El soldado retirado compró el Nokia 3310 allá por el 2000, y 17 años después sigue como nuevo. Ha sido lavado, revolcado en curry y sólo necesita ser cargado cada 10 días. Es verdad lo que dicen, los Nokia son indestructibles.
En verdad, ¿a cuantos de nosotros se nos ha estrellado la pantalla del móvil con sólo voltearlo a ver?
Y aunque es un modelo viejo, el Nokia 3310 es uno de los mejores vendidos de todos los tiempos. Cuando salió al mercado vendió 125 millones de aparatos. Dave, incluso, llevó a su indestructible compañero a Iraq y Afganistán, en plena zona de batalla, y sigue funcionando.
“Ha estado conmigo en las buenas y en las malas. Se me ha caído en numerosas ocasiones, en el suelo, en curry, incluso se ha ido a la lavadora.
“Cada vez que sucede, sólo lo limpio, lo seco, lo apago y lo enciendo de nuevo y funciona. Es como si estuviera hecho de kryptonita, es indestructible”.
Y claro que el Nokia tiene cicatrices de batalla, pero Dave dice que está en perfectas condiciones, y no le interesa un celular con cámara, pues tiene una y no es muy fan de las selfies.
“Estoy perfectamente bien con lo que tengo. ¿Por qué querría cambiarlo?”.
Cuando dejó la milicia, después de 29 años, puso su celular en un cajón y se olvidó de él.
“Mis días en la armada estaban planeados, así que salía a trabajar y regresaba, como lo dictaba el plan. No tenía necesidad de avisar dónde me encontraba, y podía estar en contacto con mi familia a través de otros medios”.
El hijo de Dave intentó ponerlo al corriente, comprándole un celular nuevo, pero no lo quiso; no estar al pendiente del Internet lo hace sentir libre. No quiere ser el tipo de persona que está siempre con el teléfono en la mano. Sin embargo, cuando tiene un momento libre, disfruta de jugar el “juego de la vivorita”, el Snake, todo un clásico.
Por si no lo sabían, el primer celular se dio a conocer hace 32 años, pero se dice que hay prueba de que los celulares son más viejos que eso. Arqueólogos creen haber encontrado un celular de 800 años.
Este objeto fue encontrado en Austria, y parece estar hecho de arcilla. Inclusive tiene formas en él, como de botones, con simbología similar al del lenguaje del Antiguo Iraq.