Marina Menegazzo y María José Coni están muertas. Tenían 22 y 21 años y recorrían Sudamérica con dos amigas, hasta que llegaron a Montañita en Ecuador. Fueron asesinadas a sangre fría y el hecho puede seguir escalando si se comprueba que los dos principales sospechosos no son más que parte de una red de trata de personas. Un caso que conmovió al mundo entero y que a través de las redes sociales tuvo miles de mensajes de apoyo para una familia que se encuentra destruida y en busca de respuestas que ojalá lleguen lo antes posible.

Sin embargo, hubo algunos pocos que tuvieron la desfachatez de insinuar que todo fue culpa de las chicas. Que ellas, en calidad de mujer, debieron darse cuenta que ir por la noche de fiesta podía ser un peligro. En otras palabras, que se lo buscaron. Estos imbéciles y retrógrados no fueron la mayoría, pero si pusieron otra vez en el tapete el machismo que reina en el mundo y esa idea impuesta de que los hombre y las mujeres no somos iguales.

Por eso, lo que hizo la joven paraguaya Guadalupe Acosta merece atención. Ella utilizó su cuenta de Facebook para escribir una carta en que ocupa la voz de una de las chicas para, con palabras directas, crudas y llenas de verdad, responderle a los mononeuronales que osaron responsabilizar a dos chicas que no son otra cosa que víctimas de una sociedad que, aunque avanza, tiene estos personajes detestables que desmoronan todo.

El post termina con una cruda imagen de un cuerpo muerto dentro de una bolsa de basura. Es fuerte, cierto. Pero más fuerte es lo que están viviendo dos familias y si el mensaje debe ser así de gráfico para que sea compartido por casi medio millón de personas convengamos que vale la pena. Así también lo piensa Guadalupe, que tuvo otra respuesta para quienes la acusaron de violencia gráfica.

Las generalizaciones de Guadalupe pueden sonar algo injustas para todos (la gran mayoría) los que tienen claro que esto es un crimen sin ningún tipo de doble interpretación, pero si tener que usar a los pocos que se sintieron con el derecho de culpar a María José y Marina sirve para crear consciencia una vez más de lo ridículo que son las diferencias sociales entre hombres y mujeres, bienvenido. Sigan haciéndolo mujeres. Aquí estaremos para apoyarlas.