¿Cuántas veces has sentido que tu corazón está tan acelerado que podría salir por tu boca? Muchas veces, eso se debe a una gran dosis de adrenalina. Esa hormona capaz de levantarte el ánimo de tal manera que podrías lanzarte de un avión (con paracaídas), dejarte caer de un puente (atado a un elástico) o hasta pelear con un oso (sí, como Leonardo DiCaprio).
Pero detrás de toda esa mágica fuente de energía y valor, hay una serie de procesos químicos sucediendo en tu cuerpo.
Son las situaciones de peligro y estrés las que activan tu hipotálamo y sistema simpático para producir adrenalina en tu glándula suprarrenal y, gracias a ella, lograr que te tensiones y puedas ir más rápido y estar más alerta… y volverte una especie de super hombre –pero sin mallas ni capa.
