7 mitos sobre el cerebro que siempre creíste reales

7 mitos sobre el cerebro que siempre creíste reales

El cerebro es la estructura más compleja del Universo. El desarrollo de un órgano tan sofisticado llevó millones de años, desde los organismos más primitivos y hasta su versión más completa, el del homo sapiens.
10 mil millones de neuronas estimuladas por impulsos eléctricos que crean puentes de información donde se almacena el conocimiento, la memoria, destrezas, movimientos finos y cada uno de los pensamientos de cada hombre desde los orígenes de la conciencia.
El pensamiento abstracto, la capacidad de crear un lenguaje, la transformación del entorno a través de la consciencia y la aplicación del trabajo humano hacen a este órgano el más potente de cualquier ser vivo.
La información que poseemos sobre su funcionamiento es básica comparada con cada una de sus estructuras.
Los mitos sobre el cerebro, su uso y alteración se propagan por toda la red como verdad sin comprobaciones de por medio.
El efecto de la música clásica en el cerebro de los más pequeños, el uso mínimo de la humanidad de la materia gris, el alcohol que destruye a las neuronas y las grandes diferencias entre la corteza cerebral de hombres y mujeres son algunos de los mitos más aludidos cuando se habla del motor del sistema nervioso central. Conoce la realidad detrás de éstas y otras grandes falacias que rodean al cerebro:

Sólo utilizamos el 10% del cerebro

En 1907, uno de los primeros hombres en estudiar de lleno las conexiones neuronales, William James, afirmó que los humanos sólo utilizaban una pequeña parte de todos sus recursos mentales.
En ese mismo año, un periodista popularizó la frase agregando el 10% para obtener mayor impacto, tergiversando la idea original de James.
La noción se viralizó y un ejemplo de su aplicación incorrecta es "Lucy" (2014), donde Morgan Freeman actúa como un neurólogo que respalda el dato. En realidad, los humanos utilizan cada parte de su cerebro dividido en lóbulos, que funcionan para acciones específicas, mas no simultáneas.

La música clásica mejora el desarrollo cerebral

Un mito urbano reciente tomado como verdad por un sinfín de padres que, preocupados por el desarrollo neurológico de los más pequeños, reproducen a Mozart sin parar en el vientre materno, durante la siesta, en la comida o a la hora del baño de los bebés.
Un famoso estudio de 1993 de la Universidad de Irvine, California, se encargó de alimentar esta ficción después de hacer un test de inteligencia a 36 estudiantes que escuchaban música clásica. La noticia fue replicada con gran velocidad y a raíz de su divulgación, decenas de estudios han tratado de demostrarlo de nuevo sin éxito, llegando a la conclusión de que este principio carece de sustento científico.

Las neuronas dejan de producirse en la edad adulta

En la antigüedad, algunas culturas creían que el semen era la sustancia vital de los hombres, de modo que si un varón eyaculaba con frecuencia, podía agotar su reserva total y así morir poco a poco.
Esta lógica está presente en un mito con respecto a la unidad anatómica del cerebro, las neuronas: mucha gente cree que aparejado al desarrollo físico, el desarrollo neuronal se detiene al llegar a la etapa adulta.
El estudio científico que echó por tierra esta noción fue realizado en 2014 por un equipo del Instituto Karolinska en Suecia, que demostró a través de la prueba de carbono 14 como un grupo de neuronas eran mucho más jóvenes en adultos mayores de lo que se pensaba.

Los cerebros masculinos funcionan mejor para la lógica, los femeninos para la empatía

Una sólida base del edificio discursivo del machismo se desmorona después de comprobar que el cerebro del hombre no está mejor capacitado para las matemáticas o las ciencias duras, mientras que el de la mujer se concentra en los sentimientos y la empatía.
Por supuesto, existen pequeñas diferencias en este órgano según el sexo y son contrarias a la sabiduría popular: el hipocampo, encargado de la memoria, es mayor en mujeres, mientras que la amígdala, asociada con las emociones, es mayor en el sexo masculino. Todos los resultados de pruebas y exámenes relacionados con la mayor capacidad según el sexo para una actividad determinada, están poderosamente influenciados por los factores culturales y nada tienen que ver con la estructura cerebral.

Resolver crucigramas mejora la capacidad de tu memoria

Durante años, las revistas de crucigramas fueron anunciadas como la fórmula para fortalecer las relaciones neuronales encargadas de la memoria. Después de más de una decena de estudios científicos de todas partes del mundo, la comunidad neurocientífica llegó a la conclusión de que resolver crucigramas es una estupenda forma de ejercitar el cerebro, poderosamente útil sólo para aumentar la destreza y velocidad mental cuando se trata de resolver otros crucigramas. Ninguna ventaja cognitiva o de memoria se asocia a la práctica continua de este pasatiempo.

El tipo de aprendizaje mejora la retención de conocimiento

En la pedagogía moderna, los "tipos de aprendizaje" son una teoría que se esparce como un virus por salones de clase, cursos, conferencias y coloquios ante los más incautos, que en aras de mejorar su experiencia para aprender, meditan profundamente si su aprendizaje se basa en los estímulos visuales, auditivos o kinestésicos.
La mala noticia es que ningún "tipo de aprendizaje" es mejor que otro en términos generales y el conocimiento de un grupo no depende del sentido que utilice para aprender, sino del grado de atención y estímulos. Las neurociencias han demostrado hasta el cansancio que el proceso de aprendizaje depende de cada individuo y como tal, las estrategias varían dramáticamente en función de la capacidad de retención y comprensión.

Tomar alcohol acaba con las neuronas

El dolor de cabeza después de una noche de alcohol sin medida, no se debe a la muerte de neuronas ahogándose en tu trago favorito. Una investigación en 1993 del Instituto Bartholin de Dinamarca, estudió los cerebros de cadáveres de alcohólicos crónicos para determinar si los daños cerebrales sufridos por esta enfermedad se debían a una reducción del número de células del cerebro. Los resultados demostraron que poseían igual cantidad de células que un grupo de hombres abstemios al momento de su defunción. El alcoholismo crónico –especialmente en un corto periodo de tiempo– puede dañar las conexiones neuronales, pero se pueden regenerar inmediatamente después de dejar de beber. De la misma forma, largos periodos de beber alcohol sin caer en adicción no muestran disminución alguna en el número de neuronas del cerebro.
Los misterios de la complejidad de la materia gris siguen siendo una incógnita cuya resolución puede poner fin a temas tan controvertidos como la existencia del alma, el desarrollo de la conciencia o la inteligencia.

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