Llevo un buen tiempo coleccionando libros infantiles ilustrados. No sólo por las historias, sino porque estoy convencida que las ilustraciones son obras de arte que complementan frases perfectas, mundos fantásticos y sutiles consejos para niños y…adultos también. Para mi felicidad y la de todos los interesados, descubrí recientemente un libro llamado Cry, Heart, But Never Break, escrito por el autor danés de libros infantiles, Glenn Ringtved e ilustrado por Charlotte Pardi. Ringtved es muy bien conocido por sus historias cargadas de humor y algo de crueldad. Pero este libro en particular es muy especial por una razón: habla de la muerte de una forma única.
Cuando la madre del autor murió, él intentó explicarle a su hijo lo que estaba pasando con su abuela. Pero no fue fácil.
Ella, en cambio, le dijo a su nieto una frase: “llora, corazón, pero nunca te rompas” (título del libro). Esa fue la forma de explicarle al pequeño, que la profunda tristeza de perder a alguien no se puede bloquear. De hecho, se debe permitir para después guardarla en la vida que continua. Y de esto se trata el cuento…
La historia empieza en una pequeña casa acogedora donde cuatros niños viven con su abuela.
Sin ánimo de asustarlos, La Muerte aparece de repente. Está ahí pues llegó para llevarse la vida de la anciana.
La Muerte, que es bastante gentil, se sienta amablemente con ellos.
Para evitar lo inevitable, los niños tienen un plan. Como la muerte “sólo” trabaja de noche, deciden rellenar su taza de café hasta que llegue el amanecer. De esta forma, lograrían que se fuera de casa sin su abuela. ¿Podría ser más adorable?
El autor y el expresivo ilustrador presentan a La Muerte de una forma muy humana.
Rendida frente a la agradable cotidianidad de tomar un café en la mesa de la cocina. Pero la hora ha llegado y el plan de los niños no ha dado resultado. La más pequeña de las niñas intenta pedir una explicación y le pone una mano encima, como rogando por su abuela.
La Muerte se siente conmovida con la ternura de los pequeños.
Y decide contarles un cuento que les ayude a entender por qué la muerte es natural y necesaria. Les habla de Sorrow (Tristeza) y Grief (Dolor), dos hermanos que viven tristes en un valle sombrío y nunca han mirado hacia arriba de unas sombras que hay en unas montañas.
Pero resulta que arriba de esas sombras viven dos hermanas, Joy (Alegría) y Delight (Deleite).
Vivían felices, rodeadas de sol, color y perfección, pero algo les faltaba. No sabían qué…
Los dos niños y las dos niñas de la historia se conocen y hacen dos parejas totalmente balanceadas.
La Muerte concluye la historia diciendo:
“Es lo mismo con la vida y la muerte…¿Qué sería de la vida si no hubiera muerte? ¿Quién disfrutaría del sol si nunca llueve? ¿Quién añoraría el día si no hubiera noche?”
Después, La Muerte finalmente se levanta de la mesa.
Uno de los niños intenta detenerla, pero su hermano mayor pone una mano en su hombro como diciendo: déjala.
“Unos momentos después, los niños oyen que la ventana en el segundo piso se abre. Después, en una voz en algún lugar entre un llanto y un suspiro, La Muerte dice: vuela alma. Vuelva, vuela lejos”.
Todos salen corriendo, suben las escaleras y ahí está la abuela, quien ya ha fallecido.
Una inmensa tristeza los invade.
“Las cortinas se movían por la suave brisa de la mañana. Mirando a los niños, La Muerte, dice en silencio: llora, corazón, pero nunca te rompas. Deja que tus lagrimas de dolor y tristeza te ayuden a empezar una nueva vida. Después se fue”.
“Para siempre, cada vez que los niños abran la ventana, pensarán en su abuela. Y cuando la brisa acaricie sus rostros, podrán sentir su tacto”.
No hay una forma mejor de decirlo.