- Usa el aceite en spray.
Para usar la cantidad exacta que necesites para preparar algún platillo frito, utiliza el spray especial que ahora se puede conseguir en casi cualquier supermercado. Si no tienes este objeto a la mano, puedes usar una brocha de silicona para untar con aceite. - FrÃe en caldo, no en aceite.
Otra manera de hacer un platillo más saludable es freÃr en un caldo. Unas cucharadas de caldo son suficientes. A pesar de que también tiene grasa, su contenido es menor que el aceite. - En lugar de mayonesa usa yogurt natural.
OlvÃdate de la mayonesa de la tienda. Tiene demasiados conservantes e intensificadores de sabor. Prepara la mayonesa o cualquier otra salsa en casa a base de yogurt natural. - Incluye en tu dieta semillas de sésamo.
Las semillas de sésamo son una fuente muy rica en calcio. Agrégalas en tus ensaladas de verduras y otros platillos. En primer lugar, son muy saludables; en segundo lugar, lucen atractivas y apetitosas. - Hornea tus platillos.
Si quieres seguir las mejores tradiciones de una alimentación sana, olvÃdate de freÃr tus guisos. Hornear es una de las maneras más sanas para preparar la comida.
- Prepara la carne molida por tu cuenta.
La carne que se usa en las tiendas para preparar la carne molida, muchas veces es demasiado grasa o no es tan fresca. Es por eso que vale la pena gastar un poco más de tiempo y fuerzas para preparar la carne molida casera y disfrutar de una cena verdaderamente deliciosa. - Busca alternativas para sustituir el pan blanco.
Tradicionalmente a la carne molida para preparar albóndigas o unas tortitas de carne se le agrega pan blanco molido. Pero hay otras opciones con bajo contenido calórico que sustituirán al pan molido y harán tus platillos igual de buenos, como la clara de huevo batida o la calabacita rallada muy finamente. - Experimenta con tus empanizados.
La harina y el pan molido no son todas las opciones para preparar un empanizado. Intenta usar las semillas de sésamo, nueces trituradas, garbanzo o lentejas molidas y avena. Es muy delicioso y saludable. - Reduce el consumo de sal.
Procura reducir la cantidad de sal que consumes. Influye de manera negativa en el organismo, por ejemplo, hace que el cuerpo retenga lÃquidos y su consumo excesivo causa distintas enfermedades. - Ponle sal a la comida cuando ya esté servida en un plato.
Los nutricionistas afirman que la sal que no ha sido sometida a un tratamiento térmico, es mucho más saludable para el organismo. Es por eso que con toda confianza puedes agregar sal a tu platillo cuando ya esté servido.
- Reemplaza la sal yodada con sal marina.
La sal marina, a diferencia de la sal yodada, no consiste únicamente en cloruro de sodio, también contiene otros minerales: potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro, yodo y otros nutrientes. Por lo tanto, es mejor sustituir la sal común por la marina. - Prepara las verduras en agua hirviendo.
Si quieres preparar las verduras cocidas, es mejor agregarlas al agua que ya esté hirviendo. Asà conservarán más cualidades nutritivas y vitaminas. - Prepara las verduras al vapor.
Preparar las verduras al vapor es la mejor alternativa. Es muy sencillo y las verduras quedarán saludables. Hoy en dÃa en las tiendas se pueden conseguir utencilios y ollas especiales que simplifican al máximo la preparación de las verduras. - Congela el caldo.
Prepara un caldo y congélalo en moldes para hielo en forma de cubos. Agrega unos cuantos al platillo que estés preparando para intensificar su sabor. Además, recuerda que es una buena alternativa para reemplazar al aceite. - No te olvides de las especias.
Las especias pueden transformar el platillo más insÃpido del mundo. También son muy saludables. Elige las especias que más te gusten, agrégalas a tus platillos favoritos y fortalece tu sistema inmune.
- Aprecia las bondades de las nueces.
A los platillos de verduras y carne puedes agregar de manera segura las nueces molidas. Combinan perfectamente con la comida de este tipo. Además, los frutos secos son ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, los cuales son precisamente "grasas saludables". - El queso bajo en grasa es saludable y sabroso.
¿No sabes cómo hacer una ensalada de verduras más nutritiva? Agrega a la lista de ingredientes un queso reducido en grasa (por ejemplo, feta). La ensalada quedará más deliciosa y saludable. - Añade hierbas frescas a tus platillos.
Las hierbas frescas son una fuente valiosa de vitaminas y antioxidantes. De ser posible, agrega las hierbas bien picadas a tu comida. Esto hara que cualquier platillo sea más interesante y saludable. - Combina la harina de trigo con otros tipos de harinas.
Los horneados y los pasteles se pueden preparar de manera un poco más sana. En lugar de la harina de trigo usa otros tipos más saludables. El sabor de tus magdalenas y pasteles será más delicioso. - Aprende a hornear con harina integral.
La harina integral es mucho más saludable que la harina de trigo más fina. Aprende algunas recetas y procura cocinar con este tipo de harina. Es un poco inusual, pero vale la pena intentarlo. - Sustituye la mantequilla con un puré de frutas.
¿Te gusta consentir a tu familia con unos horneados caseros deliciosos? Sustituye una parte de la mantequilla con el puré de frutas. Asà tus pasteles y panecillos serán mucho más saludables. De preferencia usa el puré de manzana o calabaza.
- Procura consumir menos azúcar.
El azúcar es el principal enemigo de tu figura y de tu salud. Si es posible, trata de minimizar el uso de este producto. Por ejemplo, en la cocción puedes utilizar como una alternativa algunos frutos secos. - Utiliza aceite vegetal en lugar de mantequilla.
Escoge las opciones más saludables, por ejemplo, el aceite de almendra o de coco. Ambos tienen un sabor delicado y suave y son perfectos para preparar horneados. - Consigue una olla multiusos.
Considera muy seriamente comprar una olla multiusos. Las ollas modernas te permiten cocinar usando una cantidad mÃnima de aceite. Además, puedes ajustar la temperatura, lo cual significa que reduces el riesgo de la formación de agentes cancerÃgenos. - Come chocolate amargo.
Dale preferencia al chocolate con contenido de cacao de hasta un 70%. Este tipo de chocolate es el más saludable. Estimula el cerebro, mejora el sistema cardiovascular y fortalece el sistema inmunológico.
- Cocina en ollas de hierro fundido.
Los utensilios de hierro fundido son nuestros favoritos. Preparar la comida en ellos es completamente seguro, tales ollas no emiten absolutamente ningún elemento a la comida y no se les desprenden partes microscópicas. - Toma té verde con limón.
El ácido cÃtrico ayuda al cuerpo a absorber los antioxidantes que se encuentran en gran cantidad en el té verde. Por lo tanto, la próxima vez que quieras tomar té, recuerda agregarle una rodaja de limón. - No te olvides de los aromas adecuados.
Si se te antoja algo dulce pero al mirar el reloj te das cuenta de que ya es demasiado tarde, recuerda el poder de los aromas. La vainilla te quitará el deseo de comerte alguna golosina prohibida. - Compra una vajilla con platos pequeños.
Te permitirán comer la cantidad que tu organismo realmente necesita. Por lo general, la comida para una persona promedio debe ser igual a la palma de su mano. Asà que no necesitas platos grandes. - Empieza a preferir la leche y los plátanos.
Mezclar la leche con los plátanos es una combinación excelente que además de ser deliciosa, también es muy saludable. Te ayudará a fortalecer los huesos. Prepara una malteada con estos ingredientes. Para que sea más nutritiva, agrégale también avena.
- Prepara la carne en miel.
OlvÃdate de las salsas y los adobos altos en calorÃas. Intenta preparar la carne en miel. Claro, esto también es dulce y tiene bastantes calorÃas, sin embargo, es más saludable. La carne queda muy suave y se cubre de una deliciosa costra dorada. - Comprueba que el pescado esté fresco.
Antes de cocinar un pescado apetitoso a la vista, verifica que esté fresco. Para esto, sumérgelo en un tazón profundo con agua. Si el pescado se hunde, es fresco; si no, mejor no lo prepares. - Come fraccionadamente.
Los doctores y nutricionistas afirman que es necesario comer fraccionadamente. Una persona adulta debe comer de 5 a 6 veces al dÃa: el desayuno, la comida y la cena e incluso se puede permitir comer dos meriendas saludables durante el dÃa. - Come despacio.
Para que el estómago le pueda enviar una señal de aviso al cerebro notificándole que estás lleno, antes de que hayas comido demasiado, es necesario masticar bien la comida y comer despacio. - Combina el pescado con el vino tinto.
El vino tinto seco acompaña de manera perfecta al pescado rojo. Le ayuda a revelar mejor su sabor y aumenta el efecto positivo que tienen los productos marinos en el sistema cardiovascular.
- Conserva el aroma de los granos de café.
A veces en la mañana se te antoja una taza de café aromático. Si los granos han permanecido durante mucho tiempo guardados y han perdido su aroma, trata de revivirlo. Para ello, remoja los granos en agua frÃa durante 2 horas. - Mantén tus verduras frescas por más tiempo.
Las verduras saludables frescas, lastimosamente, no se conservan por mucho tiempo. Para prolongarlo, cubre el compartimiento del refrigerador en el que guardas tus verduras con unas toallas de papel. El papel absorberá la humedad en exceso y protegerá las verduras para que no se pudran. - Procura eliminar de tu dieta las "calorÃas vacÃas".
Trata de olvidarte de los carbohidratos simples. Panecillos, dulces, comida rápida y otras golosinas no son particularmente saludables. Éstos aportan calorÃas vacÃas al cuerpo y solamente provocan la saciedad a corto plazo. Es mejor cambiar estos alimentos por los carbohidratos complejos: cereales, granos enteros, pasta de trigo duro, etc. - No comas los tomates junto con los pepinos.
Esta combinación no es tan saludable. En realidad, los pepinos contienen una enzima que destruye el ácido ascórbico y evita que se absorba. Y los tomates contienen mucha vitamina C. - Consume de vez en cuando alimentos picantes.
Añade especias picantes a tus platillos: pimentón, ajo, chile en polvo, ajÃ, etc. Las especias picantes mejoran el metabolismo y el funcionamiento del sistema digestivo.
- Come frutas y verduras frescas.
Las frutas y verduras frescas son mucho más saludables que aquellas que han sido sometidas al tratamiento térmico. También contienen mucha fibra. Procura consumirlas frescas en lugar de prepararlas. - Bebe más agua.
Una persona adulta debe beber de 1 y 1/2 a 2 litros de agua al dÃa. No dejes que el organismo se deshidrate. La cantidad suficiente de lÃquido beneficia al metabolismo, elimina las toxinas y mejora el aspecto fÃsico. - No olvides los alimentos de temporada.
Las frutas y verduras se dan en ciertas épocas del año. Procura comprarlas en las temporadas adecuadas. Es entonces cuando contienen la mayor cantidad de vitaminas y minerales que tanto necesita nuestro organismo. - Cena de 3 a 4 horas antes de dormir.
En la noche el organismo debe descansar. No sobrecargues el estómago y cena de 3 a 4 horas antes de dormir. Es el tiempo suficiente para hacer digestión y que el organismo se prepare para el descanso nocturno. - Cuece los granos y cereales en té verde.
Puedes preparar la avena no sólo en agua o en leche. Experimenta y prepara los granos y cereales diferentes en té verde. Agrega una bolsita de té verde al agua hirviendo o simplemente vierte el té en la olla con una proporción 1:1. El resultado te sorprenderá.
- Combina las carnes rojas con el aguacate (palta).
Un nutritivo aguacate le ayuda a la carne a brillar de manera diferente. Agregar un aguacate a un platillo de carne roja, hace que esta última sea más fácil de digerir; el platillo será más nutritivo y sano. - Agrégale mostaza al brócoli.
El brócoli es una fuente de vitaminas del grupo B. Pero lo puedes hacer todavÃa más saludable. Para esto hay que consumir el brócoli junto con mostaza. - Prepara smoothy.
Un smoothy es la manera más sencilla y rápida de consumir una dosis importante de vitaminas, minerales y otros nutrientes. Sé creativo. Puedes tomar como base la leche o el yogurt natural. Agrega diferentes verduras y frutas y llénate de vitaminas. - No ignores las verduras congeladas.
Las verduras se pueden congelar, incluso durante un largo tiempo. Aun en este estado conservan la mayor parte de sus vitaminas y minerales. - Busca alternativas para reemplazar al azúcar.
El azúcar se puede y se tiene que sustituir con otras opciones más saludables. Por ejemplo, la miel, que necesariamente debe estar en tu dieta para que no te enfermes. Es importante recordar que no hay que exponer la miel al calor (por ejemplo, agregarla a un té), ya que bajo temperaturas altas pierde sus propiedes útiles.
Fuente: kitchenmag