Un estudio realizado en la Universidad de Georgia mostró que la mejor táctica para ser más persuasivo en una discusión es moderar la velocidad con la que se habla; en otras palabras, no se trata de decir algo rápido, sino de decirlo bien. La gente tiende a desacreditar la información que no alcanza a digerir durante una conversación sin importar si lo que se dice corresponde a la realidad o no.
Hablar sin prisa te permitirá:
- Ordenar tus ideas de la mejor manera y darle una buena estructura a tu discurso (es muy común irse por las ramas).
- Controlar tu respiración. Esto es clave, ya que al reducir la cantidad de palabras por minuto, oxigenas tu cerebro de modo más óptimo y disminuye tu nerviosismo o estrés.
- Acompañar lo que dices con tu lenguaje corporal, lo cual reforzará tus argumentos.
- Desarrollar mayor confianza en ti mismo, incrementando tu capacidad de negociación.
En resumen, tu argumento o discurso serán tan convincentes que no habrá discusión en la que no salgas victorioso.
Fuente businessinsider.com