La inteligencia emocional consiste en identificar y administrar tus emociones y las de otros. Ser perceptivo a los sentimientos de los demás y no dejarse llevar sólo por los datos duros, sino dar paso a la interpretación y la emoción.
La comprensión emocional, la habilidad para usar emociones al pensar y resolver problemas y la habilidad de controlar las emociones son básicas para tener una buena inteligencia de ese tipo, pero hay otras claves que nos pueden servir desde niños hasta el último día de nuestras vidas para crecer como personas emocionalmente inteligentes.
1. Calmarse y explicar
Cuando algo no te parece o no sale tal como debería haber salido, puedes entrar en conflicto, contrariarte y perder los estribos. Una forma de mejorar es explicarte paso por paso qué es lo que sucedió y por qué no dio los resultados que querías. Puede que tardes en dar en el clavo, pero el análisis, aunque no llegue fácilmente, te hará entender que nunca tendrás el control completo de las cosas, y así podrás soltar mucho que no depende de ti. Tristeza, rabia y enojo pueden ser reemplazadas al tener la mente iluminada.
2. Ser empático
Hay odio en todas partes, pero nunca es bueno responder odio con más odio. A veces, aunque sepamos que alguien no tiene la razón, es bueno ponerse en sus zapatos e intentar entender por qué dicen eso o toman esas decisiones. La mayoría de las veces encontrarás que son problemas de comunicación o el haber crecido en distintos contextos, eso también te ayudará a ver que tal vez muchas de tus creencias pueden ser contrariadas por otras personas y que no existe una verdad universal.
3. Reaccionar
Podemos caer en los mismos errores, pero mientras nuestra reacción sea distinta y siempre enfocada a mejorar y ayudar, nos daremos cuenta de que nuestra inteligencia emocional crece. Oscar Wilde alguna vez dijo: “la experiencia es simplemente el nombre que le damos a nuestros errores”.
Somos nuestras acciones y repetir patrones es parte de nuestra inteligencia emocional. Hay que tomar acción, planificar y ejecutar de otra forma, y esos nuevos caminos nos abrirán los ojos a nuevas emociones y experiencias.
Busca dentro de ti qué es lo que te da miedo, qué es lo que no soportas, qué es lo que desconoces y cómo enfrentar esas cosas te hará más feliz. Eso es lo que busca la inteligencia emocional, la felicidad. Y es justamente eso por lo que muchos viven y lo que otros tantos desconocen, por buscarla en objetos materiales y no en su sentir y sus relaciones con otras personas.