A veces, vemos personas que parecen ser líderes naturales, tan espontáneos, seguros de sí mismos, y capaces de agradar a cualquiera. Lo más probable, es que esa imagen que proyectan esté basada en muchas pequeñas cosas.
Es cierto que hay personas que parecen tener incorporadas ciertas conductas que les hacen destacar. Pero lo cierto también es que la mayoría pueden aprenderse e internalizarse.
Más allá de que convertirse en un experto puede llevar mucho tiempo y entrenamiento, estos trucos te ayudarán a posicionarte mejor en situaciones sociales, como interactuar con un nuevo grupo de personas o introducirte en un nuevo ambiente de trabajo.
1. Si quieres que alguien se sienta bien, valida lo que ha dicho repitiéndolo.
La mayor parte de nuestros actos cotidianos son una búsqueda de validación. A todos, incluso a los más reacios a aceptarlo, nos resulta importante la validación de los demás.
Cómo hacerlo
Por eso, al validar lo que una persona acaba de decir, generas una sensación positiva hacia ti. Una manera fácil de hacerlo es la siguiente:
Cuando alguien acabe de decir algo que es muy importante para esa persona, repítelo con tus propias palabras. Eso le hará ver que eres un buen oyente, y que te importa lo que te están diciendo.
2. Cuando quieras un favor, usa la frase “necesito tu ayuda”
Usar las palabras correctas es fundamental para poder relacionarnos con los demás de la manera adecuada.
Si quieres conseguir que alguien te haga un favor, lo mejor es que comiences la frase con las palabras “necesito tu ayuda”. Eso hará sentir a la otra persona halagada, y no utilizada.
Además, cuando alguien nos pide ayuda y se la negamos, lo natural es que luego sintamos una fuerte culpa. Por eso, las personas tenderán a ayudarte si se lo pides.
3. Si esperas una respuesta positiva, asiente mientras habla
Muchas veces el pensamiento inconsciente es más poderoso que nuestra razón. Sabiendo cómo llegar directamente a él, podremos lograr grandes cosas.
En el caso de que quieras que alguien acepte un acuerdo, te permita hacer algo, o simplemente te dé la razón, una buena forma de inducirlo es asintiendo mientras hablamos.
Cómo funciona:
Los humanos tendemos a imitar movimientos de los demás. Si tú asientes, tu oyente posiblemente asienta también. Al asentir, le enviará inconscientemente un mensaje claro al cerebro “acuerdo con esta persona”.
Al final, será más fácil que tienda a darte la razón.
4. Crúzate de brazos para saber si alguien te está prestando atención
Justamente porque tendemos a imitar los movimientos de los demás, es que puedes utilizar también este truco.
Si estás hablando con alguien y sientes que no te está prestando verdaderamente atención, crúzate de brazos. Lo más probable es que si está muy atento a lo que estás diciendo, te imite sin darse cuenta.
5. Si al hacer una pregunta te contestan por la mitad, espera. Seguirán hablando.
A veces si no conocemos mucho a otra persona, y le preguntamos algo, puede que la respuesta no satisfaga del todo lo que queríamos saber. Puede pasar por falta de confianza o porque la pregunta fue poco clara.
Lo mejor en ese caso no es repreguntar. Sino quedarse en silencio, manteniendo el contacto visual. Eso ejercerá cierta presión sobre la otra persona, y lo invitará a seguir hablando.
Aunque parezca un poco directo, eso afianzará la confianza.
6. Finge hasta lograrlo
Si quieres disfrutar de ser extrovertido y hablar con la gente, pero en realidad es algo que te causa mucho malestar, tenemos una propuesta para hacerte: finge.
Si actúas como si algo te gustara, aunque lo odies, de a poco se irá instalando en tu cerebro. Digamos que a la larga se convertirá en hábito, igual que otras cosas, y empezarás a disfrutar en serio.
Esta idea vale igual si quieres sentirte más atractivo, si quieres sentirte más confiado, etc. Si no crees poder hacerlo, finge que puedes. Verás que eventualmente, habrás dejado de fingir.
7. Si llamas a alguien para verlo, muéstrate emocionado
La emoción se contagia. Si quieres encontrarte con alguien, lo mejor es mostrar verdadero entusiasmo a la hora de llamarlo para concretar la cita.
Así tendrás más posibilidades de que te acepten que si llamas con tono de pesadumbre.
8. Efecto Benjamin Franklin: pide favores
Se trata de un efecto psicológico cuyo descubrimiento se le adjudica a Franklin. Según la psicología, tendemos a apreciar más a una persona a la que le hemos hecho un favor, y a odiar a las personas a las que hemos lastimado.
¿La razón? Es que nuestro cerebro necesita justificar nuestras acciones. Entonces, si le hemos hecho un favor a alguien, nuestro cerebro asume que esa persona nos agrada.
Al contrario, si hemos dañado a una persona, nuestro cerebro intenta justificarlo asumiendo que esa persona no nos cae bien.
Por eso, si tienes a alguien muy en contra, puedes ganártelo pidiéndole un favor al que no se pueda rehusar. Eso hará que, posiblemente, te aprecie más y te quiera hacer nuevos favores en el futuro.