Ahora que lees este título, te preguntas… ¿cómo es que en realidad, jamás has visto a los polluelos de las palomas? Y es extraño que no lo hayamos hecho, pues ellas están por todas partes; en las grandes ciudades, en las calles, en las plazas, en las fuentes de agua y muchos lugares más. Sin embargo, nunca hemos encontrado pequeños bebés caminando con ellas o siguiendo sus pasos, es como si ni siquiera existieran y misteriosamente todas nacieran igual de grandes.

Pero no es así, y en realidad hay una particular razón por la que casualmente no vemos a sus críos.

En realidad, las palomas pueden hacer de todo, incluso reproducirse frente a nuestros ojos, pero cuando se trata de sus hijos, son muy reservadas.

Ellas escogen lugares estratégicos para anidar, y allí está la clave: sus bebés no estarán a la luz pública, sino en partes escondidas como casas y edificios viejos, azoteas, espacios debajo de los puentes, etc.

Allí van a permanecer hasta que cumplan al menos 40 días, y en ese transcurso sus padres le llevarán comida suficiente para que puedan desarrollarse, sacar más plumas y tener aspecto menos frágil, de una paloma más grande. 

Y lucen incluso graciosas, mira

Luego de esa fase de días necesarios para que las crías puedan salir al público, es muy fácil reconocerlas. Hay una importante característica que diferencia a las aves jóvenes de las adultas: las primeras no tienen esa franja de colores en el cuello que caracteriza a las clásicas palomas.

Al fin podrás sacarte esa duda existencial que tenías grabada en tu mente desde siempre, o que simplemente te hiciste en este post y necesitabas responder.

Definitivamente ya no podrás ver a las inocentes palomas como antes la próxima vez que te las cruces en tu camino de vuelta a casa.

¿Qué opinas de los polluelos?

¿Se han fijado que, después de una tragedia, lo primero que salen a relucir son los chistes al respecto? Muchas personas encuentran hilarantes sucesos que pueden relacionar con un hecho trágico, pero esto no te hace mala persona; por el contrario, tal vez estés demostrando tu inteligencia.

Estos chistes se cuentan entre amigos, porque en público pueden herir susceptibilidades, y no todas las personas encuentran la “belleza” en las bromas de humor negro. Pero, ¿sabías que el entender, procesar y crear bromas sarcásticas es un signo de ingenio agudo e inteligencia astuta?

Sí, si eres de los que se ríe de bromas racistas, de niñas que no tienen brazos y se caen del columpio, significa que eres una persona inteligente, y tienes un fabuloso sentido del humor, así que ¡bien por ti!

De acuerdo a un nuevo estudio, realizado por la Universidad Médica de Viena, una persona que gusta del humor negro es muy lista y agradable, mientras que, los aburridos que no les gusta el chiste del perrito sin patas, probablemente no sean tan felices con su vida, porque no son graciosos.

En este estudio, liderado por Ilrike Willinger, participaron 156 personas con una edad promedio de 33 años. Los participantes debían calificar caricaturas de humor negro, incluidas en un libro de caricaturas alemán, llamado The Black Book, de Uli Stein.

Cada persona debía completar un questionario que ponía a prueba sus habilidades verbales y no verbales, así como estados de ánimo, tendencias agresivas y antecedentes educativos, y si entendieron o no el chiste.

Pues resulta que, aquellos que entendieron y disfrutaron de las bromas contenidas en The Black Book, obtuvieron las calificaciones más altas de inteligencia verbal y no verbal, su nivel de educación era más alto y reportaban menores alteraciones en el estado de ánimo y agresividad, lo que significa que son más felices.

Por otro lado, las personas que no apreciaban el humor en las bromas enfermas, tenían puntuaciones de inteligencia de promedio bajo, además de tener los estados de ánimo más negativos y los niveles más altos de agresión. Pareciera que las personas sensibles son, además, super aburridas.

Es así como el estudio concluyo en que, las personas que disfrutan el humor negro son más inteligentes, debido a que utilizan actividades cognitivas y emocionales para entender este tipo de bromas. Así mismo, se necesitan niveles bajos de agresividad para no tomarse en serio los chistes.

Así que, si te ríes de chistes sobre la muerte, personas sin brazos y desastres naturales, recuerda que te irás al infierno… siendo un genio.