Estamos seguros que la persona a quien se atribuye una buena parte del desarrollo de la tecnología que nos rodea también debía conocer mejor los peligros inherentes en ella. Algo en lo que vale la pena pensar.
Steve, Eva, Reed, Erin y Lauren Jobs © allaboutstevejobs
El periodista se sintió muy sorprendido al escuchar la reacción de Jobs. Él pensaba que la casa del director de Apple debía ser un palacio lleno de sensores y pantallas, donde las iPads se regalaban en lugar de golosinas en la sala de estar.
De hecho gran cantidad de los dirigentes de las empresas más renombradas de Silicon Valley limitan el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas ya sean de una computadora, un teléfono o una tableta. Un ejemplo de ello es que Chris Anderson, director de la empresa 3D Robotics, fabricante de ”drones” y quien dijo haber vivido “de primera mano los peligros de la tecnología” razón por la que restringe fuertemente el acceso que sus hijos tienen a ella. “Lo he vivido y no quiero que mis hijos pasen por lo mismo”.
Evan Williams, cocreador de Twitter y de la plataforma Medium, dice preferir que sus hijos crezcan con libros en vez de iPad por lo cual él y su esposa Sara han comprado cientos de libros de papel que puedan interesarle a sus hijos y los han ubicado por toda la casa.
Numerosas investigaciones han revelado que el abuso de la tecnología puede hacer que algunas personas se vuelvan adictos a los dispositivos (en China por ejemplo, existen campamentos para niños adictos al Internet) o que se encuentren con contenido indeseable como puede ser contenido violento o pornográfico. Así mismo es interesante el fenómeno que ya ocurría con la TV antes que se convertía en la niñera: los padres recurren a los gadgets para distraer a los niños y los iPads pasan a ocupar el papel de principal educador de los niños. Nadie puede negar que hoy en día están disponibles gran cantidad de aplicaciones que pueden estimular y desarrollar la inteligencia, pero también es cierto que nada puede reemplazar el contacto humano y la enseñanza con amor.
Quizás eliminar el contacto con la tecnología pueda parecer una medida radical, tecnofóbica y hasta absurda por cuanto esta es parte importante del mundo en el que vivimos y un aislamiento de este aspecto puede contribuir a aislar a los niños socialmente. Sin embargo, esta tendencia entre padres que han participado en crear el paradigma tecnológico del mundo hace reflexionar sobre los niveles de acceso que tienen nuestros hijos. Quizás lo más inteligente es limitar el uso de gadgets y procurar que existan otros estímulos más tradicionales como son los libros y el juego al aire libre, desconectados de la Red y los aparatos , ensuciándose las manos y cayéndose un poco.