Los sueños, esperanzas y deseos de una adolescente de 14 años de edad, se vieron derrumbados cuando se le diagnosticó cáncer. No tendría una primera cita y se graduaría de la universidad. Todo sucedió muy rápido y aún llevando el tratamiento, el cáncer estaba ganando la feroz batalla de la muchachita para aferrarse a la vida.
En todo el tiempo que estuvo en tratamiento, la chica se dedicó a estudiar todas las posibilidades para no morir. Se le acaba el tiempo y descubrió la criogenia, un proceso que mantiene a los cuerpos a temperaturas bajo cero, es decir, un sistema de congelación. Como era muy joven, la decisión pasó a manos de sus padres, quienes se vieron involucrados en un verdadero dilema.

Era muy joven para tomar una decisión de esa magnitud, entonces escribió una carta en donde escribió: “Quiero vivir más tiempo y creo que en el futuro podrán encontrar la cura para el cáncer, y entonces podrán despertarme. Quiero tener esta oportunidad.”

En torno a la decisión final, había muchas cosas que se debían tomar en cuenta. Una de ellas era que aunque despertara, por ejemplo, en 200 años, no habría ninguna persona cercana a ella y no podría recordar nada de su pasado, de acuerdo a lo argumentado por su padre, a quien no había visto en 8 años.

