El impacto que han recibido los venezolanos debido al colapso económico de su país es difícil de describir con palabras, pero las fotografías muestran adecuadamente lo que ocurre en la nación. Específicamente en los hospitales donde la crisis golpea con fuerza y la escasez y falta de personal son cosa del día a día.
En muchos centros médicos de Venezuela hacen falta cosas básicas como jabón, guantes o antibióticos. El valiente personal lucha para mantener a los pacientes con vida.
Eso es lo que pudo captar Meridith Kohut, fotógrafa de The New York Times, quien ofrece una mirada dentro de los más destacados centros y sus deplorables condiciones. Todo esto, mientras el presidente Nicolás Maduro presume que su nación cuenta con los mejores servicios médicos del mundo.
Por ejemplo, el hospital Luis Razetti, en la ciudad venezolana de Barcelona, luce como una zona de guerra.
Los pacientes pueden ser vistos deambulando de un lado a otro o acostados con sangre de varios días en camas en malas condiciones. Pero ellos son los afortunados; la mayoría está acurrucado en el suelo, chorreando sangre, con las extremidades hinchadas. Los niños se encuentran entre las cajas de cartón sucias en los pasillos, sin comida, agua o medicamentos.
En muchos casos tampoco hay electricidad o máquinas que funcionen. Por eso los médicos han creado sus propias soluciones. A dos hombres que les operaron alguna parte de la pierna, ahora las tienen levantadas con poleas caseras hechas con botellas de agua.
Otro hombre que tuvo una grave lesión hace un año y perdió la mitad de su cráneo, aun está esperando el tratamiento post cirugía.
Por su puesto, no es el único lugar afectado por la crisis, muchas clínicas y hospitales a lo largo del país se encuentran en las mismas condiciones.
“Dudo que en otro lado del mundo, más allá de Cuba, exista un mejor sistema de salud que éste”.
-Maduro-
