Custodia compartida: cuando el corazón de tus hijos debe dividirse en dos

Custodia compartida: cuando el corazón de tus hijos debe dividirse en dos

Duele caminar por la casa y la mitad de la semana ver cuartos vacíos.
Cuando lo miras de afuera puede parecerte genial, sin embargo es una de las cosas más dolorosas que puede pasarte si eres madre. Puede parecerte genial tener la mitad de la semana “libre” para ti. Tener un descanso de vez en cuando. Sin embargo, cuando se mira de adentro, todo es completamente diferente.
 01
Es fácil envidiarme cuando todavía tienes a tu marido todas las noches junto a ti. Cuando el corazón de tus pequeños está en un solo lugar, no en dos.
Mi marido y yo no tenemos una mala relación, pero estamos separados y por lo tanto vivimos separados. De lunes a miércoles se quedan con su padre, y de jueves a domingo conmigo, y su corazón está allá y acá. No hablan de “mi casa” sino que hablan de “la casa de mi mamá” y “la casa de mi papá”, no tienen un real sentido de pertenencia, y eso duele. Duele ser una de las culpables de aquello.

Duele cada vez que nos despedimos. Duele verlos llegar e irse con una maleta siempre. Duele caminar por la casa y la mitad de la semana ver cuartos vacíos. Duele pasar del desorden y ruido extremo, al silencio más absoluto.
02
Duele no poder verlos todos los días crecer. Duele que cada vez que llegan a casa tengan una lista tremenda de cosas que contarme. Y es que esos son sentimientos encontrados. Me emociona todo lo que tienen que contarme, pero duele lo larga de la lista porque eso significa que yo no he podido vivir con ellos todos esos momentos.
Duele que probablemente se olviden de contarme una buena cantidad de cosas, y que esos momentos no puedan volver atrás. Me angustia saber todo lo que puede estar aconteciendo en sus vidas, y yo simplemente no estar ahí, no saber. Para esos tristes momentos, solo me queda rezar y pedir que estén bien.
03
Muchas veces me aguanto las lágrimas. Tengo que mostrarles a ellos que soy la mujer más fuerte del mundo, y que esto no cambia nada. Hay que actuar como si todo estuviese bajo control. No quiero que me vean frágil…
Es duro, muy duro, pero la verdad, todo va a estar bien, créeme. Es cosa de aprender a lidiar con ello. Lo que yo he hecho es mantenerme ocupada cuando ellos no están, poner música cuando se van para que así el silencio no sea ensordecedor.
Si estás pasando por algo así y estás sufriendo, o si te estás preparando por algo así y ya te duele, no te preocupes, el tiempo no lo arregla todo, pero una gran parte si. Y las cosas se ponen mejor, las cosas se ponen más fáciles. Ten fe.

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