El escaso sustento médico de los "remedios milagro" hace que recurrir a ellos signifique poner en riesgo tu salud.
La medicina tradicional está cada vez más preocupada por las llamadas terapias alternativas. Tan es así que a principios de 2017, el Colegio de Médicos de Madrid eliminó la acupuntura, la homeopatía y la medicina naturista de su programa educativo y tampoco aceptará ofrecer cursos y conferencias sobre ellas.
Dicha decisión fue tomada a partir de la proliferación de embaucadores y charlatanes que ofrecen "alivio o curaciones totales" a enfermedades por medio de remedios naturistas o técnicas engañosas que según investigaciones científicas, carecen de evidencia clínica suficiente para considerarlos terapias eficaces.
Estos pseudomédicos han llegado a los peligrosos límites de vender remedios como la solución mineral milagrosa (MMS) o clorito de sodio, una especia de lejía promovida como una medicina para curar enfermedades graves como el cáncer o incluso el autismo.
Dentro de este amplio universo de la medicina alternativas, destaca la presencia de algunos insectos como remedios para la cura de distintos tipos de enfermedades, pues son por demás conocidas las propiedades nutrimentales que aportan al organismo. Desde épocas inmemoriales, los insectos han formado parte de la dieta de los seres humanos, pero su papel en la medicina tradicional resulta poco difundido en Occidente.
¿Qué son los gorgojos chinos?
Los gorgojos chinos o chinitas, un tipo de escarabajo conocido científicamente como tenebriónido y perteneciente a la familia de los tenebrios, son un ejemplo claro de ello: su consumo ha sido promovido para tratar distintas enfermedades como diabetes, artritis, psoriasis, artrosis, mal de Parkinson, asma e incluso cánceres agresivos. Sin embargo, las personas que consumen estos insectos como tratamiento médico corren un grave riesgo: los animalillos contienen un químico corrosivo causante de dolores abdominales, sensación de quemazón, diarrea, vómitos e incluso la muerte: la benzoquinona.
La ingesta de gorgojos chinos como tratamiento médico (llamado coleoterapia) se realiza mediante un método matemático sencillo: hay que comer uno el primer día, dos el segundo, tres el tercero y así de manera sucesiva hasta llegar a 70 insectos y días. Después se hace una pausa de una semana y se reanuda la ingesta pero de manera regresiva. Los insectos se deben ingerir vivos, nunca deben ser mordidos sino tragados con agua, yogur o en cápsulas como las de los medicamentos tradicionales.
Este tipo de escarabajo se cría en frascos de vidrio y se alimenta con pan de salvado, maní con cáscara sin tostar, fruta y azúcar procurando un ambiente cálido y con poca luz (ya que suelen ser más activos por la noche); provocando que muchas personas abran su propio criadero de gorgojos. Cuando los gorgojos mueren en el estómago, liberan proteínas y sustancias benéficas como la coleotoxina, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico del organismo, pero nunca ataca la enfermedad. Según testimonios, las personas que han probado esta terapia afirman notar resultados positivos al cabo de diez días.
La realidad es que, tal y como ocurre con todos los productos milagro, son pocos los estudios científicos que avalan que los gorgojos chinos poseen propiedades curativas, a pesar de que sus defensores han afirmado que otra de las sustancias que despiden una vez muertos, la quinona, ayuda a destruir células malignas (el riesgo es que también hace lo mismo con las células benéficas).
Uno de los pocos estudios realizados relacionados con lo anterior fue el de 2011, publicado por el Journal of Ethnopharmacology, donde se explica que un extracto de gorgojos chinos puede reducir el crecimiento de células tumorales en más de un 70 %, además del daño en el ADN de células cancerosas. Asimismo se ha dicho que tienen la capacidad de aumentar los niveles de energía en los pacientes que los consumen, haciendo que su humor y disposición se vean favorecidos ampliamente
Comenzaron a ser parte de la medicina tradicional china y japonesa para tratar problemas como lumbagos, tos y asma, debido a que ayudan a desinflamar. Sin embargo, para los que no ven un remedio medicinal en ellos, se tratan de una plaga capaz de provocar neumonía cuando la ingesta es excesiva.