En Marzo de 2016, el hijo de 10 años de Tiffany Jaden estaba montando en bicicleta por su vecindario en Palm Beach, Florida,  Estados Unidos, pero no llevaba casco. Jaden se cayó de su bicicleta pero solo parecía haberse raspado el codo y la rodilla. Se levantó y siguió montando en bicicleta. ‘No mostraba signos de trauma y continuó su día normalmente’ Tiffany escribió en su Facebook. No parece serio ¿verdad?

Dos días más tarde, Jaden se despertó con un dolor de cabeza y Tiffany se dio cuenta de que no se comportaba como habitualmente. Se negó a comer, y lo único que quería hacer era tumbarse. Después de inspeccionar su cuerpo observó una hinchazón alrededor de la sien derecha. Cuando tocó dicho punto noto que era extraño y blando. Su madre decidió llevarlo al hospital inmediatamente. En el momento en el que Jaden se subió al coche empezó a vomitar.

En el hospital, los médicos realizaron una tomografía de su cerebro. Al final resultó que el daño de la caída fue mucho más extenso de lo que pensaban y absolutamente devastador, nunca lo creerás posible. Sin embargo, las señales estaban ahí inicialmente, invisibles a simple vista. Los días y semanas que vivieron a continuación fueron horribles para Tiffany, Jaden y el resto de su familia.

El diagnóstico de los médicos fue una fractura en el lado derecha temporal del cráneo y un hematoma epidural temporal derecho. Los médicos explicaron a Tiffany que Jaden necesitaba una cirugía de emergencia en menos de una hora para salvar su vida, las posibilidades de sobrevivir eran 50-50.

Jaden se sometió a la cirugía y descubrieron lo extenso que era el daño. Los médicos llevaron a cabo una craneotomía fronto-temporal derecha para eliminar el hematoma epidural y colocaron una malla de alambre en su cráneo. La cirugía sólo debía durar una hora pero duró dos horas y media por las complicaciones.

‘Los médicos y cirujanos nos dijeron que era un milagro que sobreviviera, en el resto de casos los niños nunca sobrevivieron’ declara Tiffany.

El 5 de abril de 2016 Jaden cumplió 11 años con casi ningún daño permanente o discapacidad. ‘Me gustaría dar las gracias al equipo de cirugía y trauma UCIP del Hospital Infantil de Saint Mary en West Palm Beach, Florida’ escribió en su muro de Facebook.

‘Tengo la esperanza de aumentar la conciencia de todos los niños y adultos sobre llevar casco. Ayudar a otros a ser conscientes de los peligros de la conducción sin el equipo de seguridad adecuado. Esto puede sucerderle a cualquiera, ya que las lesiones eran igual a las de un accidente de moto.

Cada año, alrededor de 350.000 niños menores de 15 años terminaron en salas de emergencia con heridas provocadas por accidentes de bicicleta. Como resultado de las lesiones hubo daño cerebral y discapacidades permanentes.

De acuerdo con la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo los cascos pueden reducir los riesgos en un 85%.

La historia de Jaden sirve como poderosa advertencia a los padres, ahora Tiffany está compartiendo su historia a través de Facebook para informar a otros padres de la importancia de llevar casco al montar en bicicleta.

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Fuente Little Things