Así como tener un hijo es de las cosas más importantes que puede llegar a hacer un ser humano en su paso por este mundo, el susto que aparece junto a la posibilidad de que algo le suceda al bebé, es enorme. Las posibilidades son infinitas y muchas cosas pueden ocurrir durante el embarazo. Ahora bien, la vez que Sarah y Bill supieron que serían padres, también se enteraron de algo complicado. “Tendrán gemelas”, les dijo el doctor. “Pero esas gemelas comparten el mismo saco amniótico (la misma placenta) y por lo tanto son bebés monoamnióticos. Tienen 50 por ciento de posibilidades de sobrevivir”, añadió después, y los 9 meses que pasaron hasta que nacieran fueron de gran temor e incertidumbre. Sólo había que esperar.
Llegó el día del parto y las dos pequeñas nacieron con 45 segundos de diferencia. Sarah estaba muy asustada y Bill apenas podía mirar. Pero de pronto, los doctores levantaron a los bebés y ahí se dio cuenta. Estaban perfectamente sanas. Habían vencido todo el riesgo de peligro durante el embarazo y además, habían nacido juntas de la mano. Increíble.
“Mi corazón se derritió”, dijo Sarah, la madre de las gemelas a la revista People. “Incluso Bill soltó algunas lágrimas. No sé de nadie que haya tenido los ojos secos en esa habitación”.
Por otra parte, una enfermera que presenció el parto también dijo algunas palabras.
“Una vez que se aseguraron de que estaban sanas. Las levantaron para que los padres pudieron verlas, y justo cuando estaban una al lado de la otra, se dieron la mano. Se me erizó la piel de la emoción”, señaló Amy Kilgore a Fox 8.Y sí, el embarazo fue difícil y temeroso, el parto complicado y exitoso, mientras que hoy, casi dos años después, la realidad es maravillosa.