Wang Englin tiene más de 60 años, y estudió hasta tercero de primaria. Vive modestamente, apenas gana 7 dólares al mes, según el diario People’s Daily Online. Al igual que los demás miembros de su aldea, viven de la agricultura, pero una fábrica empezó a vertir desechos tóxicos en sus tierras en 2001.
La fábrica Qinghua Group emplea a 5 mil personas en minas en toda China, procesando y comerciando con minerales. Tiene un patrimonio de alrededor de 250 millones de dólares. Según los medios de comunicación, Qinghua empezó a vertir desechos en las tierras del señor Wang a principios de 2001.
Cuando estaba jugando cartas y cocinando con sus vecinos en el Año Nuevo, el agua sucia empezó a inundar su casa. Desde entonces la empresa ha vertido más de 15 mil toneladas de desechos químicos cerca de la villa, que a su vez está cerca de la ciudad de Qiqihar, al noreste de China.
La corporación inutilizó 71 acres de tierra al derramar ahí carbonato de calcio, y llenó 478 acres con líquidos de desecho, según los documentos del gobierno citados en el reporte. Wang se quejó a las autoridades, pero estas solamente respondieron que necesitaban pruebas. Fue entonces cuando empezó a estudiar la manera de defender sus tierras.Según el diario Daily Mail, dijo:
“Sabía que estaba en lo correcto, pero no sabía qué leyes había quebrantado la otra parte, o si había evidencia o no”, dijo.
Inicialmente se vio obligado a estudiar copiando los libros a mano en una librería, donde pagaba con sacos de maíz al dueño para que lo dejara copiar los libros, y se ayudaba solamente con un diccionario. En 2007 empezó a recibir asesoría legal, luego de media década de estudio. Finalmente, pudo llenar legalmente una petición.
Según medios de comunicación, luego de muchos intentos de obtener justicia, ignorado por las autoridades y cortes locales, así como de recibir contrademandas, el caso finalmente llegó a la corte. Ahora, 8 años después de que hiciera su demanda, la Corte del Distrito de Angangxi, falló contra el Qinghua Group, obligándola a dar una compensación de 120 mil dólares aproximadamente, al señor Wang y a sus vecinos.
Sin embargo, Wang todavía no debe cantar victoria, pues todavía hay recursos legales que la compañía seguramente utilizará, informan los medios locales.