¿Exceso de “amor propio”?
La definición de autoestima es amor propio, sin embargo, últimamente el término ha tendido a mutar en significado, por lo que todos creemos que tener alta autoestima es creernos perfectos. Claramente no es así. Querernos de verdad es aceptar que no somos perfectos, por el contrario, creer que nosotros siempre estamos bien y el resto mal sólo puede traer frustración y conflictos.
La doctora Kristin Neff, en self compassion(Autocompasión), escribe que para tener más confianza las personas no deben caer en el error de inflar su autoestima, ya que es algo demasiado volátil y circunstancial.
Por el contrario, la autora dice que para incrementar y mejorar la confianza en las personas, es más efectivo trabajar dos consejos basados en el concepto de la “autocompasión”.
¿De qué se trata todo esto? Pues en vez de sentirte perfecto, aprender a perdonarte cuando te equivocas. La idea es dejar de ser crítico en exceso con uno mismo, e intentar ser más amigable con nuestro interior. Analízate como alguien con matices, no como bueno o malo, blanco o negro.
La autocompasión se trata de reconocer que somos seres humanos con derecho a equivocarnos, pero siempre merecemos un buen trato. La autocompasión incrementa la felicidad y reduce el estrés, lo que influye en todas nuestras relaciones vitales.
Por lo mismo, la frase “trata a los demás como quieres ser tratado” en realidad debería ser “trátate a ti mismo de la manera en que tratas a los demás
¿Cómo alcanzar la autocompasión? Intenta de hablar contigo mismo como los harías con un amigo que está en problemas. No te exijas, trátate positivamente.
Finalmente, tiene los mismos beneficios que un alta autoestima, pero sin el riesgo de las caídas ocasionales, pues no nos idealizamos, sino que aceptamos nuestros errores, aprendemos de ellos y queremos mejorar.
El amor trae más amor, así que ¿por qué no empezar amándonos a nosotros mismo?