- En primer lugar, dibuja en un papel un círculo grande, en su centro otro círculo pequeño (de unos 5 cm de diámetro). Posteriormente, siéntate, relájate en tu silla y mira fijamente ese pequeño círculo. Siente que tus ojos se centran en él.
- Ahora, por un momento, cierra los ojos y presta atención directa a los acontecimientos que han despertado en ti esas fuertes emociones negativas. De forma clara, define aquello que, exactamente, para ti, ya no quieres.
- Después, piensa en lo siguiente: «Yo sé exactamente qué no quiero... ¿Qué es lo que de verdad quiero?»
- Define claramente aquello que quieres. Es mejor que, mientras tanto, te intentes guiar por aquello que quieres sentir y que está intrínsecamente relacionado con esta situación. En pocas palabras, expresa tu deseo y apúntalo en ese pequeño círculo, el que ahora ya conocemos como centro de la rueda.
- Todo aquello que rodea al centro de la rueda bien te sirve para escribir aquellos pensamientos próximos a lograr ese objetivo concreto, el resultado de tus logros, todo aquello que puede levantar tu estado de ánimo. Imagina que el círculo grande es un gran reloj de pequeñas sensaciones positivas. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, escribe el primer pensamiento a las 12 en punto, el siguiente a la una, luego a las 2 y así sucesivamente, hasta alcanzar un total de 12 propuestas, todas ellas derivadas de emociones positivas.
Por ejemplo, si realmente quieres perder peso, escríbelo en el centro de la rueda pequeña. A su alrededor, escribe tus motivaciones, cuando escribas la última, sentirás todas las posibilidades reales que te permiten alcanzar buenos resultados.
El método de la «Rueda de la atención» es eficaz, en primer lugar, porque las frases que apuntas las has elegido tú conscientemente, de forma deliberada. Son las creencias que siempre considerabas ciertas y coinciden con tus deseos.
Por lo tanto, todo se centra en lograr el objetivo proyectado en el centro de la rueda. Una buena propuesta para alcanzar la evidencia de que las realizaciones de tus deseos son ciertas, posibles y reales. Tú puedes lograr todo lo que quieras, para luchar por ello sólo tienes que empezar.