En Sonrie Para Vivir Mejor reflexionamos acerca de qué cualidades y principios distinguen a un hombre emocionalmente adulto de una persona que aún debe madurar. Y sí, no tiene nada que ver con la edad.
El hombre que te quiere jamás se expresará acerca de tu aspecto físico de mala manera. Si lo hace, no quiere ayudarte como puede parecer. Conscientemente intenta bajar tu autoestima, para que no te sientas tan segura como para dejarlo. Un hombre maduro jamás se rebajará a una crítica vacía solo para inflar su ego.
En una relación sana, no sienten la necesidad de ocultar algo el uno del otro, ya sea mensajes de texto o contactos en el móvil. Sin embargo, esto no significa que tu pareja tenga derecho de revisarte los bolsillos o leer tu correspondencia privada. Si lo hace, no demuestra nada más que inseguridad de sí mismo y falta de respeto hacia ti.
Un hombre adulto entiende que es imposible resolver un problema sin enfrentarlo cara a cara, tanto en relaciones, como en la familia y en el trabajo. Pero esto no significa que siempre busca confrontaciones. No, simplemente sabe cuándo hay que solucionar un problema y cuándo hay que evitar una discusión.
Ser masculino no significa ser frío como piedra. Un hombre sabio no teme ser juzgado por mostrar su sentimientos románticos. Simplemente sabe que no perderá su virilidad si demuestra un poco de emociones. Además, es bueno para una relación saludable.
El tipo de hombre que piensa en gastar su sueldo en una buena fiesta el fin de semana no está preparado para planear todo con anticipación y pensar en las consecuencias. Si en la juventud esto se podía perdonar, en los hombres adultos luce extraño. No quiere decir que debas vivir sin cometer actos espontáneos, simplemente hay que recordar siempre el día de mañana.
Un hombre sabio entiende que su compañero de la vida es su pareja. Y aquellos hombres que les hacen caso a los consejos de sus amigos, ignorando la opinión de su pareja, probablemente tengan problemas psicológicos, sean susceptibles a la influencia ajena o demasiado infantiles. Aunque lo más probable es que ellos mismos piensen que de esta manera resaltan su independencia y virilidad.
Un hombre adulto les presta atención a sus padres incluso si su relación no es de mucha confianza. Entiende que las personas que lo cuidaron tanto tiempo también necesitan atención. Pero al mismo tiempo no cruza la línea cuando uno de sus padres (por lo general, la madre) empieza a ocupar demasiado lugar en su vida básicamente sacando de ella a todos los demás.
Al ver señales de cualquier tipo de violencia, márchate sin dudar y deja de buscar justificaciones para la persona que se puso violenta. A pesar de que seguramente explicaría su conducta con una infancia pesada, un día difícil o incluso te echaría la culpa a ti.La actitud del hombre hacia la mujer depende, por supuesto, no solo de su personalidad y experiencia, sino también de la conducta de la mujer, porque una relación es un trabajo de dos.