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8 Actitudes que terminarán sembrando inseguridades en los niños

Tal vez hemos escuchado por ahí que los niños son como esponjas, todo lo que miran y escuchan, bueno o malo, ellos suelen absorberlo, por eso es sumamente importante que influyamos en su desarrollo de manera positiva, que prediquemos con el ejemplo y por supuesto, que seamos un modelo a seguir para ellos.

Si bien existen estímulos positivos que los ayudan a avanzar porque los motivan, pero también hay otros que podrían marcarlos de manera negativa para siempre.

En especial los padres deben tener cierto cuidado de lo que hablan enfrente de sus pequeños y eliminar por completo algunas acciones que podría perjudicarlos.

A continuación de dejamos una lista de las 8 acciones que definitivamente no debes hacer para que tus hijos no crezcan acomplejados.

  1. Utilizar adjetivos calificativos negativos o agresivos, tales como: tonto, feo, débil, etcétera.

No es para nada recomendable que utilicemos palabras ofensivas cuando los niños no obedecen en algo, por ejemplo: ¨si no haces tú tarea serás un burro¨, ¨nada sabes hacer, parece que estas tonto¨, ¨si no te acabas la comida te harás feo¨, porque al final de cuentas sólo estarán manipulando sus ideas, mismas que sembrarán miedos e inseguridades en él. Evitar quitar por completo estos adjetivos de tu vocabulario.

  1. Compararlos con nosotros.

El ¨cuando yo tenía tu edad…¨ está de más, por favor papás ya bórrenla de su mente. Lo único que conseguirán es que el niño se exija tanto a si mismo que al final de cuentas no logrará nada y esto sólo hará que se llene de frustración e inseguridades. Dejemos de crearles barreras y permitamos que crezcan a su ritmo y a sus maneras, así no sentirá todo el tiempo que está compitiendo con el que fuiste de pequeño.

  1. Ponerle apodos en lugar de llamarlo por su nombre.

No importa que sea el apodo más tierno u original del mundo, ¡llámalo por su nombre! Sabemos que no lo hacen con mala intención, al contrario, para ustedes es como una manera de demostrarle su amor, sin embargo, al omitir su nombre y llamarle por un apodo, le están restando importancia a la identidad que el pequeño está forjando. Claro que pueden hacerlo de vez en cuando pero no a diario y a todas horas y en todos los lugares, pues es quitarle una característica única que lo diferencia de los demás.

  1. Acusar su mal comportamiento con seres que no existen.

Es muy común que cuando los pequeños se portan mal digamos que se lo va a llevar ¨el señor del costal¨, esto lo único que logrará es hacer crecer la desconfianza en él y en las personas que ama, pues no podrá entender porque sus propios padres permitirán que alguien se lo lleve y quizás lo lastime, fantasioso ¿cierto? Pero la mente del niño lo es, así que dejemos de acusar su mal comportamiento con seres que no existen.

  1. Compararlo negativamente con el progenitor.

No tienes por qué hacer partícipe a tus hijos de los problemas que hay entre papá y mamá, mucho menos confundirlos comparándolos con características negativas de alguno de los dos pues esto definitivamente no es sano para tu pequeño y además debemos recordar siempre que las comparaciones nunca son buenas, así que evitémoslas.

  1. Comparaciones denigrantes.

A veces muchos padres exigen a sus hijos excelentes calificaciones y cuando estos no las consiguen, suelen hacer comparaciones con otros compañeritos del niño, tal vez no de mala intención, tal vez sólo para motivarlos aunque cabe señalar que esto resulta todo lo contrario pues como ya mencionamos, las comparaciones nunca son buenas y algunas son muy hirientes, así que debes tener presente que en lugar de impulsar a tus pequeños sólo lograrás un retroceso en ellos y la próxima vez no se sentirán capaces de lograrlo pues estarán con el miedo de que no lo hagan mejor que sus compañeros, mejor a la próxima vez dile algo como: ¨no está mal hijo, pero sé que la próxima vez lo harás mucho mejor, eres muy capaz y confío en ti¨, lo motivaría más ¿cierto?

  1. Poner en riesgo tus sentimientos hacia él.

Pasa con frecuencia que cuando algunas situaciones respecto a los hijos se nos salen de las manos digamos: ¨si continuas haciendo (tal cosa) ya no te voy a querer¨, ¿en verdad dejarías de quererlo?, claro que no, así que elimina por completo esta frase de tu cabeza. Entiende que tu hijo es único y tiene características muy particulares que lo diferencian de los demás, no permitas que con este tipo de comentarios él deje de ser quien es y adopte actitudes de alguien más.

  1. Hacerle sentir que te avergüenzas de él.

Por nada del mundo le digas a tu pequeño ¨no me avergüences¨. Permítele equivocarse, exponer sus sentimientos y pensamientos, permite simplemente que sea él, no importa que creas que hace el ridículo, ¡déjalo! Entiende que es niño, deja que se empape de imaginación y creatividad, pues sólo así le permitirás crecer.

Sabemos perfectamente que ser padres es una labor muy difícil y complicada, pues nadie nos enseña a hacerlo, sin embargo, permite que tus pequeños disfruten la vida, permíteles equivocarse y apoya sus locuras y fantasías, finalmente son niños, en algún momento crecerán y desearás echar el tiempo atrás pero sabes que eso no es posible, así que disfrútalos y cuida mucho tus palabras frente a ellos.

Ayuda a cambiar la forma de criar a los pequeños compartiendo este artículo para que muchos padres la lean y reflexionen. 🙂

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Dos preguntas clave que te harán replantearte la vida. ¿Cuál es tu respuesta?

Existen dos tipos de personas, aquellos que desean una vida fácil, y los que, en vez, prefieren conseguir la fuerza para tener éxito en una difícil. A simple vista, podría parecer que la primera opción es equivocada y la segunda, correcta. Sin embargo, no está demás hacernos la pregunta, ¿seré más o menos feliz llevando una vida fácil? Y por el contrario, ¿me será más conveniente llevar una vida difícil teniendo la fuerza para sobrellevarla y llegar airoso a la meta? Si el objetivo en la vida es conocerse a uno mismo y estar consciente de lo que ocurre con nosotros, entonces claramente la segunda opción cobra más sentido. Si, en cambio, nuestra misión es vivir de manera placentera, entonces, al menos, decidir entre una de las dos posibilidades, no se vuelve tan simple como parece.

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elperiodicodeutah.com

Según lo explican los psicólogos Julian Rotter y Philip Zimbardo, las personas que prefieren una vida fácil en la que el sacrificio y la postergación del placer no están dentro de las prioridades, mantienen un foco de control externo, es decir, apuntan al destino, a la suerte, y a fuerzas ajenas, como las responsables de lo que ocurra en sus vidas.

Las personas que, en vez de una vida fácil, eligen la fortaleza para sobrellevar las dificultades que se presenten en el camino, mantienen un foco de control interno, en el cual ellos son protagonistas de lo que les ocurre, ellos mantienen el poder y de ellos depende lo que pase o no pase. ¿Parece mucho más enriquecedor vivir así o no? Y, tal vez, desde la palabra, elegiríamos esta opción como estilo de vida. Pero en la práctica, ¿Somos realmente los gobernadores y protagonistas?

Aunque la respuesta muchas veces parezca evidente, repetirse la pregunta constantemente nunca está demás.

10 claves que ponen en evidencia hasta al mas astuto de los mentirosos

Cómo reconocer a un mentiroso

Saber si alguien te está mintiendo puede ser todo un reto. En la mayoría de ocasiones, cuando dudas de la honestidad de otro, hay miles de pensamientos que atraviesan tu mente. Pasas de creerle a sospechar de todo lo que te dice y no logras decidir si eres tú quien juzga mal la situación o él en realidad es un mentiroso.

Te ayudaremos a descubrirlo. Presta mucha atención a estos diez factores que permiten descubrir hasta al más experimentado y astuto de los mentirosos.

1. Concordancia. Cuando alguien dice algo que no sucedió, que no piensa o no siente, su actitud corporal no coincide con sus palabras. Su cuerpo no miente, expresa lo que en realidad quisiera decir, mientras que sus palabras son medidas y poco naturales. Si desconfías de lo que alguien te dice, préstale más atención a lo que dice su mirada o los gestos de su boca que a sus palabras.

2. Posición frontal. Cuando un individuo intenta establecer comunicación franca y directa contigo, ubica su cuerpo frente al tuyo. Hacemos esto de manera automática, buscando establecer el mejor contacto posible con el otro. Pero si es un mentiroso el que busca hablarte, es posible que sin siquiera darse cuenta intente no estar 100% frente a ti. Esto indica que su cuerpo se siente protegido en un ángulo menos directo. También podrá aprovechar esta posición para evitar el contacto directo visual.

3. Rigidez. Decir mentiras es algo que tensiona hasta al más experimentado. Si sospechas de sus palabras, busca indicios de estrés o rigidez corporal. Éstos pueden revelarse incluso en la sonrisa o la mirada, que parecerán demasiado falsas.

4. Mírame muy bien. Este es uno de los signos más conocidos a la hora de detectar a un mentiroso, y es también uno de los más certeros. Gran parte de la comunicación se establece a partir de la mirada, ésta nos puede revelar mucho sobre una persona y sus intenciones. Si alguien es incapaz de sostener una mirada constante, es posible que esté diciendo mentiras. Otro signo inconfundible de los poco honestos es mover rápidamente las pupilas en todos los sentidos, o mantenerlas fijas en un punto lejano. Estos comportamientos también pueden atribuirse a la timidez o la desconfianza, pero si aparecen en alguien con quien te relacionas frecuentemente y nunca los habías visto antes en él, es posible que esté ocultándote algo.

5. Cambiemos de tema. Un mentiroso se siente vulnerable e incómodo cuando está mintiendo. Incluso si es bueno haciéndolo o tiene una mirada imperturbable, por dentro todas sus alarmas están encendidas. Seguramente buscará cambiar rápidamente de tema y pasar a otra conversación que lo haga sentir menos expuesto. No le dejes salida, insiste en el tema que están tratando.

6. Cuestión de verosimilitud. Todas la mentiras tienen sus puntos débiles. No importa qué tan bien preparadas estén, no son historias reales y por lo tanto en algún momento aparecerá el detalle que revela su naturaleza irreal. Indaga, pregunta, hazlo repetir los hechos, sé un buen detective y las pistas llegarán a ti.

7. El cuello, las orejas y las manos. Estas son las partes del cuerpo que un mentiroso tocará repetidamente si está nervioso o siente que pronto lo van a atrapar. Su cuerpo reacciona intentando distraer tu atención, quiere que te enfoques en sus movimientos y dejes de ponerle atención. Si hace esto es porque siente que está perdiendo la batalla. Tal vez es buen momento para confrontarlo.

8. Actitud defensiva. Cuando el mentiroso siente que no tiene más escape, se defiende. Si estuviera hablándote sobre algo que en realidad sucedió, no se molestaría en repetir la historia o darte todos los detalles que pides. Pero si en cambio sabe que su relato tiene vacíos y tarde o temprano saldrá a la luz alguna inconsistencia, la mejor manera de evitar que avances será defendiéndose. Si responde a tus preguntas con otras del tipo “¿por qué quieres saber eso?” o te dice “eso ahora no es importante”, seguramente está llegando a su límite y usa el ataque como defensa.

9. Tono y velocidad. Cuando alguien miente tiende a alterar el tono y el ritmo con los que normalmente habla. En la mayoría de los casos la voz puede ser más aguda y el ritmo más acelerado. Es posible que además de hablar muy rápido no vocalice bien, se salte letras o incluso palabras. Hace esto porque no se siente seguro de lo que está diciendo y quiere terminar pronto con su discurso. Frénalo un poco, pídele que repita si no entiendes…

10. Tecnología de punta. Hoy en día es mucho más fácil decir mentiras a través de una pantalla o por teléfono. Si tu sospechoso siempre quiere chatear en lugar de hablar y prefiere discutir un tema importante por teléfono, es posible que se esté refugiando en la tecnología para no darte la cara. Piénsalo: a través de la pantalla tú no puedes acceder a todas las claves de su lenguaje corporal que lo dejarían en evidencia fácilmente. Además, al escribir tendrá más tiempo para planear sus respuestas y darle solidez a su coartada, mientras que personalmente podría titubear.

Este es el ejercicio de 6 pasos que Steve Jobs usaba para ejercitar la mente

Una persona cuyo trabajo tenga mucho que ver con sus capacidades intelectuales siempre sentirá que su cerebro podría ser más flexible, más veloz aunque realmente ya tenga capacidades que cualquiera envidiaría. Incluso los genios más desarrollados a veces tienen la impresión de ser unos completos tontos.

Steve Jobs, el genio creativo también sintió la necesidad de ejercitar su cerebro. Sonrie Para Vivir Mejor se enteró de su método de entrenamiento.

Si te sientas y sencillamente te observas a tí mismo verás lo inquieta que está tu mente. Cuando intentes tranquilizarla, la situación sólo se pondrá peor.  Si al cabo de algún tiempo lo logras, se abrirán ante tí las cosas más sutiles. Tu intuición se hará más aguda, tu visión será más clara y serás consciente de tí mismo en el tiempo, en ese momento específico, aquí y ahora. Tus pensamientos se harán más lentos, tu conciencia se ampliará y verás muchísimo más allá de lo que veías antes.

Así le describió Steve Jobs los efectos de la meditación a su biógrafo Walter Isaacson.

Un tipo especial de meditación es la meditación de la conciencia plena que tiene sus orígenes en el budismo zen y el taoismo. Poco antes de morir, Jobs le dijo a Isaacson que hacía varios años que practicaba la meditación. Testigo de esto fue el periodista y escritor Jeffrey James con quien Jobs ya a inicios de la década de 1990 discutía acerca de la relación entre la filosofía zen y la programación de computadoras.

Ese tiempo fue algo exótico, asegura James, aún así fue un momento crucial en la vida de Jobs. Hoy el efecto positivo de la meditación ya ha sido comprobado por la neurociencia y gigantes de la talla de Google, General Mills, Target y Ford tienen cursos especiales para enseñarles a sus empleados el mismo tipo de meditación que Jobs descubrió hace ya más de una década.

A juzgar por lo que Isaacson deja entrever en su cita, la meditación que Jobs practicaba era muy parecida a la que el maestro Yang Jin Ming le enseñara a James (el periodista y escritor). Se trata de lo siguiente:

Paso 1:

Siéntate en la pose de flor de loto en un lugar apartado y silencioso. Intenta hacerlo sobre una almohada plana para evitar la tensión en la espalda. Empieza a respirar profundamente.

Paso 2

Cierra los ojos y escucha los pensamientos que vienen a tu mente: el trabajo, la casa, el televisor…todo esto no es más que un banal parloteo de tu así llamada «mente de mono». No intentes deternlo, al menos no ahora. Limítate a observar cómo tu mente pasa de un pensamiento a otro. Repite este ejercicio 5 minutos al día durante una semana.

Paso 3

Sin intentar amainar o contener el curso de tus pensamientos, intenta dirigir tu atención a tu «Mente de buey», es decir, a la parte de tu mente que piensa con tranquilidad y despacio. La «mente de buey» sólo observa el mundo que la rodea. No lo juzga, no busca encontrar el significado, sólo ve, escucha y siente. La mayoría de la gente ni sospecha de su existencia aunque a alguien puede revelarsele en un momento de tribulación, cuando la «mente de mono» se ve obligada a callar. Incluso mientras estamos completamente a merced de nuestra «mente de mono», de sus órdenes («pronto», «hazlo») y sus sobresaltos, la «mente de buey» sigue su silencioso, paciente y minucioso trabajo.

Paso 4

A medida que empieces a ser consciente de tu «mente de buey» pídele que detenga de a pocos el ir y venir de la «mente de mono». A Jeffrey James, por ejemplo, le ayudaba la siguiente técnica: imaginaba a un buey que iba tranquilamente por un camino y el mono, como hechizado, se quedaba dormido. No te sientas mal si de vez en cuando el mono en tu mente se despierta, los monos son así. Descubrirás que cada vez con mayor frecuencia el mono descansará en vez de saltar errante por tu mente.

Paso 5

Luego de haber calmado a tu «mente de mono» continúa centrando tu atención en tu «mente de buey», tu respiración se hará más lenta. Sentiras en tu piel el roce del aire. Es posible que sientas cómo corre la sangre por tus venas. Si abres los ojos verás que el mundo a tu alrededor te parecerá algo diferente, nuevo e incluso algo extraño. Verás que por ejemplo la ventana no será más que un cuadrado lleno de luz, no algo que requiera ser abierto o cerrado, reparado o limpiado. Sencillamente existe aquí y ahora. Como tú mismo, aquí y ahora.

Paso 6

Para alcanzar este estado necesitarás de algún tiempo. Pero si has hecho todo correctamente no sentirás el paso del tiempo que habrá pasado desde el momento cuando iniciaste hasta ahora. Poco a poco, día a día irás aumentando la duración de la meditación y aunque te parezca asombroso sin importar cuánto dure, ya no sentirás el paso del tiempo. Puedes comprobarlo con un cronómetro.

La práctica regular de la meditación de la conciencia plena tiene tres grandes ventajas:

  1. Te desharás del estrés. Incluso si te enfrentas a grandes dificultades lo más probable es que nunca se conviertan en grandes preocupaciones.
  2. El insomnio será algo del pasado: Jeffrey James es testigo de que gracias a la práctica regular de la meditación necesita sólo 2 o 3 segundos para quedarse dormido a voluntad.
  3. Empezarás a pensar con más claridad y valorar con mayor exactitud lo que sucede en tu vida.

Fuente: inc

Parábola acerca de la realización de los deseos

A las afueras del Universo había una pequeña tiendita. Hace tiempo que no tenía ni letrero y su dueño no quería ponerle otro porque todos los que vivían cerca sabían muy bien que era ahí donde se vendían los deseos.

El surtido era muy variado, prácticamente todo podía comprarse allí: enormes yates, casas, una pareja, el puesto de vice-presidente de una corporación, dinero, hijos, el trabajo soñado, un buen cuerpo, la victoria en un concurso, grandes automóviles, poder, éxito y muchas cosas más. Lo único que no se vendía allí eran la vida y la muerte, eso era tarea de la oficina principal que se ubicaba en otra galaxia.

Lo primero que hacía cada uno de los que llegaba a la tienda (porque hay quienes ni siquiera iban a la tienda, y se quedaban en su casa cruzados de brazos cuidando su deseo) era preguntar el precio de su deseo.

Los precios eran todos diferentes. Por ejemplo, el trabajo soñado costaba el renunciar a la estabilidad, y predictibilidad, requería estar listo a planear y estructurar la vida por cuenta propia, usar la seguridad en sí mismo, tener confianza en las propias fuerzas y el permitirse trabajar donde dictase el corazón y no donde la sociedad ordenara.

El precio del poder, por su parte, era un poco más alto: había que renunciar a algunas de sus convicciones, saber encontrarle una explicación racional a todo, saber aplacar a los demás y valorarse a sí mismo (y hacerlo casi sin escatimar), darse la oportunidad de decir “yo“, hablar de sí sin importar si los demás estaban o no de acuerdo con eso.

Algunos de los precios parecían extraños, el matrimonio podía obtenerse casi sin dar nada a cambio, pero tener una vida feliz era muy caro: hacían parte de su precio el tomar para sí la responsabilidad de la propia felicidad, la capacidad de disfrutar la vida, el conocer lo que se quiere, el negarse a gustarle a todos, la capacidad de valorar lo que se tiene, el permitirse ser feliz, el ser consciente del valor propio, el negarse a ser la víctima, el riesgo de perder algunos amigos y conocidos, y la firme determinación de amar.

No todos los que llegaban a la tienda venían listos para comprar un deseo al instante. Algunos se decepcionaban y se marchaban luego de ver el precio de su deseo. Otros pasaban largo tiempo pensando, contando de nuevo lo que tenían y analizando de dónde sacar lo que les hacía falta. Otros empezaban a quejarse por lo alto de los precios, pedían descuentos o preguntaban cuándo serían las promociones.

Había otros que traían todos sus ahorros y recibían a cambio su deseo tan anhelado envuelto en un lindo papel de regalo dorado. Con cierta frecuencia también aparecían aquellos que recibían sus deseos sin pagar nada porque eran amigos del dueño, los demás los miraban con envidia y recelo.

Cuando le preguntaban al dueño de la tienda si no temía ganarse muchos enemigos o quedarse sin clientes él negó con la cabeza y respondió que siempre habría valientes dispuestos a arriesgarse, cambiar su vida, renunciar a tener una existencia predecible y común, aquellos capaces de creer en sí mismos, con la fuerza y los medios para pagar el precio de la realización de sus deseos.

Una cosa que también recuerdo es que en la puerta de la tienda durante cientos de años estuvo colgado un aviso que decía ”Si tu deseo no se ha cumplido es porque aún no lo has pagado».

Autor: Yulia Minakova (psicóloga)

Comprenderse a uno mismo para comprender a los demás, 15 sabias frases de un conocido Psicólogo.

Guárdalas y vuelve a leerlas en un momento de dificultad

Relacionarse con quienes nos rodean puede ser algo realmente difícil, y ni hablar de ponerse de acuerdo con uno mismo.

Hoy te traemos 15 frases del reconocido psicólogo Mijail Litvak que pueden ayudarte en uno u otro momento de la vida.

  1. No conozco el camino al éxito pero sé que el camino a la desgracia es intentar gustarle a todo el mundo.
  2. No existe la lógica masculina o femenina, lo que sí existe es el saber pensar correctamente y no hacerlo.
  3. ¿Quieres conocer a tu peor enemigo? Mírate al espejo. Véncelo y todos los demás saldrán corriendo.
  4. Hablar con tus enemigos es muy agradable, hablar con tus enemigos es muy útil.
  5. Sólo hay una razón de peso para vencerse: reconocer la imposibilidad de crecer como persona en situaciones dificiles.
  6. La mente inmadura no actúa y critíca, la madura conoce y actúa.
  7. Comparte tu alegría con tus amigos y con tus enemigos. Tus amigos se alegrarán y tus enemigos se sentirán desconcertados.
  8. No corras tras la felicidad, encuentra el lugar donde nace y ella misma te encontrará. El lugar donde nace la felicidad está en tu interior, y el camino para llegar ahí está en desarrollar al máximo tus capacidades.
  9. La felicidad es el efecto secundario de un actuar organizado.
  10. Si alguien te acusa de ser malagradecido averígua de inmediato cuánto cuestan sus servicios, págale y nunca más te relaciones con esa persona.
  11. Si quieres demostrarle algo a alguien significa que vives con el propósito de demostrarle algo a alguien. Si vives tu vida para ti mismo no tendrás necesidad de demostrarle nada a nadie.
  12. Los sueños son la voz de nuestras habilidades. Si lo soñamos significa que podemos hacerlo.
  13. Para saber qué piensa alguien de ti, cuéntale tus planes y tus sueños. Si te envídia o te odia te criticará, si desea lo mejor para ti intentará decirte cómo hacer realidad tus deseos.
  14. Al hablar con alguien recuerda que lo más probable es que tenga un buen concepto de sí mismo.
  15. El éxito no recuerda las ofensas.

Las parejas actuales y algunos motivos de sus fracasos

— Dejamos de esforzarnos. Porque no le vemos sentido a hacerlo, siempre nos han dicho que hay muchos peces en el mar y no vale la pena sufrir sólo por uno, menos aún cuando ese “pez“ está ahí al alcance de nuestros pulgares, en nuestros teléfonos y tabletas, en las redes sociales y páginas para encontrar pareja, son tantas opciones que ya se hace difícil elegir. Casi es posible ordenar una persona como ordenamos una iPad de una tienda en linea, con todo y entrega a domicilio. Nos da la impresión que cercanía es enviarse el uno al otro emoticones, y que un mensaje de texto diciendo ”Buenos días» reemplaza un abrazo al despertar. Nos decimos a nosotros mismos que el romance ya está muerto, y es posible que así sea, pero también es posible que lo único que necesitemos sea volver a descubrirlo. Puede ser que el romance en nuestro tiempo empiece por dejar a un lado el teléfono a la hora de la cena, y mirarnos a la cara. El romance podría estar muy cerca, sólo que no sabemos reconocerlo.

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Cuando ya hemos elegido a una pareja nuestra mirada no deja de buscar otras opciones alrededor, porque tenemos la oportunidad de elegir, y es esa oportunidad la que nos anula. Pensamos que entre más oportunidades tengamos es mejor, pero como dice el dicho el que mucho abarca poco aprieta; nunca llegaremos a sentirnos satisfechos, completamente satisfechos. Es que ni siquiera entendemos qué se siente estar satisfechos, no sabemos cómo se ve, y de que se trata en realidad, siempre estamos un poco aquí y allá, porque sabemos que tras la puerta hay muchas más opciones, más y más.

Man hugging girlfriend and flirting with other woman

 

Nos tranquilizamos y nos entretenemos, pero si no tenemos la valentía para ver a la cara a nuestros demonios ¿como vamos a amar a alguien más, si será dos veces más dificil? Nos rendimos y nos vamos. Es posible que ninguna otra generación antes de nosotros haya visto el mundo con tal frivolidad. Podemos abrir el navegador de internet, por coincidencia ver una foto de algún lugar del mundo, luego sacar la tarjeta de crédito de la billetera y reservar un vuelo hacia allá. Podemos hacerlo, pero no lo hacemos. Se trata de que aunque tengamos la capacidad economica para hacerlo realidad, preferimos quedarnos sentados en casa viendo la vida de los demás en Instagram, misma que podríamos tener (sin importar el lugar). Vemos lugares donde nunca hemos estado, gente a la que no conocemos, nos “bombardeamos” con estímulos sensoriales y luego nos preguntamos sorprendidos ¿por qué somos tan infelices?. Y la respuesta es sencilla: no tenemos ni la menor idea de qué es nuestra vida, pero sí sabemos muy bien qué no es.

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Si al fin encontramos a alguien que puede amarnos y a quien podemos amar, nos damos prisa a hacerlo público, le decimos a la gente que ahora tenemos una relación, cambiamos nuestro estatus en Facebook, subimos nuestras fotos a Instagram: ahora no se trata de una persona, sino de “los dos“, y esa pareja debe verse bien, radiante y en armonía. No publicamos cuando nos peleamos hasta las tres de la mañana, ni las fotos de los ojos rojos e hinchados y las sabanas mojadas por las lágrimas. Tampoco escribimos 140 símbolos en Twitter para comunicarle a todos que hace un momento una conversación puso en vilo el futuro de nuestra relación. No, no compartimos ese tipo de cosas, por que ”son personales“ (¿puede ser que nuestra armonía y felicidad también lo sea?). Si vamos a mostrarnos con nuestra pareja lo hacemos como si se tratase de algo ideal.

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Luego vemos a otras parejas “felices e ideales” y nos comparamos con ellos. Nos hemos convertido en la generación de las emociones y de las elecciones, la generación de la comparación, una generación que se mide en la cantidad de ”Me gusta“: el que es bueno, el que es mejor, y el mejor. Nunca antes había existido un canon tan marcado de cómo debería verse ”La mejor vida posible“. Con un par de clics podemos pasar de estar felices a no estarlo, porque siempre habrá alguien mejor. Nunca seremos lo suficientemente buenos porque la vara con la que nos medimos en realidad no existe. No existe esa vida, ni existen esas relaciones, pero no podemos (ni estamos listos) para entenderlo, y es que claro, la hemos visto con nuestros propios ojos en las notificaciones de Facebook, y la queremos, y sufriremos hasta no obtenerla.

Y terminamos, porque no somos lo suficientemente buenos y porque nuestras relaciones no son como nos las muestra el ideal. Otra vez pasamos páginas, navegamos de perfil en perfil, de nuevo ordenamos a domicilio a otra persona, como si se tratase de una pizza, y todo comienza de nuevo, emoticones, sexo, un mensaje de “buenos días”, una selfie de los dos. Una pareja radiante y feliz. Nos comparamos, nos comparamos y nos comparamos. Luego, de a poco y sin darnos cuenta nos cubre una ola de insatisfacción, peleas, “hay algo malo en nuestra relación“, ”esto no está funcionando”, “necesito algo más”, y terminamos, otro amor perdido.

Y la próxima vez será lo mismo, otra vez un ”éxito“ pasajero, un intento más de meter la complejidad de una relación en 140 símbolos, en imágenes congeladas y llenas de filtros, en cuatro salidas al cine. Nos preocupamos tanto en dar la impresión de ser felices que acabamos no siéndolo ¿cuál es el ideal y a quién se le ocurrió? No lo sabemos, pero vamos tras de él.

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Pero ese ”algo más» tras del que vamos siempre es una mentira. Lo que es natural, y lo que en realidad queremos es charlar un poco, queremos ver la cara de nuestro amado o amada en vivo, y no en una pantalla, queremos que todo ocurra progresivamente, en realidad necesitamos la sencillez, y no necesitamos que nuestra vida se llene de “me gusta”, seguidores, comentarios y votos; lo que sucede es que por el momento no nos hemos dado cuenta que es eso lo que queremos, pero así es. Queremos una conexión profunda y verdadera, un amor que construya y que no destruya, queremos ir de visita, estar seguros de que hemos vivido nuestra vida y hemos aprovechado lo mejor de ella. Es precísamente eso lo que queremos, aunque aún no lo sepamos.

Por ahora no vivimos, ni amamos.

Autor: Jamie Varon

El efecto de esta ilusión óptica es tan fuerte que puede durar meses, ten cuidado.

Después del dolor de cabeza y confusión que causó el famoso vestido en la red -que por cierto, es azul con negro- surge esta nueva ilusión óptica que nos ayuda a seguir descubriendo cómo funciona nuestra cabeza.

Esta imagen se viralizó por un artículo del Daily Mail debido a que, además de jugar con la interpretación de los colores, incluye una amenaza para quien lo realice: tu percepción del color puede verse afectada (temporalmente).

Pero vamos directo a la imagen.

Espera, no tan rápido, antes tenemos que advertirte las posibles consecuencias. En 1965, la psicóloga estadounidense Celeste McCollough, descubrió un fenómeno de percepción visual: al mirar durante un tiempo imágenes de rayas en blanco y negro, después concentrarse en otras de color verde y rojo y luego volver a mirar las primeras, el ser humano tenía la sensación de verlas verdosas y en tonos rosas. Se denomina post-efecto de color contingente a la orientación.

Esta percepción alterada del color puede durar horas e incluso meses. ¿Vas a intentarlo?

1. Mira durante por lo menos un minuto esta imagen.

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2. Ahora observa esta imagen. Primero mira un cuadrado y luego el otro durante algo más de un minuto cada uno.

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3. Vuelve a mirar la imagen en blanco y negro.

Si seguiste bien los pasos, ahora deberías de mirar tonalidades verdes y rosas. Además, esta sensación debería durar más de un minuto.

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4. ¿Si lograste ver esas tonalidades en la imagen en blanco y negro?

Si la respuesta es afirmativa, lamentamos decirte que ese efecto no te va a durar meses. De hecho, según algunas teorías,  si vuelves a mirar a esta imagen con los mismos colores, pero con el sentido de las líneas cambiado, el efecto se habrá corregido.

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¿Desapareció?

Esta alteración de la percepción, mejor conocida como el efecto McCollough -debido a la psicóloga que lo descubrió- ha llegado a durar hasta tres meses y medio. Esto depende del tiempo que la vista esté expuesta a las imágenes anteriores.

¿Eres una persona autodestructiva? estos 15 rasgos te lo dirán.

El comportamiento autodestructivo incluye aquellas acciones que una persona realiza aunque le hagan daño. Aunque podamos pensar que nadie quiere lastimarse a sí mismo, es bastante común que en algún momento de la vida las personas adopten hábitos que les hacen daño. A veces, incluso, pueden ser muy pronunciados y peligrosos.

¿Cómo se hace daño una persona autodestructiva?

En algunas personas, el comportamiento autodestructivo adopta la forma de pensamientos negativos recurrentes, que terminan obsesionando a la persona hasta que ella misma convierte esos malos presagios en realidad. Un ejemplo claro es cuando alguien repite: «Estoy seguro de que voy a fracasar», y entonces, fracasa.

En otros casos, la conducta autodestructiva se manifiesta de maneras más concretas: trastornos alimentarios (no comer o comer en exceso), adicciones (al alcohol, a las drogas, al juego), o autoflagelación (las personas pueden, por ejemplo, lastimarse intencionalmente brazos o piernas). Esta última es una de las manifestaciones más peligrosas y requiere atención psicológica inmediata.

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Otra dimensión en la que se expresa el comportamiento autodestructivo es en la relación con otras personas. Algunas personas se vuelven conflictivas al punto de generar rechazo y quedarse solos, o provocar a las personas a que los humillen, despidan, lastimen o marginen. Otras, se esfuerzan y sacrifican demasiado por los demás (o por una persona en concreto), descuidándose a sí mismos física y mentalmente.  El aislamiento deliberado o los celos y relaciones posesivas también son conductas de autodestrucción. Estas personas también suelenocultar sus emociones y, sobre todo, no dejarse ayudar.

Por último, las personas autodestructivas suelen tener poca confianza en sus capacidades, serautoindulgentes («todo me sale mal»),  y estar largas temporadas abandonándose física y mentalmente. Todo esto se vuelve en un círculo vicioso, porque perjudica todo proyecto académico, laboral o personal, volviéndolo irrealizable.

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Señales de diagnóstico:

Algunos comportamientos están descritos en los manuales diagnósticos de psicología como los síntomas para notar si una persona es auto destructiva. Si reúnes notas que un ser querido reúne 5 de estas características, puede ser una señal de alerta.

  1. Tiende a relacionarse con personas que le hacen daño y frecuentar entornos que lo perjudican.
  2. No se deja ayudar ni aconsejar.
  3. Si logra alguna mejoría importante en su vida, por ejemplo un buen empleo, reacciona con depresión, sensación de culpa o conductas autolesivas. También puede boicotear el logro.
  4. Provoca que los demás se enfaden con él y después se lamenta.
  5. No acepta invitaciones a actividades placenteras, o si lo hace no le gusta reconocer que lo pasa bien.
  6. No consigue llevar a cabo los compromisos y tareas necesarios para lograr sus objetivos académicos o profesionales, aunque tenga la capacidad de hacerlo (es posible notar que pueden ayudar a otras personas a mejorar, pero son incapaces de aplicar los conocimientos y actitudes necesarios en su propia vida).
  7. No acepta que los demás se interesen en su bienestar.
  8. Es demasiado propenso a auto-sacrificarse para ayudar a otras personas.
  9. No se rebela ante el abuso psicológico, físico o sexual que otras personas le infligen.
  10. Se comporta siempre de esta manera; no cuando está deprimido o ante alguna situación excepcional por la que se sienta mal (por ejemplo, un duelo).

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Otras conductas:

Algunas conductas autodestructivas son silenciosas, pero dependiendo de la persona y de la intensidad de estas conductas, muchas veces pueden observarse y ser también señales de alarma. Deberías estar atento si tú o alguien de tu entorno:

  1. Boicotea las relaciones que están funcionando bien.
  2. Come demasiado, o no come.
  3. Tiene conductas claramente dañinas, como beber demasiado, consumir frecuentemente sustancias que alteran la conciencia o autoflagelarse.
  4. Se aisla.
  5. Oculta sus emociones.
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¿Qué hacer ante los comportamientos autodestructivos?

Si piensas que estás teniendo conductas autodestructivas, ya has dado un paso para superarlas, y el siguiente es pedir ayuda. Lo mejor es que sea la de un psicólogo profesional. Si piensas que alguien de tu entorno se está haciendo daño, puedes hablar con él para hacerle notar que necesita ayuda.