Pero su historia no ha sido fácil, cuando Vicky Keahey conoció a Aasha su condición era deplorable, estaba muy enfermo y en un grave estado de desnutrición y descuido. Esta rescatista sacó a Aasha de un circo ambulante, en donde el tigre compartía la jaula con otro más grande que constantemente lo atacaba.
Aasha no hubiera resistido unos meses más
Cuando la vio por primera vez, a sus 9 meses, pesaba solamente 13 kilos, que implicaría el peso de un tigre de 3 meses. En cuanto la vio pudo ver que tenía tiña pues tenía calvas en casi todo su cuerpo y su piel estaba agrietada y con zonas sangrientas. Además, tenía heridas abiertas que eran por causa de las mordeduras del otro tigre, que jamás le habían atendido.