Archivo de la etiqueta: ciencia

¿Cuántas horas se necesitan dormir para tener una vida saludable?

Mantener unos buenos hábitos de sueño es vital para llevar una vida saludable, ya que un mal descanso puede afectar a la capacidad intelectual y al rendimiento, así como agravar o aumentar probabilidad de desarrollo de otro tipo de enfermedades, como como el Parkinson o el Alzheimer.

«Dormir es fundamental para nuestra salud física y mental y este sueño debe ser de calidad y con una duración adecuada», señala el doctor Carles Gaig Ventura, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN). «Por lo general, dedicamos pocas horas al descanso y además, son pocas las personas con problemas de sueño que buscan la ayuda de un profesional», explica para el portal 20minutos.

Horas de sueño dependiendo de la edad

Expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) recomiendan dormir entre 7 y 8 horas seguidas durante la noche, evitando hacer ejercicio al menos una hora antes de acostarse, así como el consumo de sustancias que afecten a la conciliación del sueño como las bebidas con cafeína o el alcohol.

En cambio, el doctor Gaig aclara que «las necesidades de sueño varían a lo largo de la vida, fundamentalmente en relación con la edad, pero también con factores genéticos y personales».
No obstante, la National Sleep Foundation recomienda:

  • 14-17 horas para los menores de 3 meses
  • 12-15 horas para los menores de 11 meses
  • 11-14 horas para los menores de dos años
  • 10-13 horas para los menores de 5 años
  • 9-11 horas para los menores de 13 años
  • 8-10 horas para los adolescentes
  • 7-9 horas para los adultos.

Para los mayores de 65 años se recomienda una duración de sueño diaria de 7-8 horas y, en todos los casos, lo ideal es mantener un horario de sueño regular con no más de dos horas de diferencia entre días de trabajo y días libre.

Homeopatía: ¿engaño o medicina?

Corren malos tiempos para la homeopatía.
Hace unos meses, Australia impuso la retirada de los productos de medicina alternativa de las farmacias y Estados Unidos anunció la obligación de comercializarlos con la advertencia de que no son medicamentos.

¿Medicina? Definitivamente, no. Ambas tuvieron un origen común hace tres siglos, pero hoy los métodos pseudocientíficos se acercan más a la superstición que a la curación.

En 2015, un niño murió en Italia porque sufría otitis y se le trató con los métodos de esta pseudociencia.
Hay lectores que pueden sorprenderse al leer estas noticias porque aparenta ser un tratamiento seguro. De hecho, hay facultativos que se anuncian como homeópatas. En Madrid existe un hospital que se rige por la filosofía de este dudoso sistema curativo. Incluso hay universidades que ofrecen másteres en esta disciplina. Y por supuesto, en muchas farmacias encontrará este rótulo en letras grandes.

La realidad es que la homeopatía es a la medicina lo que la astrología a la astronomía o la alquimia a la química.

Todas tuvieron un origen común hace tiempo, pero la medicina es una ciencia y la homeopatía sigue siendo una superstición. Surge de las ideas de Samuel Hahnemann. A finales del siglo XVIII ingirió una sobredosis de quinina como experimento para cuestionar los postulados del libro del médico escocés William Cullen que estaba traduciendo. Esto le produjo unos síntomas que asoció con la malaria.

A partir de ahí desarrolló los postulados de que lo similar cura lo similar y que cuanto más diluido esté un principio activo es más potente. Ninguna de estas ideas era correcta. Para em­pe­zar, los síntomas de un envenenamiento por malaria no son los que él describía, por lo que posiblemente lo que sufrió fue algún tipo de alergia. Lo similar no cura lo similar.

La mejor prueba es que el dolor no es como una amapola, pero de esta planta se extraen potentes analgésicos.
Tampoco algo es más potente cuanto más diluido, y lo puede comprobar cualquiera que le eche agua al whisky.
Sin embargo, en su momento, la propuesta de Hahnemann podía tener sentido. En aquella época anterior a los ensayos clínicos, la medicina “oficial” utilizaba terapias agresivas y sin ninguna eficacia como lavativas, sangrados, inducir vómitos o administrar productos tóxicos como el arsénico, el mercurio y el plomo. Era más probable que el paciente se muriera por el tratamiento que por la propia enfermedad. En ese contexto, un método basado en dar agua o pastillas de azúcar, es decir, en no hacer nada, evitaba el daño que provocaba la propia medicina, y los resultados, para afecciones que podían curarse solas, eran muy satisfactorios. Por eso triunfó hace 200 años.

No obstante, en dos siglos la ciencia ha avanzado mucho. La aplicación del ensayo clínico ha conseguido logros como la vacunación o los antibióticos, además de fármacos efectivos contra muchas afecciones que en tiempos de Hahnemann eran mortales y que hoy se consideran problemas menores. ¿Y qué ha hecho la homeopatía en este tiempo? ¿Alguien conoce algún tratamiento pseudocientífico que haya desplazado a alguna medicación convencional? Ninguno. Y no será porque no se ha probado. Se han hecho cientos de experimentos para ver si tiene algún tipo de efectividad. De momento, sin éxito.
¿Y por qué se vende en farmacias? La homeopatía se beneficia de una excepción de la ley del medicamento según la cual para venderse no tiene que demostrar que es efectiva sino que es inocua, algo que no tiene problema en superar puesto que es agua y azúcar.
Hace unos años se planteó una regularización, pero acabó en el limbo y ahora mismo los productos homeopáticos viven en un vacío legal. Por lo tanto, esta disciplina pseudocientífica pudo tener sentido hace 200 años, pero en la actualidad es como esas series que se alargan demasiado, una broma pesada de la medicina.

Y si alguien quiere hacer un sencillo experimento sobre su efectividad, la próxima vez que vaya al dentista que pida un anestésico homeopático. A ver si siente dolor o no.

El mito de la pseudociencia

Los productos homeopáticos son prácticamente agua.
En los preparados se utiliza la nomenclatura CH (centesimal hahnemanniana) para indicar las veces que se ha diluido el producto original.
1 CH implica que se ha diluido una parte de tintura en 99 de agua.
2 CH, una parte en 9999 de agua. Es decir, las disoluciones que aplican están fuera de toda lógica científica.
Hay especialidades homeopáticas de 30 y 40 CH que equivalen a disolver una molécula en una esfera de agua del tamaño del sistema solar o del universo, es decir, no hay nada, solo agua. Los homeópatas argumentan que el agua retiene la memoria de lo que ha disuelto y eso explica su efectividad.
El misterio es cómo consiguen que recuerde solo lo que el pseudocientífico quiere que recuerde y olvide lo demás.

 

Artúculo publicado en EL PAÍS

Antidepresivos: el secreto mejor guardado de la industria farmacéutica

En julio de 2016, un estudio de la Universidad de Oxford a gran escala decidió comprobar la eficiencia de administrar antidepresivos en niños y adolescentes diagnosticados con distintos grados de depresión. Para eso, recurrieron a la examinación de más de cinco mil personas y una amplia gama de tratamientos existentes en el mercado y recetados cotidianamente por los especialistas de la salud.

El resultado de la exhaustiva investigación fue un golpe frontal para una industria multimillonaria, en manos de quien se deposita nada menos que la salud de más de 80 millones de usuarios de estos fármacos: los antidepresivos no aportan ningún beneficio para los pacientes y su uso no demuestra cambios significativos para tratar la depresión.
Solamente uno de los catorce tratamientos estudiados demostró ser apenas más efectivo que un placebo y su efecto de acción se reduce únicamente a personas «extremadamente deprimidas», mientras que en adolescentes y menores no surge efecto su aplicación.

El resultado de esta investigación llegó a una conclusión similar a la de una previa realizada en 2008 a cargo de la Universidad de Hull, que comparó 47 pruebas clínicas utilizadas como argumento ante la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos) y otros organismos encargados de la aprobación de fármacos en el mundo para solicitar la licencia de algunos de los antidepresivos más recetados y conocidos en el mercado.

La polémica se instaló entre los especialistas de la salud cuando se comprobó que estas drogas producen una leve mejoría de apenas dos puntos porcentuales en la escala de valoración de Hamilton (una prueba que trata de medir el nivel de depresión de un individuo diagnosticado), una cifra que, según los estándares internacionales, no puede ser considerada como mejoría clínica comprobada.

A partir de estos datos, toma fuerza una pregunta obligada ante la popularidad de estos medicamentos en el mundo occidental y lo cotidiano de su uso: ¿realmente necesitamos de los antidepresivos para ser felices?

 

Más de 350 millones de personas alrededor del mundo sufren de depresión, una más de la larga lista de epidemias occidentales del siglo XXI. Los cuadros depresivos y sus síntomas pueden acarrear estragos que afectan directamente en la calidad de vida y salud de los individuos que la sufren, toda vez que se enfrentan a un círculo que parece no tener fin.

Estos medicamentos son conocidos como inhibidores selectivos de la reabsorción de serotonina y, en teoría, aumentan los niveles de serotonina, un poderoso neurotransmisor que está relacionado con el sueño, el control de las emociones y el estado de ánimo, ampliamente identificada como «la hormona de la felicidad».

A partir de su auge en la década de los 90, fueron presentados al público como inofensivos y con menos reacciones secundarias que sus predecesores; sin embargo, lo cierto es que en ocasiones la solución puede resultar tanto o más peligrosa que la depresión misma. Los efectos secundarios ocasionados por el uso constante de antidepresivos van desde las náuseas, ataques de ansiedad, insomnio y hasta un riesgoso aumento de pensamientos suicidas, según el estudio de 2016.

El problema de la medicación exagerada de antidepresivos no se reduce a los adultos, también es una realidad en pacientes adolescentes e infantiles. Este tipo de fármacos son recetados cada vez con mayor frecuencia sin un control sobre su uso, pues algunos médicos especializados suelen recomendarlos indiscriminadamente para afrontar circunstancias adversas de la vida y momentos complicados.

Ante este panorama, no sólo está en juego la solvencia y credibilidad de una industria farmacéutica que tiene más poder que nunca sobre los tratamientos alrededor del mundo y que en diversas ocasiones prefiere mantener en secreto los resultados y efectos de sus medicamentos, aun cuando se trata de un tema de interés público. También de ella depende la salud de millones de personas, cuya mejor terapia podría iniciar repensando el estilo de vida occidental a partir de conceptos tan generales como la relación entre salud-enfermedad, la obsesión por estar felices todo el tiempo y, sobre todo, los efectos psicológicos de una vida gris y monótona que obliga a la mayoría de las personas a repetir una cansada rutina día tras día.

7 mitos sobre el cerebro que siempre creíste reales

El cerebro es la estructura más compleja del Universo. El desarrollo de un órgano tan sofisticado llevó millones de años, desde los organismos más primitivos y hasta su versión más completa, el del homo sapiens.
10 mil millones de neuronas estimuladas por impulsos eléctricos que crean puentes de información donde se almacena el conocimiento, la memoria, destrezas, movimientos finos y cada uno de los pensamientos de cada hombre desde los orígenes de la conciencia.

El pensamiento abstracto, la capacidad de crear un lenguaje, la transformación del entorno a través de la consciencia y la aplicación del trabajo humano hacen a este órgano el más potente de cualquier ser vivo.
La información que poseemos sobre su funcionamiento es básica comparada con cada una de sus estructuras.
Los mitos sobre el cerebro, su uso y alteración se propagan por toda la red como verdad sin comprobaciones de por medio.

El efecto de la música clásica en el cerebro de los más pequeños, el uso mínimo de la humanidad de la materia gris, el alcohol que destruye a las neuronas y las grandes diferencias entre la corteza cerebral de hombres y mujeres son algunos de los mitos más aludidos cuando se habla del motor del sistema nervioso central. Conoce la realidad detrás de éstas y otras grandes falacias que rodean al cerebro:

Sólo utilizamos el 10% del cerebro

En 1907, uno de los primeros hombres en estudiar de lleno las conexiones neuronales, William James, afirmó que los humanos sólo utilizaban una pequeña parte de todos sus recursos mentales.
En ese mismo año, un periodista popularizó la frase agregando el 10% para obtener mayor impacto, tergiversando la idea original de James.
La noción se viralizó y un ejemplo de su aplicación incorrecta es «Lucy» (2014), donde Morgan Freeman actúa como un neurólogo que respalda el dato. En realidad, los humanos utilizan cada parte de su cerebro dividido en lóbulos, que funcionan para acciones específicas, mas no simultáneas.

La música clásica mejora el desarrollo cerebral

Un mito urbano reciente tomado como verdad por un sinfín de padres que, preocupados por el desarrollo neurológico de los más pequeños, reproducen a Mozart sin parar en el vientre materno, durante la siesta, en la comida o a la hora del baño de los bebés.
Un famoso estudio de 1993 de la Universidad de Irvine, California, se encargó de alimentar esta ficción después de hacer un test de inteligencia a 36 estudiantes que escuchaban música clásica. La noticia fue replicada con gran velocidad y a raíz de su divulgación, decenas de estudios han tratado de demostrarlo de nuevo sin éxito, llegando a la conclusión de que este principio carece de sustento científico.

Las neuronas dejan de producirse en la edad adulta

En la antigüedad, algunas culturas creían que el semen era la sustancia vital de los hombres, de modo que si un varón eyaculaba con frecuencia, podía agotar su reserva total y así morir poco a poco.
Esta lógica está presente en un mito con respecto a la unidad anatómica del cerebro, las neuronas: mucha gente cree que aparejado al desarrollo físico, el desarrollo neuronal se detiene al llegar a la etapa adulta.
El estudio científico que echó por tierra esta noción fue realizado en 2014 por un equipo del Instituto Karolinska en Suecia, que demostró a través de la prueba de carbono 14 como un grupo de neuronas eran mucho más jóvenes en adultos mayores de lo que se pensaba.

Los cerebros masculinos funcionan mejor para la lógica, los femeninos para la empatía

Una sólida base del edificio discursivo del machismo se desmorona después de comprobar que el cerebro del hombre no está mejor capacitado para las matemáticas o las ciencias duras, mientras que el de la mujer se concentra en los sentimientos y la empatía.
Por supuesto, existen pequeñas diferencias en este órgano según el sexo y son contrarias a la sabiduría popular: el hipocampo, encargado de la memoria, es mayor en mujeres, mientras que la amígdala, asociada con las emociones, es mayor en el sexo masculino. Todos los resultados de pruebas y exámenes relacionados con la mayor capacidad según el sexo para una actividad determinada, están poderosamente influenciados por los factores culturales y nada tienen que ver con la estructura cerebral.

Resolver crucigramas mejora la capacidad de tu memoria

Durante años, las revistas de crucigramas fueron anunciadas como la fórmula para fortalecer las relaciones neuronales encargadas de la memoria. Después de más de una decena de estudios científicos de todas partes del mundo, la comunidad neurocientífica llegó a la conclusión de que resolver crucigramas es una estupenda forma de ejercitar el cerebro, poderosamente útil sólo para aumentar la destreza y velocidad mental cuando se trata de resolver otros crucigramas. Ninguna ventaja cognitiva o de memoria se asocia a la práctica continua de este pasatiempo.

El tipo de aprendizaje mejora la retención de conocimiento

En la pedagogía moderna, los «tipos de aprendizaje» son una teoría que se esparce como un virus por salones de clase, cursos, conferencias y coloquios ante los más incautos, que en aras de mejorar su experiencia para aprender, meditan profundamente si su aprendizaje se basa en los estímulos visuales, auditivos o kinestésicos.
La mala noticia es que ningún «tipo de aprendizaje» es mejor que otro en términos generales y el conocimiento de un grupo no depende del sentido que utilice para aprender, sino del grado de atención y estímulos. Las neurociencias han demostrado hasta el cansancio que el proceso de aprendizaje depende de cada individuo y como tal, las estrategias varían dramáticamente en función de la capacidad de retención y comprensión.

Tomar alcohol acaba con las neuronas

El dolor de cabeza después de una noche de alcohol sin medida, no se debe a la muerte de neuronas ahogándose en tu trago favorito. Una investigación en 1993 del Instituto Bartholin de Dinamarca, estudió los cerebros de cadáveres de alcohólicos crónicos para determinar si los daños cerebrales sufridos por esta enfermedad se debían a una reducción del número de células del cerebro. Los resultados demostraron que poseían igual cantidad de células que un grupo de hombres abstemios al momento de su defunción. El alcoholismo crónico –especialmente en un corto periodo de tiempo– puede dañar las conexiones neuronales, pero se pueden regenerar inmediatamente después de dejar de beber. De la misma forma, largos periodos de beber alcohol sin caer en adicción no muestran disminución alguna en el número de neuronas del cerebro.

Los misterios de la complejidad de la materia gris siguen siendo una incógnita cuya resolución puede poner fin a temas tan controvertidos como la existencia del alma, el desarrollo de la conciencia o la inteligencia.

4 mitos sobre la herencia genética que siempre creíste ciertos

La inteligencia, el color de ojos, el carácter y hasta la orientación sexual: crear un bebé no es un manual de cocina, donde repetir paso a paso una y otra vez da como resultado un producto idéntico al que sólo hace falta agregar alguna modificación al gusto.

En realidad, cada encuentro entre un gameto masculino y femenino es único y tiene como resultado un producto igualmente irrepetible de entre miles de millones de humanos.

A pesar de los esfuerzos científicos, buena parte de la gestación humana y su impacto en el desarrollo de habilidades complejas, como la inteligencia, aún siguen siendo un misterio. ¿Crees que la inteligencia y el color de los ojos dependen de la madre, mientras que el carácter de un bebé está dispuesto por su padre, o que el tamaño del cerebro es un rasgo inequívoco de la capacidad mental de un niño? Descubre cuáles son los mitos más recurrentes sobre la herencia genética en estos 4 puntos:

La inteligencia se hereda de la madre

Este mito surgió a raíz del descubrimiento de que las discapacidades mentales se encontraban más frecuentemente ligadas con el cromosoma X y erróneamente, se pensó que tal cromosoma era el encargado de definir los rasgos intelectuales heredados.
Por lógica simple, la conclusión de entonces fue que las mujeres (que aportan dos cromosomas X) tenían mayores posibilidades de transmitir la «inteligencia» a sus hijos.

En realidad, ningún rasgo depende enteramente de la información genética específica del padre o la madre, mucho menos la inteligencia, un concepto complicado y diverso que no sólo involucra una predisposición genética, también carga con factores sociales que definen la capacidad de cada individuo de resolver problemas complejos.


Es posible elegir el sexo del bebé

Dietas, elección deliberada de espermatozoides en la fecundación in vitro o elegir una posición sexual específica son algunos de los mitos populares que se aconsejan con la intención de elegir el sexo de los descendientes.
Sin embargo (y a pesar de que algunos estudios demuestran un alto índice de efectividad al momento de escoger entre niño o niña) la realidad es que no existe una certeza absoluta en las distintas técnicas preimplantacionales para determinar el sexo de un bebé.


A cerebros más grandes, mayor inteligencia

Se trata de un mito recurrente en lo que refiere a una de las características más deseadas en los descendientes: la inteligencia. Desde el siglo XIX, la noción de que el tamaño de la masa gris correspondía proporcionalmente a la inteligencia se estableció como norma, pero hoy sabemos que no existe relación alguna entre el tamaño y la capacidad del sistema nervioso central.

La mejor evidencia está en el reino animal: los elefantes y las ballenas tienen un cerebro mucho mayor en volumen que los humanos; sin embargo, tales especies no son más inteligentes que nosotros.
Estadísticamente, las personas que tienen un cerebro más grande de lo normal (condición conocida como megaencefalia) suelen obtener calificaciones más bajas en pruebas de inteligencia que el promedio.


Existe un gen de la homosexualidad

Desde hace un par de décadas, la idea de que existen ciertos genes que predisponen la orientación sexual de los individuos ha aterrizado en estudios científicos y artículos que anuncian su descubrimiento. Se trata de una premisa que resulta paradójica en términos evolutivos, pues dada su naturaleza, un rasgo como la homosexualidad no podría transmitirse genéticamente de generación en generación.

Tal y como los vicios, las preferencias sexuales están definidas por una multiplicidad de factores sociales, como las creencias, educación y otras circunstancias que nada tienen que ver con la información genética que se hereda de padres a hijos.

 

5 cosas que definen tu personalidad aún antes de nacer

Para que tú seas quien eres, millones de casualidades tuvieron que ocurrir; para comenzar, tus padres tuvieron que nacer, para que eso pasara, debió pasar lo mismo con sus respectivos padres y para lograrlo, los padres de sus padres. Así hasta el infinito.

Cada uno de esos encuentros precisó un momento exacto, un segundo justo y decisivo para dar el resultado de una sola vida; los miles de procesos posteriores determinaron que nacieras en las condiciones en que lo hiciste. Esto sin contar que a partir de la primera vez que tus ojos vieron el mundo, llegó a ti de golpe, un millar de información visual, auditiva, táctil y hasta olfativa.

Existen fetos adictos. Antes de dar su primer respiro en este mundo, se han vuelto dependientes a la sustancia que su madre no paró de consumir durante su embarazo: heroína, crack, metadona e incluso, alcohol.

¿Qué determina ser lo que somos?

Tu sexo

En un segundo exacto, 250 millones de espermatozoides se abrieron paso para fecundar un óvulo —que había madurado por décadas y justo ése había sido liberado— y sólo uno de estos cientos de millones logró sortear la barrera. En ese momento se decidió tu sexo: el espermatozoide contenía la información cromosómica que te hace ser quien eres.

Tu rostro

Todas las caras del mundo son diferentes, ¿cómo logra esto la naturaleza? En parte sigue siendo un misterio, pero lo que sabemos es que juega con combinaciones de las 14 estructuras que la elaboran. La forma de tu nariz, ojos, labios y el color de tu piel, está determinado por tu información genética. Estas formas se van elaborando, aproximadamente, a las 4 semanas.

Tu identidad dactilar

Cerca de las 10 semanas de gestación se crearon tus huellas digitales. Esas que son únicas en el mundo y con las que ahora te identificas para cualquier tipo de trámite oficial. Por este mismo periodo, tus neuronas se producen por cientos de miles a cada minuto.

Tu lateralidad

Llegando a las 11 semanas, decidiste usar tu extremidad derecha o la izquierda, estableciéndose así, si serías zurdo o diestro. Aunque se sabe que conforme crecemos, el medio nos adapta a tomar cierta inclinación, es en este punto donde comienza a dibujarse la elección lateral.

Tus emociones

Aunque hay opiniones divididas al respecto, nuestro carácter puede condicionarse desde el vientre. Existen numerosas teorías que apuntan que, los estados anímicos de las madres afectan directamente al feto y que éste cambia la manera en la que ve el mundo dependiendo de ello. Podrías tender a la depresión o a la ansiedad, todo según tus experiencias embrionarias.

Además de estos, hay otros factores que te determinan a ser quien eres.
Sólo por mencionar algunos: el lugar donde naciste, el momento histórico y político donde comenzaste a desarrollarte, la lengua materna, si tuviste hermanos o no y más, pero estos últimos dependen del contexto social y las experiencias de vida, no de los genes que determinan tu ADN desde el vientre materno.

Por qué lo monos siguen siendo monos y otras preguntas sobre la teoría de la evolución

En todo el mundo (excepto en Turquía), la teoría de la evolución forma parte del conjunto de conocimientos que a todo niño se imparten durante la educación básica.
¿Cuáles son las principales dudas que aquejan al gran público sobre uno de los pilares de la ciencia moderna?

Aquí algunas de ellas:

“¿Por qué la evolución no explica el origen de la vida?”

La teoría de la evolución es una explicación científica del devenir de la vida en la Tierra que describe la forma en que las especies cambian a través del tiempo y cuáles son los factores que influyen en tales transformaciones.
A pesar de que la evolución está íntimamente relacionada con el estudio de los albores de la vida, no se trata de un intento por determinar el origen de la misma, sino la diversificación y multiplicidad de sus formas.
La evolución no explica (ni pretende explicar) el origen de la vida.

¿Por qué los monos siguen siendo monos y no evolucionan en humanos?”

Esta duda es una de las más frecuentes en el gran público y es frecuentemente utilizada como un “argumento” desde la religión y otros sectores escépticos de la evolución.
El error argumentativo parte del malentendido de una premisa básica: los humanos no provenimos del mono.
En realidad, ambas especies tenemos un ancestro común ‘reciente’, a tal grado, que compartimos más del 90 % de similitud genética con los chimpancés. Sin embargo, eso no significa de ningún modo que el proceso evolutivo de los simios siga el mismo curso que el humano.

“La evolución es sólo una teoría”

La teoría de la evolución –como el resto de teorías científicas– nació como un postulado que trataba de explicar la transformación y el origen de las especies a través del tiempo.
El propio Darwin estructuró un conjunto ordenado de principios causales y relaciones que dieron cuerpo a la evolución darwinista, misma que se comprobó a través del estudio de cientos de especies vivas alrededor de la Tierra.
Además de una teoría que explica de forma satisfactoria la realidad, con hipótesis demostradas una y otra vez, la evolución es un hecho histórico y biológico que de acuerdo con el razonamiento científico, hoy día resulta innegable.

“¿Por qué los humanos no seguimos evolucionando?”

El objetivo de la evolución es la creación de organismos mejor adaptados al medio para su subsistencia.
En el caso de los seres humanos, la capacidad de razonamiento y la conciencia han cambiado drásticamente las necesidades que hace 20 mil años aquejaban a nuestra especie.
El uso de la tecnología y el conocimiento en áreas como la medicina, la agricultura o la ingeniería han facilitado nuestra vida, por tal motivo, el proceso evolutivo de los humanos es distinto al del resto de seres vivos y está influenciado por los factores anteriormente descritos, pero esto no significa que la evolución no está en marcha en nuestra especie.

¿Cómo funciona la anestesia en nuestro cuerpo?

10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2 …black out

Una parte de ti ha sido anulada. No recuerdas, no puedes moverte. Respiras y tus signos vitales continúan con regularidad pero no estás soñando, ni pensando, ni sintiendo… estás anestesiado.

En lo siglos pasados, más de la mitad de los pacientes morían a causa del dolor producido por las heridas y el trauma que causaba una intervención quirúrgica, no por la enfermedad en cuanto tal —sólo hay que imaginar lo que significaría para alguien ver y sentir cómo un cuchillo atraviesa su piel hasta llegar a sus órganos—.

 Debido al horrible suplicio que vivían los pacientes, se buscaba un estupefaciente que aniquilara las sensaciones por un rato, sin que eso expusiera la vida. Así, se ensayó con alcohol, opio, mandrágora e incluso se propinaban fuertes golpes en la cabeza para llegar al estado de inconsciencia.

Más tarde se dio con el primer anestésico general: el éter dietílico. Al principio, fue usado como una droga, pronto se percibió que cuando los consumidores estaban en este estado no sentían dolor. Así pasaron los siglos y los anestesistas perfeccionaron los medicamentos y métodos para llevar a alguien a no sentir nada. En nuestros tiempos se combinan agentes inhalatorios e intravenosos para llegar a este efecto deseado.

¿Cómo funciona?

Tal vez no te guste esta respuesta pero… no se sabe. Es decir, la ciencia conoce cuáles son las reacciones orgánicas con la interacción de los anestésicos, pero aún se desconoce cómo es que esto funciona. La explicación más aceptada es que los anestésicos disuelven parte de la grasa presente en las células cerebrales, modificando las actividades celulares. Eso impide la actividad normal de los neurotransmisores sin afectar las funciones vitales del organismo.

Ahora bien, hay que distinguir entre anestesia local y anestesia general. La primera es mucho más estudiada y no implica tanto alboroto porque sólo se inhibe la percepción de una parte del cuerpo. Los anestésicos locales, como la Novocaína, logran bloquear los impulsos nerviosos de una parte específica no lleguen hasta el cerebro pues impide la transmisión a los centros del dolor localizados en el sistema nervioso central.

 En cuanto a la general, se sabe poco, pero se conoce que producen reducción en la transmisión nerviosa en las sinapsis, lo que hace que no se reciba ningún tipo de estímulo en ninguna parte del cuerpo. Aunque sí se conocen los efectos, todavía se desconocen los mecanismos moleculares que interactúan.

 La anestesia general no sólo evita el dolor, también produce hipnosis, analgesia, estabilidad hemodinámica y relajación muscular. Esto es un combo perfecto: quita el miedo, la tensión y el dolor físico —claro, aparece luego de despertar—.

A muchos les preocupa la falta de conocimiento de las consecuencias que la anestesia pueda tener a largo plazo. Algunos han cuestionado su aplicación. Sin embargo, gracias a ella se han salvado millones de vidas. ¿Imaginas cómo sería un transplante de riñón la extracción de una muela, un parto o una operación a corazón abierto sin anestesia?.

Con información de Cultura colectiva

Una vida sin azúcar es posible y… NECESARIO

El adulto promedio consume mucha más azúcar de la necesaria, por lo que reducir la ingesta de azúcar es una buena idea para la mayoría de las personas.
Algunas personas dan un paso más e incluso cortan de raíz su relación con el azúcar.

Últimamente, la dieta sin azúcar ha ganado en popularidad a medida que las personas buscan formas efectivas de mantenerse sanas o de perder peso. Sin embargo, no todos están convencidos de que la dieta sin azúcar funcione.

Puedes ver las cantidades de azúcar libre de cada producto comercial en sinazucar.org

Ya sea que eliminemos por completo el azúcar de la dieta o simplemente reduzcamos la cantidad que tomamos, existen consejos prácticos para ser tomados en cuenta:

1. Hazlo gradualmente

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta al cambiar la dieta es hacerlo gradualmente. Pasar de una dieta llena de azúcar a una que no contenga azúcar debería ser un proceso lento.

Podemos comenzar eliminando las fuentes más obvias de azúcar, dulces y bebidas azucaradas.

Reducir la cantidad de azúcar que le ponemos al café o al té también es esencial.

2. Lee las etiquetas

Leer las etiquetas puede ayudar a identificar los tipos de azúcares que se deben evitar. El azúcar tiene muchos nombres (al menos 61) y se encuentra en muchos jarabes y concentrados diferentes. Los más comunes incluyen: azúcar de caña o azúcar moreno, jarabe de maíz o jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, azúcar de remolacha, azúcar de coco, sirope de ágave, concentrado de zumo de manzana o uva, miel o panela. Además, cualquier cosa que termine con el sufijo «-osa» también conforma un tipo de azúcar, como la sacarosa, la glucosa, la dextrosa o fructosa.

3. Evita los carbohidratos simples

Muchas dietas sin azúcar también recomiendan que las personas eviten los carbohidratos simples. Los carbohidratos simples incluyen harina blanca, pasta blanca y arroz blanco. Los carbohidratos en estos alimentos se pueden descomponer rápidamente en azúcar en el cuerpo, lo que puede causar que aumenten los niveles de azúcar en sangre aumenten.

4. Planifica las comidas

Seguir una dieta sin una planificación es difícil. Cuando tenemos hambre, es más probable que busquemos un refrigerio poco saludable si no tenemos comidas nutritivas y tentempiés a mano.

5. Evita los azúcares artificiales

Son mucho más dulces que el azúcar, pero contienen poca o ninguna cantidad de calorías. Sin embargo, tomar azúcares artificiales puede engañar al cuerpo haciéndole creer que en realidad está comiendo azúcar. Esto puede exacerbar los antojos de azúcar de una persona, haciendo que sea más difícil para ellos seguir una dieta sin azúcar.

También evita tomar edulcorantes Si buscas el nombre químico de estos en las etiquetas de ingredientes los encontrarás como: aspartamo, sucralosa o sacarina.

6. Céntrate en alimentos integrales

Los alimentos procesados tienen más probabilidades de contener ingredientes refinados o azúcares añadidos, así que debemos inclinarnos hacia alimentos como: vegetales, frutas, carnes magras, aves de corral o tofu, pescado, granos enteros, sin procesar y legumbres y nueces y semillas.

Estudios revelan daños en el cerebro

De acuerdo con un nuevo y pequeño estudio conducido por la University of Otago, en Nueva Zelanda, el azúcar común puede afectar el modo en que tu cerebro trabaja y obstaculizar las habilidades cognitivas

Los investigadores estudiaron el desempeño cognitivo de 49 personas que consumieron bebidas con glucosa, sucrosa (azúcar de mesa), fructosa (el azúcar de las frutas), o sucralosa (endulzante artificial). Los participantes fueron evaluados en pruebas de reacción, aritmética y la interferencia de Stroop, que es un examen psicológico que mide el procesamiento cognitivo.

Después de analizar su desempeño, se determinó que aquellos que consumieron glucosa o sucrosa tuvieron un peor desempeño que aquellos que consumieron fructosa o sucralosa.

«Nuestro estudio sugiere que el ´coma hipoglucémico´, en cuanto a glucosa, es un fenómeno verdadero, donde los niveles de atención parecen disminuir después de la ingesta de azúcar con glucosa», dijo Mei Peng, autora del estudio, al PsyPost.

Aunque es importante que el cuerpo tenga glucosa para funcionar correctamente, tener altos niveles de esta sustancia debido al consumo de bebidas azucaradas puede dañar las células corporales, explicó a Psychology Today, Teresa Aubele, profesora asistente de psicología del Saint Mary´s College de Indiana.

Esto puede «a la larga afectar tu capacidad de atención, tu memoria a corto plazo, y la estabilidad de tu humor», añadió.

Investigaciones previas han asociado el consumo de glucosa con las mejoras de la memoria, pero el PsyPost aclara que otros estudios han tenido resultados mixtos al analizar los efectos de la glucosa en las habilidades cognitivas.

Por lo tanto, la autora Peng cree que se necesitan más investigaciones para progresar.

«Las investigaciones futuras deberían ampliar el conocimiento de cómo las diferentes regiones del cerebro cambian después de consumir azúcar, utilizando técnicas de neuroimagen», dijo al sitio. «Esto nos ayudará a comprender mejor cómo los déficit de atención aumentan después de consumir glucosa».

¿Ojos rojos? 6 razones por las que esto sucede

¿Tener los ojos rojos es tu estado más natural? No tendrías que resignarte a eso: ¿qué tal si escuchas lo que tu cuerpo te está tratando de transmitir?

Estos son todos los mensajes que unos ojos rojos te pueden querer transmitir…

1. Tus ojos están resecos

Cuando los ojos se secan tienden a inflamarse. Esto causa enrojecimiento e irritación y es muy común en las personas de más de 50 años, en aquellos que están muchas horas frente a la pantalla del ordenador o en quienes permanecen con la vista fija en un punto. Se siente ardor y la sensación de tener arena en el ojo.

Para aliviarlo, puedes usar colirio para ojos irritados o lágrimas artificiales. Pero, antes, para asegurarte de que este sea tu problema, consulta a un oculista de confianza.

2. Sufres una alergia estacional

Los alérgenos como el polen pueden causar hinchazón e inflamación en los ojos, lo cual da lugar al enrojecimiento. A su vez, los ojos pican y esto hace que agudicemos los síntomas. Una forma de aliviarlo, además de tomar los medicamentos recetados por el médico, es aplicar compresas frías durante 15 minutos varias veces al día.

3. Un medicamento es el responsable

Algunos antihistamínicos pueden causar enrojecimiento ocular igual que ciertos medicamentos contra la ansiedad e incluso algunos analgésicos como el ibuprofeno. Si notas que tus ojos se enrojecen luego de consumir alguna píldora, consulta a tu médico para que te cambie la prescripción.

4. No duermes lo suficiente

Es probable que la falta de sueño provoque que tus ojos se enrojezcan y se inyecten de sangre al día siguiente. Sucede que necesitan estar cerrados durante un tiempo para reponer las lágrimas y evitar la resequedad que conduce al enrojecimiento. ¿La solución? Dormir más.

5. Fumas

El humo del cigarrillo hace que los vasos sanguíneos se cierren y esto provoca la resequedad que produce los ojos rojos. Lo mismo ocurre con las personas que conviven con aquellos que fuman, pues el humo y sus químicos los afecta de la misma manera.

6. Tienes conjuntivitis

La conjuntivitis es una afección que puede tener origen en un virus o una bacteria, y que puede afectar a uno o los dos ojos. Como es una enfermedad que se contagia muy fácilmente es factible que en un principio solo uno de los ojos permanezca rojo pero con el paso de las horas, ya sean los dos los que estén irritados.

En el caso de que se trate de una infección viral, solo el paso del tiempo puede aliviar la molestia y puedes ayudar a disminuirla con compresas de té de manzanilla o colirio. En cambio, si se trata de una afección bacteriana, es probable que debas utilizar gotas antibióticas para eliminar las molestias.