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Test: ¿En que continente deberías vivir según tu personalidad?
Cada continente tiene su propia magia, pero sólo puedes vivir en uno.
Así es la vida en Venezuela: 3 desgarradores relatos
El drama de sobrevivir en Venezuela
-entre hambre, frustración y culpa-
en medio de una crisis humanitaria cuyas cifras tienen rostro, nombre y apellido.
Dios se hace presente, la mayor de las veces en silencio, en ocasiones con rostro de mujer
Decidí darme un lujo y comprarme un Sunday en McDonalds. Primero, me dieron mi helado de mala gana.
No supe por qué.
Apenas agarré el helado, ya habiendo hecho el pago, no pasaron ni diez segundos cuando salió una señora de no más de cuarenta años a pedirme que le diera un poco.
Yo no lo había probado… y ya me estaban pidiendo.
Seguí caminando mientras decía que no con mi cabeza”.“Dos minutos después, aún en mi caminata hacia el Metro para tomar la estación rumbo al trabajo, me siguió un niño.
Se comportó agresivo e incluso violento.
Se puso a mi lado y me pidió una vez más.Le dije que no, pero esta vez me dolió internamente. ¡Y mucho! De pronto pensé que tal vez ese niño llevaba meses -o años- sin probar siquiera una galleta”.
“Pero seguí adelante, sintiendo una rara mezcla de culpa y rabia porque mi helado parecía poner en mí algún tipo de faro, desnudando por instantes una pobreza nunca vista en esta rica nación petrolera”.
“Con la mitad de mi helado encima, ya estaba llegando a la estación del tren cuando pasé junto a dos hombres de algo más de veinte años. Estaban con unos bolsos, sentados cerca de los asientos de concretos en el Boulevard de Sabana Grande”.
“Los vi y noté que me miraban también ellos a mí. Inmediatamente después de pasarlos, sentí que alguien me seguía. Apuré el paso. Y en menos de lo que pudiese reaccionar, uno de los tipos me agarró el vaso de helado y salió corriendo. Yo tenía sujetado el vaso con fuerza; así que el helado acabó desparramado en el piso, y aquel hombre llevándose una pequeña parte del contenido original, mientras corría con su ‘botín’ calle abajo por el boulevard”.
“Un estúpido helado que me costó 200 mil bolívares (1 dólar, de los 4 que se obtienen por un mes de trabajo como salario mínimo). Dinero que fácilmente pude haber invertido en frutas, pero que decidí gastar en un simple helado para olvidar el estrés de la universidad y este país arrebatado por un tipo que capaz tiene mi edad”.
“Lo vi, maldije con rabia, mientras se me bajaban las lágrimas de la impotencia. Las personas se quedaron mirándome, como si yo fuera un loco. Respiré hondo, bajé la cabeza y seguí mi viaje. ¡Volvieron mi país un basurero!, dije cargado de rabia y frustración”.
Así lo explicaba un venezolano en un testimonio publicado originalmente en Reddit.
Apenas media cuadra delante de donde ocurría el episodio estaba una jovencita haciendo cola para comprar pan (2 por persona, según el cartel) en una panadería que, por casualidad, estaba vendiendo el preciado alimento en Caracas.
Había unas 15 personas, casi todos jóvenes, adquiriendo las piezas. La mayoría eran damas. No se sabe de qué hablaban, pero mostraban malestar porque debían pagar en efectivo, algo que tampoco se consigue en la nación sudamericana. Esta es su historia:
“Estaba saliendo de hacer cola para comprar pan en la panadería y cuando salí de allí para caminar hacia el edificio donde vivo, un señor pasó corriendo, me empujó y me arrancó la bolsa con los panes. No me quitó nada más. Solamente tomó los panes y salió corriendo”.
“Ahora preguntó -dijo la jovencita: ¿¡A qué nivel hemos llegado para que nos estemos robando la comida!?” Hubo una segunda indignación, dijo:
Lo más triste, lamentable y vergonzoso es que la gente de la panadería vio lo que ocurrió, pero se negó a venderme panes otra vez”.
Venezuela, ¡Cuándo llegamos a esto!”.
En la misma esquina, junto a un puesto de perrocalientes estaba un muchacho, de poco más de quince años. Lucía sano, aunque particularmente delgado. Estaba descalzo, vistiendo un intento de ropa, particularmente sucia y desgarrada. Estaba cerca del cesto de basura, en silencio, como esperando…
De pronto, una de las personas que comía su hamburguesa lanzó al pote unas servilletas estrujadas. Y antes de que lograra tocar el bote, aquel jovencito la rescató mientras luchaba con un perro por ella. La tomó y lamió algo de lo que al parecer quedaba entre unos restos que difícilmente podrían llamarse comida.
Se le acercó una señora. Lo miró fijamente hasta quedar a unos cincuenta centímetros junto a él. Lo escudriñó con la mirada en un intento por comprobar si efectivamente estaba “comiendo de la basura”.
Aquel muchacho parecía no notar su presencia. Hurgaba en la basura buscando qué comer.
La dama, humilde pero impecable y claramente educada, alargó su brazo y le ofreció una pequeña bolsa. Acarició con temor y ternura su cabello mientras le entregaba aquella cosa. Se adivinaba una vianda desechable no se sabe con qué.
El muchacho levantó la cabeza, pero no la mirada, tomó la bolsa y se fue retrocediendo lentamente, sin levantar nunca la mirada. Entre los dientes y con visible pena, alcanzó a decir: ¡Gracias!
Se sentó en unas escaleras, acurrucado y abrió la bolsa. Había en ella una porción de pollo que aún humeaba. Envuelto en lágrimas ya no supo a quién agradecer, pues aquella dama ya se había marchado.
Tres historias, una realidad… La Venezuela alguna vez rica en la que abundan el hambre y la rabia, pero también la solidaridad.
Antidepresivos: el secreto mejor guardado de la industria farmacéutica
En julio de 2016, un estudio de la Universidad de Oxford a gran escala decidió comprobar la eficiencia de administrar antidepresivos en niños y adolescentes diagnosticados con distintos grados de depresión. Para eso, recurrieron a la examinación de más de cinco mil personas y una amplia gama de tratamientos existentes en el mercado y recetados cotidianamente por los especialistas de la salud.
El resultado de la exhaustiva investigación fue un golpe frontal para una industria multimillonaria, en manos de quien se deposita nada menos que la salud de más de 80 millones de usuarios de estos fármacos: los antidepresivos no aportan ningún beneficio para los pacientes y su uso no demuestra cambios significativos para tratar la depresión.
Solamente uno de los catorce tratamientos estudiados demostró ser apenas más efectivo que un placebo y su efecto de acción se reduce únicamente a personas «extremadamente deprimidas», mientras que en adolescentes y menores no surge efecto su aplicación.
El resultado de esta investigación llegó a una conclusión similar a la de una previa realizada en 2008 a cargo de la Universidad de Hull, que comparó 47 pruebas clínicas utilizadas como argumento ante la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos) y otros organismos encargados de la aprobación de fármacos en el mundo para solicitar la licencia de algunos de los antidepresivos más recetados y conocidos en el mercado.
La polémica se instaló entre los especialistas de la salud cuando se comprobó que estas drogas producen una leve mejoría de apenas dos puntos porcentuales en la escala de valoración de Hamilton (una prueba que trata de medir el nivel de depresión de un individuo diagnosticado), una cifra que, según los estándares internacionales, no puede ser considerada como mejoría clínica comprobada.
A partir de estos datos, toma fuerza una pregunta obligada ante la popularidad de estos medicamentos en el mundo occidental y lo cotidiano de su uso: ¿realmente necesitamos de los antidepresivos para ser felices?
Más de 350 millones de personas alrededor del mundo sufren de depresión, una más de la larga lista de epidemias occidentales del siglo XXI. Los cuadros depresivos y sus síntomas pueden acarrear estragos que afectan directamente en la calidad de vida y salud de los individuos que la sufren, toda vez que se enfrentan a un círculo que parece no tener fin.
Estos medicamentos son conocidos como inhibidores selectivos de la reabsorción de serotonina y, en teoría, aumentan los niveles de serotonina, un poderoso neurotransmisor que está relacionado con el sueño, el control de las emociones y el estado de ánimo, ampliamente identificada como «la hormona de la felicidad».
A partir de su auge en la década de los 90, fueron presentados al público como inofensivos y con menos reacciones secundarias que sus predecesores; sin embargo, lo cierto es que en ocasiones la solución puede resultar tanto o más peligrosa que la depresión misma. Los efectos secundarios ocasionados por el uso constante de antidepresivos van desde las náuseas, ataques de ansiedad, insomnio y hasta un riesgoso aumento de pensamientos suicidas, según el estudio de 2016.
El problema de la medicación exagerada de antidepresivos no se reduce a los adultos, también es una realidad en pacientes adolescentes e infantiles. Este tipo de fármacos son recetados cada vez con mayor frecuencia sin un control sobre su uso, pues algunos médicos especializados suelen recomendarlos indiscriminadamente para afrontar circunstancias adversas de la vida y momentos complicados.
Ante este panorama, no sólo está en juego la solvencia y credibilidad de una industria farmacéutica que tiene más poder que nunca sobre los tratamientos alrededor del mundo y que en diversas ocasiones prefiere mantener en secreto los resultados y efectos de sus medicamentos, aun cuando se trata de un tema de interés público. También de ella depende la salud de millones de personas, cuya mejor terapia podría iniciar repensando el estilo de vida occidental a partir de conceptos tan generales como la relación entre salud-enfermedad, la obsesión por estar felices todo el tiempo y, sobre todo, los efectos psicológicos de una vida gris y monótona que obliga a la mayoría de las personas a repetir una cansada rutina día tras día.
Test: ¿Qué es lo que viste primero?
Los test pueden ser aplicados en distintas áreas, estos son herramientas psicológicas muy útiles que pueden ayudar a descubrir más no sólo sobre nosotros mismos sino también sobre otras personas. Además de ayudarnos a conocernos mejor, también nos ayudan a enfrentar miedos e incluso nos dice rasgos o áreas que podemos mejorar en nuestra persona.
En algunos lugares se les ha dado mucha importancia, tales como en las academias de policía o de aviación, incluso en la mayoría de las empresas privadas, ya que estos pueden definir la personalidad de una persona.
Es por eso que en esta ocasión te traemos un test que te ayudará a descubrir qué tipo de persona eres según lo que observes en la siguiente imagen. Observa con atención…
¿Qué es lo primero que ves?
Si lo primero que observaste fue…
La luna creciente:
Te gusta levantarle el ánimo a los demás y te caracterizas por ser siempre el alma de la fiesta sin importar donde te encuentres. Eres alguien que sabe lo que quiere y con muchos planes a futuro pero también alguien aventurero y arriesgado que no desaprovecha ninguna oportunidad.
¡Lucha por conseguir todo lo que has planeado, te mereces todo el éxito anhelado!
Una persona en la colina:
Si lo primero que descubriste en la imagen fue una persona de pie en la colina, significa que eres muy realista. Siempre buscas superarte, persigues tus sueños y los llevas a cabo al igual que tus obligaciones. Sin embargo, a veces no te permites volar demasiado alto pues temes a una realidad distinta a la que deseas y decepcionarte. Recuerda que la vida está hecha no sólo para triunfar sino también para fracasar, el que no fracasa no aprende ni vive.
La primera impresión que das a las personas es el ser un poco arrogante, pero conforme pasa el tiempo se dan cuenta que eres alguien muy sencillo en quien pueden confiar. Sería bueno que te des la oportunidad de confiar también tu en las personas, no te cierres tanto, puedes estarte perdiendo de personas maravillosas que quieren ser parte de tu vida.
¡Deja que la vida te sorprenda de vez en cuando y disfrútala!
La cara de una mujer:
Si lo primero que miraste fue una mujer, significa que eres una persona muy intuitiva con la capacidad de saber lo que sienten las personas, lo cual favorece tus decisiones y los consejos que otorgas a los demás. A veces te preocupas demasiado por los demás, te tomas sus problemas como propios y eso hace que te descuides y no te dediques el tiempo que te mereces. Relájate y aconseja sólo aquel que te lo pide, lo haces de buena fe pero recuerda que todos debemos tomar nuestras propias decisiones.
Aunque disfrutas pasar el tiempo con tu familia y amigos, también la pasas muy bien estando en soledad, aunque el tiempo para ti misma sea mínimo. Te cuesta el enfocarte exclusivamente en ti pero recuerda que a veces es necesario ser un poquito egoístas.
¡Disfrútate, conócete y dedícate más tiempo, recuerda que primero eres tú, después tú y al final tú!
¿Qué fue lo primero que observaste? ¿Te identificaste con el resultado obtenido? Etiqueta a tus amigos para que también lo realicen.
Test: ¿Qué eres, Ángel o Demonio?
¿Eres un perfecto ángel, la mano derecha del diablo o algún punto intermedio?
Test: ¿Cuánto sabes sobre el siglo XX?
Ponte a prueba y mira cuanto sabes, en todos los temas que sucedieron en el siglo pasado.
7 mitos sobre el cerebro que siempre creíste reales
El cerebro es la estructura más compleja del Universo. El desarrollo de un órgano tan sofisticado llevó millones de años, desde los organismos más primitivos y hasta su versión más completa, el del homo sapiens.
10 mil millones de neuronas estimuladas por impulsos eléctricos que crean puentes de información donde se almacena el conocimiento, la memoria, destrezas, movimientos finos y cada uno de los pensamientos de cada hombre desde los orígenes de la conciencia.
El pensamiento abstracto, la capacidad de crear un lenguaje, la transformación del entorno a través de la consciencia y la aplicación del trabajo humano hacen a este órgano el más potente de cualquier ser vivo.
La información que poseemos sobre su funcionamiento es básica comparada con cada una de sus estructuras.
Los mitos sobre el cerebro, su uso y alteración se propagan por toda la red como verdad sin comprobaciones de por medio.
El efecto de la música clásica en el cerebro de los más pequeños, el uso mínimo de la humanidad de la materia gris, el alcohol que destruye a las neuronas y las grandes diferencias entre la corteza cerebral de hombres y mujeres son algunos de los mitos más aludidos cuando se habla del motor del sistema nervioso central. Conoce la realidad detrás de éstas y otras grandes falacias que rodean al cerebro:
Sólo utilizamos el 10% del cerebro
En 1907, uno de los primeros hombres en estudiar de lleno las conexiones neuronales, William James, afirmó que los humanos sólo utilizaban una pequeña parte de todos sus recursos mentales.
En ese mismo año, un periodista popularizó la frase agregando el 10% para obtener mayor impacto, tergiversando la idea original de James.
La noción se viralizó y un ejemplo de su aplicación incorrecta es «Lucy» (2014), donde Morgan Freeman actúa como un neurólogo que respalda el dato. En realidad, los humanos utilizan cada parte de su cerebro dividido en lóbulos, que funcionan para acciones específicas, mas no simultáneas.
La música clásica mejora el desarrollo cerebral
Un mito urbano reciente tomado como verdad por un sinfín de padres que, preocupados por el desarrollo neurológico de los más pequeños, reproducen a Mozart sin parar en el vientre materno, durante la siesta, en la comida o a la hora del baño de los bebés.
Un famoso estudio de 1993 de la Universidad de Irvine, California, se encargó de alimentar esta ficción después de hacer un test de inteligencia a 36 estudiantes que escuchaban música clásica. La noticia fue replicada con gran velocidad y a raíz de su divulgación, decenas de estudios han tratado de demostrarlo de nuevo sin éxito, llegando a la conclusión de que este principio carece de sustento científico.
Las neuronas dejan de producirse en la edad adulta
En la antigüedad, algunas culturas creían que el semen era la sustancia vital de los hombres, de modo que si un varón eyaculaba con frecuencia, podía agotar su reserva total y así morir poco a poco.
Esta lógica está presente en un mito con respecto a la unidad anatómica del cerebro, las neuronas: mucha gente cree que aparejado al desarrollo físico, el desarrollo neuronal se detiene al llegar a la etapa adulta.
El estudio científico que echó por tierra esta noción fue realizado en 2014 por un equipo del Instituto Karolinska en Suecia, que demostró a través de la prueba de carbono 14 como un grupo de neuronas eran mucho más jóvenes en adultos mayores de lo que se pensaba.
Los cerebros masculinos funcionan mejor para la lógica, los femeninos para la empatía
Una sólida base del edificio discursivo del machismo se desmorona después de comprobar que el cerebro del hombre no está mejor capacitado para las matemáticas o las ciencias duras, mientras que el de la mujer se concentra en los sentimientos y la empatía.
Por supuesto, existen pequeñas diferencias en este órgano según el sexo y son contrarias a la sabiduría popular: el hipocampo, encargado de la memoria, es mayor en mujeres, mientras que la amígdala, asociada con las emociones, es mayor en el sexo masculino. Todos los resultados de pruebas y exámenes relacionados con la mayor capacidad según el sexo para una actividad determinada, están poderosamente influenciados por los factores culturales y nada tienen que ver con la estructura cerebral.
Resolver crucigramas mejora la capacidad de tu memoria
Durante años, las revistas de crucigramas fueron anunciadas como la fórmula para fortalecer las relaciones neuronales encargadas de la memoria. Después de más de una decena de estudios científicos de todas partes del mundo, la comunidad neurocientífica llegó a la conclusión de que resolver crucigramas es una estupenda forma de ejercitar el cerebro, poderosamente útil sólo para aumentar la destreza y velocidad mental cuando se trata de resolver otros crucigramas. Ninguna ventaja cognitiva o de memoria se asocia a la práctica continua de este pasatiempo.
El tipo de aprendizaje mejora la retención de conocimiento
En la pedagogía moderna, los «tipos de aprendizaje» son una teoría que se esparce como un virus por salones de clase, cursos, conferencias y coloquios ante los más incautos, que en aras de mejorar su experiencia para aprender, meditan profundamente si su aprendizaje se basa en los estímulos visuales, auditivos o kinestésicos.
La mala noticia es que ningún «tipo de aprendizaje» es mejor que otro en términos generales y el conocimiento de un grupo no depende del sentido que utilice para aprender, sino del grado de atención y estímulos. Las neurociencias han demostrado hasta el cansancio que el proceso de aprendizaje depende de cada individuo y como tal, las estrategias varían dramáticamente en función de la capacidad de retención y comprensión.
Tomar alcohol acaba con las neuronas
El dolor de cabeza después de una noche de alcohol sin medida, no se debe a la muerte de neuronas ahogándose en tu trago favorito. Una investigación en 1993 del Instituto Bartholin de Dinamarca, estudió los cerebros de cadáveres de alcohólicos crónicos para determinar si los daños cerebrales sufridos por esta enfermedad se debían a una reducción del número de células del cerebro. Los resultados demostraron que poseían igual cantidad de células que un grupo de hombres abstemios al momento de su defunción. El alcoholismo crónico –especialmente en un corto periodo de tiempo– puede dañar las conexiones neuronales, pero se pueden regenerar inmediatamente después de dejar de beber. De la misma forma, largos periodos de beber alcohol sin caer en adicción no muestran disminución alguna en el número de neuronas del cerebro.
Los misterios de la complejidad de la materia gris siguen siendo una incógnita cuya resolución puede poner fin a temas tan controvertidos como la existencia del alma, el desarrollo de la conciencia o la inteligencia.
Test: ¿Cuánto tiempo sobrevivirías en la Tierra si te quedaras solo?
Aunque suene un poco aterrador, todos alguna vez pensamos en la posibilidad de ser la última persona sobre la Tierra.
Por eso, te invitamos a divertirte con este test que te permitirá averiguar cuánto tiempo sobrevivirías si eso sucediera.
4 mitos sobre la herencia genética que siempre creíste ciertos
La inteligencia, el color de ojos, el carácter y hasta la orientación sexual: crear un bebé no es un manual de cocina, donde repetir paso a paso una y otra vez da como resultado un producto idéntico al que sólo hace falta agregar alguna modificación al gusto.
En realidad, cada encuentro entre un gameto masculino y femenino es único y tiene como resultado un producto igualmente irrepetible de entre miles de millones de humanos.
A pesar de los esfuerzos científicos, buena parte de la gestación humana y su impacto en el desarrollo de habilidades complejas, como la inteligencia, aún siguen siendo un misterio. ¿Crees que la inteligencia y el color de los ojos dependen de la madre, mientras que el carácter de un bebé está dispuesto por su padre, o que el tamaño del cerebro es un rasgo inequívoco de la capacidad mental de un niño? Descubre cuáles son los mitos más recurrentes sobre la herencia genética en estos 4 puntos:
La inteligencia se hereda de la madre
Este mito surgió a raíz del descubrimiento de que las discapacidades mentales se encontraban más frecuentemente ligadas con el cromosoma X y erróneamente, se pensó que tal cromosoma era el encargado de definir los rasgos intelectuales heredados.
Por lógica simple, la conclusión de entonces fue que las mujeres (que aportan dos cromosomas X) tenían mayores posibilidades de transmitir la «inteligencia» a sus hijos.
En realidad, ningún rasgo depende enteramente de la información genética específica del padre o la madre, mucho menos la inteligencia, un concepto complicado y diverso que no sólo involucra una predisposición genética, también carga con factores sociales que definen la capacidad de cada individuo de resolver problemas complejos.
Es posible elegir el sexo del bebé
Dietas, elección deliberada de espermatozoides en la fecundación in vitro o elegir una posición sexual específica son algunos de los mitos populares que se aconsejan con la intención de elegir el sexo de los descendientes.
Sin embargo (y a pesar de que algunos estudios demuestran un alto índice de efectividad al momento de escoger entre niño o niña) la realidad es que no existe una certeza absoluta en las distintas técnicas preimplantacionales para determinar el sexo de un bebé.
A cerebros más grandes, mayor inteligencia
Se trata de un mito recurrente en lo que refiere a una de las características más deseadas en los descendientes: la inteligencia. Desde el siglo XIX, la noción de que el tamaño de la masa gris correspondía proporcionalmente a la inteligencia se estableció como norma, pero hoy sabemos que no existe relación alguna entre el tamaño y la capacidad del sistema nervioso central.
La mejor evidencia está en el reino animal: los elefantes y las ballenas tienen un cerebro mucho mayor en volumen que los humanos; sin embargo, tales especies no son más inteligentes que nosotros.
Estadísticamente, las personas que tienen un cerebro más grande de lo normal (condición conocida como megaencefalia) suelen obtener calificaciones más bajas en pruebas de inteligencia que el promedio.
Existe un gen de la homosexualidad
Desde hace un par de décadas, la idea de que existen ciertos genes que predisponen la orientación sexual de los individuos ha aterrizado en estudios científicos y artículos que anuncian su descubrimiento. Se trata de una premisa que resulta paradójica en términos evolutivos, pues dada su naturaleza, un rasgo como la homosexualidad no podría transmitirse genéticamente de generación en generación.
Tal y como los vicios, las preferencias sexuales están definidas por una multiplicidad de factores sociales, como las creencias, educación y otras circunstancias que nada tienen que ver con la información genética que se hereda de padres a hijos.