El telescopio espacial de exploración infrarroja Neowise de la NASA detectó ya a finales del 2016 la presencia de un cuerpo celeste -entre un asteroide y un cometa- que se aproximará a la órbita de la Tierra el próximo 25 de febrero. La NASA calcula que 2016 WF9, como le ha llamado, pasará a 51 millones de kilómetros de nuestro planeta.
La agencia aeroespacial estadounidense ha indicado que “no representa un peligro para la Tierra en un futuro próximo” y continuará su viaje hacia el exterior del Sistema Solar. Lo que llamará la atención del cuerpo celeste no identificado plenamente es su tamaño, de casi un kilómetro y, además, es bastante oscuro.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con la NASA. Damir Zajárovich Diomin, que se autodefine como astrónomo, asegura que el tamaño de 2016 WF9 es más grande de lo que la agencia ha señalado y que impactará contra la Tierra el 16 de febrero. El cuerpo celeste podría destruir toda una ciudad o generar un gran tsunami, en función de que caiga en la tierra o en el mar.