Si le preguntas a un niño cuál es su sueño, tal vez responda que ir a Disney o vivir en un castillo mágico. Si le haces la misma pregunta a una persona jubilada, lo más seguro es que respondan que una segunda luna de miel o vivir en una isla privada, en la que nadie los moleste y puedan disfrutar de los nietos y de sus tardes de té y lecturas.
Una pareja hizo realidad el sueño de vivir en una isla, y podrán disfrutar de esa alternativa vida, por muchos años más.
Los artistas Catalina King y Wayne Adams, hace 25 años, tuvieron que admitir que sus ingresos no serían suficientes para poder costear la hipoteca de una casa y vivir en matrimonio, ni siquiera en un pequeño departamento. Los bienes raíces siempre han sido caros, con lo que tomaron una radical medida.
Decidieron que construirían su propia isla y vivirían felices.
Actualmente, la isla en donde está su hogar, está amarrada a su hermana isla, Vancouver, a una distancia de 45 minutos en barco a la ciudad más cercana. Llamaron a su hogar, “La ensenada de la libertad”, y es completamente transportable.
Se compone de 12 secciones unidas que constan de sala, cocina, taller, galería de arte, un faro, e incluso, una pista de baile.
