Les Avanchets, una ciudad en Ginebra, Suiza, se podría considerar como uno de los lugares más dignos de imitar en el mundo entero, en lo que a ecología y trabajo en equipo se refiere. ¿La razón? En ella se promueve que cada habitante cultive su propio huerto de alimentos en su jardín. Todas las frutas y verduras que se les de la gana para el consumo familiar. Pero además, para intercambiar con los vecinos.

Alimentos orgánicos que les permite tener una dieta balanceada y muy sana. Que les permite ahorrar dinero, cuidar el medio ambiente, pero aún más interesante, que fomenta la integración social y va creando relaciones interpersonales más fraternas y solidarias.

Esta práctica se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando el gobierno entregó terrenos a los granjeros y trabajadores para que pudiesen autosustentarse en momentos de escasez. De hecho, en la actualidad hay cerca de 50 mil hectáreas de huertos urbanos en el territorio, que esperamos, se sigan expandiendo alrededor del país y el mundo.

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