su bote.

El turista se acercó al pescador y le preguntó por qué no estaba trabajando.

El pescador contestó que ya había pescado suficiente por ese día.

El turista le explicó entonces, que si él pescaba más peces podría venderlos, y utilizar luego ese dinero para comprar otro bote y contratar pescadores que pescaran para él.

Si se esforzaba mucho, en unos años tendría toda una flotilla de botes y una tripulación trabajando para él.

El pescador preguntó “¿y luego?“.

El turista le contestó, “pues no tendría que trabajar tanto y podría descansar durante el día“.

El pescador respondió:

Eso es lo que estoy haciendo ahora“.

Tú todavía estás creciendo…

En la selva vivían tres leones.

Un día el mono, el representante electo, convocó a todos los animales a una reunión para que entre todos se tomara una decisión.

Todos nosotros sabemos que el león es el Rey, pero hay una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes.

¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia?. ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?.

Los leones supieron de la reunión entre los animales y comentaron entre si: es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes.

Luchar entre nosotros no queremos ya que somos amigos…

Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿cómo descubrirlo?.

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones:

Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que van a escalar la “Montaña Difícil”.

El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la mas alta de toda la selva.

El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar.

El segundo empezó con muchas ganas, pero también fue derrotado.

El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres leones fueron derrotados, ¿cómo elegirían un Rey?.

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:

¡Yo sé quien debe ser el rey!.

Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

¿Cómo?, preguntaron todos.

Es simple… dijo el águila.

Yo estaba volando bien cerca y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil, escuché lo que cada uno le dijo a la Montaña.

El primer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!.

El segundo león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!.

El tercer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido, por ahora!, pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía ¡yo aun estoy creciendo!.

La diferencia…, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota, pero no desistió; y quien piensa así, es porque es más grande que su problema.

Él es el rey de si mismo, está preparado para ser Rey de los demás.

Los animales aplaudieron con entusiasmo al tercer león que fue coronado como “El Rey de los animales”.

No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas.
Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero tú no.
Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.
Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo,
¡Tú todavía estás creciendo!.