“Quien sabe si en el futuro, cuando las comunidades consigan hacer sus puentes, carreteras, viaductos y hospitales, no vamos a oír hablar más de políticos corruptos ni de corrupción”.
Hace veinte años que los vecinos de los barrios de Nova Esperança y Sao Luiz, en Brasil, solicitaban a su municipio la construcción de puente para cruzar el río que divide ambas localidades. Los vecinos debían rodearlo con una caminata de 2 kilómetros. Aunque el municipio nunca concretó, ellos lograron hacer la estructura. Y más de 50 veces más barata.
Los residentes de la ciudad Barra Mansa, a 130 kilómetros de Río de Janeiro, están divididos por un riachuelo que dificulta el ir a buscar medicamentos y otros productos entre los barrios de Nova Esperança y Sao Luiz.
Por veinte años los vecinos pidieron al municipio solucionar el problema a través de un puente, pero la respuesta siempre era la misma: no hay dinero, y de haberlo el costo sería de US$81.000.
Los residentes se contentaban con poner tablas de madera para cruzar de un lado a otro, una técnica peligrosa y poco duradera: cada vez que llovía en el lugar el río se llevaba sus “puentes”.La situación perduraba en el tiempo hasta que dos vecinas, Manoelina dos Santos de 72 años y su amiga Juracy de la Conceicao de 65 años, tuvieron la idea de poner manos a la obra y dejar que los mismos vecinos construyesen la estructura.
“Si dependíamos del poder público, íbamos a esperar otros 10 años”
-Adalto Jose Soares, vecino e hijo de Manoelia dos Santos, a la BBC-
Tras cuatro fines de semana trabajando sábados y domingos, lograron finalizar. No solo eso: el costo total del puente fue de cerca de US$1.500, 54 veces menos que lo estimado por el municipio.
Muchos critican la acción de los vecinos cuestionando la seguridad del puente y esgrimiendo que, quizás, el costo elevado de la construcción incluía estudios de seguridad o elementos que aportasen a una mejor resistencia de la estructura a la lluvia.
“Nosotros hicimos una buena fundación, aunque la mano de Dios es pesada… manda aquella lluvia fuerte y nadie puede garantizar que (al puente) no lo pueda llevar”.
-Antonio Carlos Moura, vecino y parte del equipo de constructores del puente, en declaraciones a la BBC-
Algunos vecinos, como Antonio, sospechan que el presupuesto de la municipalidad era alto porque incluía desvíos de fondos.
“Quien sabe si en el futuro, cuando las comunidades consigan hacer sus puentes, carreteras, viaductos y hospitales, no vamos a oír hablar más de políticos corruptos ni de corrupción”.
-Antonio Carlos Moura-