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Viajar en pareja es posiblemente una de las modalidades más extendidas del mundo, recayendo normalmente en lugares que incitan a la tranquilidad, las cenas románticas frente al atardecer y, especialmente, ciertos intereses comúnes. Sin embargo, desde América a Asia, son muchos los lugares etiquetados universalmente como paradas obligatorias para todos los enamorados del planeta, como estos lugares turísticos para viajes en pareja.
Fernando de Noronha, Brasil
Desconocido hasta por algunos brasileños, este archipiélago considerado como la particular «Atlántida» del país carioca y perdido al norte del país, constituye un paraíso para los amantes del ecoturismo y el buceo, donde nadar con tiburones es un juego de niños, Internet no existe y las playas se convierten en un particular Edén perdido.
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Tanzania
La película Memorias de África, ambientada en el Serengeti de Tanzania, incitó a las agencias a iniciar safaris que reproducían baños de espuma, champagne bajo carpas en medio de la sabana, un paseo en globo y alguno de los mejores atardeceres del mundo en las mismas entrañas de África. Un viaje para parejas aventureras.
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Krabi, Tailandia
Situada al sur de Tailandía, Krabi es una isla menos masificada que Phucket o Phi Phi, siendo accesible tan sólo en barco y marcando el inicio de una costa salpicada de junglas tropicales e inmensos peñascos, ideal para los amantes de las playas, quienes encontraran en Maya Bay su principal rincón idílico.
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Isla de Santa Lucía
El Caribe contiene muchas islas destinadas al turismo romántico, pero elegimos la pequeña Santa Lucia por su introducción del concepto de «hotel de 3 muros». Y es que son muchos los resorts que sustituyen esa cuarta pared con vistas a los bananos y selvas tropicales que abrazan la montaña y el mar, permitiendo una total intimidad a las parejas que buscan descansar entre la civilización y el paraíso.
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Verona, Italia
A excepción de Venecia, ¿puede haber una ciudad más romántica en Italia que la de Romeo y Julieta? Si viajáis en verano podréis disfrutar de una ópera al aire libre en el interior de su famoso anfiteatro, mientras la Casa de Julieta que inspiró a Shakespeare es un museo ajardinado que representa esa elegancia y sofisticación que recorre las calles de esta ciudad.
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