Los investigadores del King College de Londres han establecido un vínculo entre la ansiedad y una fuerte imaginación. Esto es lo que comenta sobre este descubrimiento el Dr. Adam Perkins, un destacado especialista en neurociencia del instituto:
Si en la mente de una persona predominan los pensamientos negativos, esto indica un alto nivel de actividad espontánea en la corteza prefrontal del cerebro el cual responde por la recepción de amenazas. Debido a esta actividad los que piensan demasiado empiezan a entrar en pánico o experimentar emociones negativas, aún cuando no existe ninguna amenaza considerable.
La imaginación vívida lleva a la humanidad por el camino del progreso. El Dr. Perkins añade:
La gente alegre y descuidada, por definición, no puede pensar en los problemas. Así, el hecho de impulsar nuestro mundo hacia adelante descansa sobre los hombros de los neuróticos. Es fácil observar esta tendencia en los ejemplos de los genios de nuestra historia. Recuerda cómo eran de pensativos y tristes Isaac Newton, Charles Darwin, Vincent Van Gogh, Nietzsche, Fyodor Dostoevsky, Kurt Cobain, la lista es muy larga. El mejor dicho sobre este tema pertenece a John Lennon: " El genio es un dolor".
Así que la próxima vez que veas a una persona que piensa demasiado, no te apresures en molestarte. ¡Tal vez sea sólo un maldito genio!