Nuestra sociedad ha avanzado en muchos sentidos pero, lamentablemente, aún hay aspectos que nos gustaría haber erradicado hace mucho tiempo. Entre ellos, se encuentra la gran cantidad de violaciones y abusos sexuales que, aunque nos cueste asimilarlo, siguen creciendo en América Latina, Europa y pareciera que las autoridades no hicieran el esfuerzo necesario para contrarrestarlo.
Y si las cifras no son suficiente, seguro la chocante historia de esta niña de 13 años si te va a impactar.
Cuando tenía 13, desperté en medio de la noche y había un hombre acostado junto a mí en mi pequeña cama, mirándome. Lo miré confundida y me dije ‘¡Oh tontita, estás teniendo una pesadilla!‘ Así que le sonreí, cerré mis ojos y cuando estaba a punto de volver a dormirme… él empezó a tocar mis muslos. Dos cosas ocurrieron al mismo tiempo: Noté que sólo tenía puestos un brasier y ropa interior y que, definitivamente, no era una pesadilla.
“Sentí cómo un miedo que nunca antes había sentido se adueñaba de cada parte de mi cuerpo y pensé que había dejado de respirar. Empezó a abrirse paso hacia mi ropa interior, seguramente para quitármela. ¿Qué hice? Abrí mis ojos y dije ‘espera un segundo, debo ir al baño‘. Él se notó impactado, pero no me detuvo mientras me envolví en las sábanas y procedí a caminar hacia el baño. Entonces noté que la puerta de mi habitación estaba completamente abierta, así que escapé. Corrí al dormitorio de mi madre, golpeé la puerta y grité que había un hombre en mi cama.
Mi mamá salió al pasillo y mientras empezaba a calmarme por lo que creía que era un mal sueño, el hombre salió corriendo de mi habitación. Mi mamá se congeló, pero yo pensé en ‘¿Cómo se atreve a intentar violarme?‘ En ese momento tomé una lámpara, cortando su cable de un tirón y comencé a perseguirlo como loca, agitando la lámpara y gritando todas las obscenidades que mi mente de 13 años había escuchado. Perseguí a ese tipo por la calle mientras mi mamá llamaba a la policía. Lo perdí en la oscuridad, pero cuando llegaron los oficiales, recogieron nuestros testimonios y comenzaron a buscar en el vecindario, tendría mi revancha.
Lo atraparon escondido entre los arbustos, lo trajeron y me pidieron que lo identificara. Caminé directo hacia él, le di un rodillazo en las bolas y me alejé caminando mientras decía ‘Demonios, sí quiero presentar cargos‘.”