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8 Actitudes que terminarán sembrando inseguridades en los niños

Tal vez hemos escuchado por ahí que los niños son como esponjas, todo lo que miran y escuchan, bueno o malo, ellos suelen absorberlo, por eso es sumamente importante que influyamos en su desarrollo de manera positiva, que prediquemos con el ejemplo y por supuesto, que seamos un modelo a seguir para ellos.

Si bien existen estímulos positivos que los ayudan a avanzar porque los motivan, pero también hay otros que podrían marcarlos de manera negativa para siempre.

En especial los padres deben tener cierto cuidado de lo que hablan enfrente de sus pequeños y eliminar por completo algunas acciones que podría perjudicarlos.

A continuación de dejamos una lista de las 8 acciones que definitivamente no debes hacer para que tus hijos no crezcan acomplejados.

  1. Utilizar adjetivos calificativos negativos o agresivos, tales como: tonto, feo, débil, etcétera.

No es para nada recomendable que utilicemos palabras ofensivas cuando los niños no obedecen en algo, por ejemplo: ¨si no haces tú tarea serás un burro¨, ¨nada sabes hacer, parece que estas tonto¨, ¨si no te acabas la comida te harás feo¨, porque al final de cuentas sólo estarán manipulando sus ideas, mismas que sembrarán miedos e inseguridades en él. Evitar quitar por completo estos adjetivos de tu vocabulario.

  1. Compararlos con nosotros.

El ¨cuando yo tenía tu edad…¨ está de más, por favor papás ya bórrenla de su mente. Lo único que conseguirán es que el niño se exija tanto a si mismo que al final de cuentas no logrará nada y esto sólo hará que se llene de frustración e inseguridades. Dejemos de crearles barreras y permitamos que crezcan a su ritmo y a sus maneras, así no sentirá todo el tiempo que está compitiendo con el que fuiste de pequeño.

  1. Ponerle apodos en lugar de llamarlo por su nombre.

No importa que sea el apodo más tierno u original del mundo, ¡llámalo por su nombre! Sabemos que no lo hacen con mala intención, al contrario, para ustedes es como una manera de demostrarle su amor, sin embargo, al omitir su nombre y llamarle por un apodo, le están restando importancia a la identidad que el pequeño está forjando. Claro que pueden hacerlo de vez en cuando pero no a diario y a todas horas y en todos los lugares, pues es quitarle una característica única que lo diferencia de los demás.

  1. Acusar su mal comportamiento con seres que no existen.

Es muy común que cuando los pequeños se portan mal digamos que se lo va a llevar ¨el señor del costal¨, esto lo único que logrará es hacer crecer la desconfianza en él y en las personas que ama, pues no podrá entender porque sus propios padres permitirán que alguien se lo lleve y quizás lo lastime, fantasioso ¿cierto? Pero la mente del niño lo es, así que dejemos de acusar su mal comportamiento con seres que no existen.

  1. Compararlo negativamente con el progenitor.

No tienes por qué hacer partícipe a tus hijos de los problemas que hay entre papá y mamá, mucho menos confundirlos comparándolos con características negativas de alguno de los dos pues esto definitivamente no es sano para tu pequeño y además debemos recordar siempre que las comparaciones nunca son buenas, así que evitémoslas.

  1. Comparaciones denigrantes.

A veces muchos padres exigen a sus hijos excelentes calificaciones y cuando estos no las consiguen, suelen hacer comparaciones con otros compañeritos del niño, tal vez no de mala intención, tal vez sólo para motivarlos aunque cabe señalar que esto resulta todo lo contrario pues como ya mencionamos, las comparaciones nunca son buenas y algunas son muy hirientes, así que debes tener presente que en lugar de impulsar a tus pequeños sólo lograrás un retroceso en ellos y la próxima vez no se sentirán capaces de lograrlo pues estarán con el miedo de que no lo hagan mejor que sus compañeros, mejor a la próxima vez dile algo como: ¨no está mal hijo, pero sé que la próxima vez lo harás mucho mejor, eres muy capaz y confío en ti¨, lo motivaría más ¿cierto?

  1. Poner en riesgo tus sentimientos hacia él.

Pasa con frecuencia que cuando algunas situaciones respecto a los hijos se nos salen de las manos digamos: ¨si continuas haciendo (tal cosa) ya no te voy a querer¨, ¿en verdad dejarías de quererlo?, claro que no, así que elimina por completo esta frase de tu cabeza. Entiende que tu hijo es único y tiene características muy particulares que lo diferencian de los demás, no permitas que con este tipo de comentarios él deje de ser quien es y adopte actitudes de alguien más.

  1. Hacerle sentir que te avergüenzas de él.

Por nada del mundo le digas a tu pequeño ¨no me avergüences¨. Permítele equivocarse, exponer sus sentimientos y pensamientos, permite simplemente que sea él, no importa que creas que hace el ridículo, ¡déjalo! Entiende que es niño, deja que se empape de imaginación y creatividad, pues sólo así le permitirás crecer.

Sabemos perfectamente que ser padres es una labor muy difícil y complicada, pues nadie nos enseña a hacerlo, sin embargo, permite que tus pequeños disfruten la vida, permíteles equivocarse y apoya sus locuras y fantasías, finalmente son niños, en algún momento crecerán y desearás echar el tiempo atrás pero sabes que eso no es posible, así que disfrútalos y cuida mucho tus palabras frente a ellos.

Ayuda a cambiar la forma de criar a los pequeños compartiendo este artículo para que muchos padres la lean y reflexionen. 🙂

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Nadie frena a una mujer cuando sabe lo que vale y merece

mujerSonriente

Es imposible. Nadie es capaz de frenar a una mujer cuando comprende que merece mucho más y que vale más de lo que ella misma cree. Nadie es capaz de decirle lo que debe hacer, pues ella lo sabe. Es como si tuviera un pequeño motor que le impulsara a comenzar a vivir lo que se había negado a vivir antes, cuando no tenía claro quién era y qué merecía. Es como si alguien le hubiese dado un empujoncito para que comenzara a hacer lo que ella deseara y se decidiera, al fin, a cumplir sus sueños.

Cuando una mujer sabe lo que quiere no va por el mundo preguntándole a los demás qué debe hacer para poder ser feliz. No va pidiendo permiso para ser quien es realmente. No va por ahí cuestionándose a sí misma por cada cosa que hace, pues sabe lo que quiere y es plenamente consciente de cada movimiento que da y, sobre todo, sabe que esos pasos le impulsarán a lograr lo que sueña.

Así mismo, cuando una mujer sabe lo que vale comprende que hay ciertas personas que no necesita en su vida y comienza a alejarse de quienes le hacen daño. Comienza a valorar su tiempo a solas, y a dejar de lado esa absurda idea de estar con alguien sólo porque necesita compañía. Sabe qué quiere en una relación y qué no necesita, por lo que no aceptará a cualquier persona en su mundo, en su mente y, menos, en su corazón.

Cuando una mujer sabe lo que vale y merece comienza a vivir la vida, sin importarle lo que otros digan o piensen, porque lo que menos le importa es lo que opine el resto sobre su vida. Vive el día al máximo, como debe ser y no se agobia si alguien le dice que pare y que no sea “loca” e “inmadura” cada vez que ríe con todas las ganas. Tiene coraje para enfrentar a quien intente hacerle daño o la ofenda, pues tiene muy claro lo que vale.

Cuando una mujer sabe lo que vale no vive de las inseguridades. No se fija en los estereotipos ni se siente menos interesante que otras mujeres, pues sabe que todas son diferentes y hermosas en su manera. No necesita que le digan lo linda que es, pero aún así agradece cordialmente cuando alguien le hace un cumplido.

Cuando una mujer sabe lo que merece y lo que vale, no tiene frenos, inseguridades ni preocupaciones que interfieran en su camino, porque se siente poderosa, porque se ama a sí misma y porque tiene el coraje de enfrentar la vida tal como lo merece.

Porque ya aprendió a buscar su propia felicidad y a vivir su vida sin esperar que los demás lo hagan por ella.

Porque quiere ser feliz.
Porque se ama a sí misma.

Dos preguntas clave que te harán replantearte la vida. ¿Cuál es tu respuesta?

Existen dos tipos de personas, aquellos que desean una vida fácil, y los que, en vez, prefieren conseguir la fuerza para tener éxito en una difícil. A simple vista, podría parecer que la primera opción es equivocada y la segunda, correcta. Sin embargo, no está demás hacernos la pregunta, ¿seré más o menos feliz llevando una vida fácil? Y por el contrario, ¿me será más conveniente llevar una vida difícil teniendo la fuerza para sobrellevarla y llegar airoso a la meta? Si el objetivo en la vida es conocerse a uno mismo y estar consciente de lo que ocurre con nosotros, entonces claramente la segunda opción cobra más sentido. Si, en cambio, nuestra misión es vivir de manera placentera, entonces, al menos, decidir entre una de las dos posibilidades, no se vuelve tan simple como parece.

hombre cerebro
elperiodicodeutah.com

Según lo explican los psicólogos Julian Rotter y Philip Zimbardo, las personas que prefieren una vida fácil en la que el sacrificio y la postergación del placer no están dentro de las prioridades, mantienen un foco de control externo, es decir, apuntan al destino, a la suerte, y a fuerzas ajenas, como las responsables de lo que ocurra en sus vidas.

Las personas que, en vez de una vida fácil, eligen la fortaleza para sobrellevar las dificultades que se presenten en el camino, mantienen un foco de control interno, en el cual ellos son protagonistas de lo que les ocurre, ellos mantienen el poder y de ellos depende lo que pase o no pase. ¿Parece mucho más enriquecedor vivir así o no? Y, tal vez, desde la palabra, elegiríamos esta opción como estilo de vida. Pero en la práctica, ¿Somos realmente los gobernadores y protagonistas?

Aunque la respuesta muchas veces parezca evidente, repetirse la pregunta constantemente nunca está demás.

Así es como funciona la Ley de Atracción y como podemos usarla a nuestro favor

La mayoría de la gente no sabe qué fuerza realmente posee. Siempre piensa que si sucede algo sorprendente o inexplicable -en otras palabras, una especie de milagro- sólo puede ser una coincidencia casual.

Esto demuestra que estamos atrapados dentro de patrones tradicionales de pensamientos: nos empeñamos en creer que todo se rige por factores externos, en vez de crear un mundo en el que todos los factores externos sean creados por nosotros mismos y aceptar que podemos darle nuestra forma al mundo en el que vivimos.

La prueba científica de esto fue proporcionada por Richard Davidson, neurobiólogo de renombre mundial de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.). Se llevó a cabo un experimento con la participación de ocho monjes budistas cuyos cerebros fueron estudiados durante la concentración de sus pensamientos en sentimientos específicos tales como la compasión, la alegría o la felicidad. Los resultados superaron todas las expectativas de los científicos.

La actividad cerebral en el lóbulo frontal izquierdo de los sujetos (que es responsable de producir emociones positivas) superó la actividad en el lóbulo frontal derecho (responsable de las emociones negativas), algo que nunca se había visto durante una actividad mental ordinaria. El área cerebral, que se pone en funcionamiento cuando el sujeto ve el sufrimiento, también resultó estar más activa en los monjes, como si ellos estuvieran dispuestos a ayudar inmediatamente a alguien que lo necesite.

Basándose en los resultados de esta investigación, los científicos llegaron a una conclusión importante: hay una posibilidad de que la estructura del cerebro, al igual que la forma del cuerpo, se puede cambiar aplicando fuerza de voluntad. Del mismo modo que los ejercicios físicos forman los músculos, los ejercicios mentales forman la sustancia gris.

En esto se basa la ley de la atracción humana. Para hacer que funcione a nuestro favor, tenemos que entender mejor cómo nuestra mente y nuestro cuerpo interactúan entre sí.

Para lograr esto, debemos hacer lo siguiente, según el Dr. Davidson:

1. Establece una conexión específica.

Hacemos nuevas conexiones en el cerebro por medio de la adquisición y la asimilación de nuevos conocimientos. Cada vez que aprendemos algo y descubrimos ciertos hechos, creamos una nueva conexión neurológica. La memoria sostiene la conexión. Cuanto más estudiamos cierta información, mayor es el volumen de ésta que se sujeta en nuestra memoria. Luego se guarda, se asimila y pasa al modo automático.

La ley de la atración funciona de la misma manera. Si cada día durante 2 semanas te centras en una idea concreta acerca de cómo sería la mejor versión de ti mismo o acerca de cómo te gustaría verte a ti mismo, le «enseñarás» a tu mente este nuevo conocimiento y fijarás esta idea en tu memoria.

Ensayando esta «versión ideal de ti mismo», el cerebro registrará estos pensamientos proyectando hacia la realidad la persona en la que quieres convertirte en el futuro.

2. Consolida la imagen mental.

Está comprobado que cada nuevo pensamiento es causado por una reacción química de nuestro cuerpo. De esto podemos concluir que si no nos proponemos una nueva idea o emoción, seguimos sintiendo la última que fue establecida.

Cuanto más tiempo nos aferramos a un pensamiento, más mantenemos la posibilidad de su futura manifestación, ya sea un pensamiento negativo o positivo. Si nos aferramos a las formas negativas podemos romperlas mediante la introducción de nuevos y positivos pensamientos que crearán una nueva reacción química en el cuerpo.

3. Asegúrate de que tus sentimientos son controlados por tus pensamientos.

Vivimos en una sociedad donde la mente es sólo un sirviente de nuestro cuerpo y nuestros sentimientos.

Para crear nuestra propia realidad debemos eliminar la idea de tener una vida programada de forma automática y volver a programarla de tal manera que nuestra mente dirija el cuerpo y los sentimientos y, por lo tanto, el destino.

Por ejemplo, cuando sientes inseguridad en ti mismo, empiezas a pensar de la misma manera, con inseguridad. Y la mirada se torna insegura también. La mente sigue automáticamente esta condición y la inseguridad se convierte en tu estado general.

Es necesario que rompas este círculo para que tus pensamientos sean los que dirijan tu cuerpo y tus sentimientos, y no al revés. Sólo entonces podremos llegar a ser los creadores de nuestras propias vidas.

Cuando cambies tus pensamientos, lograrás cambiar tu vida.

Las 10 frases célebres de José Mujica, el ex presidente uruguayo que nunca olvidaremos

 

Uno no puede caerle bien a todo el mundo y es cierto que a veces la información que recibimos a través los medios, no es fiel reflejo de la realidad. Sin embargo, Mujica parece un hombre auténtico y la mayoría de las personas lo recuerdan con mucho cariño. 

Tal vez sea por su austeridad; Vivió durante todo el período de gestión en una chacra a las afueras de Montevideo, pudiendo haberlo hecho en la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes. Condujo un Volkswagen Escarabajo del año 1987 y dedicó el 90 % por ciento de su sueldo a proyectos de ayuda contra la pobreza.

A continuación te dejamos las 11 frases más celebres de Pepe Mujica durante su mandato entre los años 2010 y 2015.

1. No, no es pobre.

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2. Tiene un punto…

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3. Correcto…

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4. ¿Qué opinas?

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5. ¿Flojo pero decente?

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6. Sin pelos en la lengua…

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7. El fútbol siempre genera polémica…

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8. Tabaco…

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9. Sabias palabras…

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10.  La austeridad es lo normal…

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¿Y, cuál es tu favorita?

Este profesor cometió una equivocación para enseñarle a sus alumnos algo muy importante

Un profesor se gana el cariño y respeto de sus alumnos no sólo por ser el más simpático o el más permisivo, sino por los valores y enseñanzas que les deja para la vida. Yo por ejemplo nunca olvidaré a mis dos últimos profesores de español que fueron quienes me inspiraron a dedicarme a la escritura y al mundo de las letras. En fin, un buen profesor prepara a mejores personas para este mundo.

Un ejemplo de esto se ve en una inspiradora historia que ha estado dando vueltas en las redes sociales y que vale la pena ser contada. Aquí te la dejamos:

Un profesor escribió así en la pizarra de su clase:

9 x 1 = 7

9 x 2 = 18

9 x 3 = 27

9 x 4 = 36

9 x 5 = 45

9 x 6 = 54

9 x 7 = 63

9 x 8 = 72

9 x 9 = 81

9 x 10 = 90

En el salón no falto alguien que se percató del error y se burló del profesor. Al final todos comenzaron a reírse. El profesor esperó a que todos se quedaran en silencio y dijo: “Es así como ustedes ven el mundo, me equivoqué a propósito para mostrarles como nos comportamos antes algún error que cometemos.Nadie te elogia o te felicita por haber acertado nueve veces, solamente te juzgan y se ríen en tu cara por haber cometido un error”.

La moraleja es que debemos aprender a valorar a las personas por sus aciertos y no estar a la expectativa de sus errores.

¡Comparte este gran ejemplo con el resto del mundo!

10 claves que ponen en evidencia hasta al mas astuto de los mentirosos

Cómo reconocer a un mentiroso

Saber si alguien te está mintiendo puede ser todo un reto. En la mayoría de ocasiones, cuando dudas de la honestidad de otro, hay miles de pensamientos que atraviesan tu mente. Pasas de creerle a sospechar de todo lo que te dice y no logras decidir si eres tú quien juzga mal la situación o él en realidad es un mentiroso.

Te ayudaremos a descubrirlo. Presta mucha atención a estos diez factores que permiten descubrir hasta al más experimentado y astuto de los mentirosos.

1. Concordancia. Cuando alguien dice algo que no sucedió, que no piensa o no siente, su actitud corporal no coincide con sus palabras. Su cuerpo no miente, expresa lo que en realidad quisiera decir, mientras que sus palabras son medidas y poco naturales. Si desconfías de lo que alguien te dice, préstale más atención a lo que dice su mirada o los gestos de su boca que a sus palabras.

2. Posición frontal. Cuando un individuo intenta establecer comunicación franca y directa contigo, ubica su cuerpo frente al tuyo. Hacemos esto de manera automática, buscando establecer el mejor contacto posible con el otro. Pero si es un mentiroso el que busca hablarte, es posible que sin siquiera darse cuenta intente no estar 100% frente a ti. Esto indica que su cuerpo se siente protegido en un ángulo menos directo. También podrá aprovechar esta posición para evitar el contacto directo visual.

3. Rigidez. Decir mentiras es algo que tensiona hasta al más experimentado. Si sospechas de sus palabras, busca indicios de estrés o rigidez corporal. Éstos pueden revelarse incluso en la sonrisa o la mirada, que parecerán demasiado falsas.

4. Mírame muy bien. Este es uno de los signos más conocidos a la hora de detectar a un mentiroso, y es también uno de los más certeros. Gran parte de la comunicación se establece a partir de la mirada, ésta nos puede revelar mucho sobre una persona y sus intenciones. Si alguien es incapaz de sostener una mirada constante, es posible que esté diciendo mentiras. Otro signo inconfundible de los poco honestos es mover rápidamente las pupilas en todos los sentidos, o mantenerlas fijas en un punto lejano. Estos comportamientos también pueden atribuirse a la timidez o la desconfianza, pero si aparecen en alguien con quien te relacionas frecuentemente y nunca los habías visto antes en él, es posible que esté ocultándote algo.

5. Cambiemos de tema. Un mentiroso se siente vulnerable e incómodo cuando está mintiendo. Incluso si es bueno haciéndolo o tiene una mirada imperturbable, por dentro todas sus alarmas están encendidas. Seguramente buscará cambiar rápidamente de tema y pasar a otra conversación que lo haga sentir menos expuesto. No le dejes salida, insiste en el tema que están tratando.

6. Cuestión de verosimilitud. Todas la mentiras tienen sus puntos débiles. No importa qué tan bien preparadas estén, no son historias reales y por lo tanto en algún momento aparecerá el detalle que revela su naturaleza irreal. Indaga, pregunta, hazlo repetir los hechos, sé un buen detective y las pistas llegarán a ti.

7. El cuello, las orejas y las manos. Estas son las partes del cuerpo que un mentiroso tocará repetidamente si está nervioso o siente que pronto lo van a atrapar. Su cuerpo reacciona intentando distraer tu atención, quiere que te enfoques en sus movimientos y dejes de ponerle atención. Si hace esto es porque siente que está perdiendo la batalla. Tal vez es buen momento para confrontarlo.

8. Actitud defensiva. Cuando el mentiroso siente que no tiene más escape, se defiende. Si estuviera hablándote sobre algo que en realidad sucedió, no se molestaría en repetir la historia o darte todos los detalles que pides. Pero si en cambio sabe que su relato tiene vacíos y tarde o temprano saldrá a la luz alguna inconsistencia, la mejor manera de evitar que avances será defendiéndose. Si responde a tus preguntas con otras del tipo “¿por qué quieres saber eso?” o te dice “eso ahora no es importante”, seguramente está llegando a su límite y usa el ataque como defensa.

9. Tono y velocidad. Cuando alguien miente tiende a alterar el tono y el ritmo con los que normalmente habla. En la mayoría de los casos la voz puede ser más aguda y el ritmo más acelerado. Es posible que además de hablar muy rápido no vocalice bien, se salte letras o incluso palabras. Hace esto porque no se siente seguro de lo que está diciendo y quiere terminar pronto con su discurso. Frénalo un poco, pídele que repita si no entiendes…

10. Tecnología de punta. Hoy en día es mucho más fácil decir mentiras a través de una pantalla o por teléfono. Si tu sospechoso siempre quiere chatear en lugar de hablar y prefiere discutir un tema importante por teléfono, es posible que se esté refugiando en la tecnología para no darte la cara. Piénsalo: a través de la pantalla tú no puedes acceder a todas las claves de su lenguaje corporal que lo dejarían en evidencia fácilmente. Además, al escribir tendrá más tiempo para planear sus respuestas y darle solidez a su coartada, mientras que personalmente podría titubear.

¿Quieres ser mas eficiente? Entonces debes dejar de hacer estas 6 cosas

Entre estar ocupado y ser productivo hay una gran diferencia. Trabajar lo más duro posible no siempre representa el camino al éxito. A veces, trabajando menos se pueden lograr mejores resultados.

Te ofrecemos una lista de 6 puntos comprobados científicamente sobre qué deberías dejar de hacer si quieres obtener el mayor provecho de tus acciones.

1. Deja de trabajar horas extras.

Tu productividad se mantiene en nivel alto con justamente 40 horas laborales a la semana, no más. Aún en el lejano 1926, Henry Ford, el fundador de Ford Motor Company, hizo un experimento que comprobó la mayor eficiencia de tal horario.
Para aumentar la productividad también es muy importante dormir bien, lo cual está comprobado por una gran cantidad de experimentos científicos. Así en un artículo para Alternet, Sara Robinson mencionó una investigación llevada a cabo por militares de Estados Unidos: se descubrió que dormir una hora menos cada noche a lo largo de una semana provoca un daño equivalente a 0,10 gramos por mil mililitros de alcohol en la sangre.
Así que si quieres aumentar tu productividad, no trabajes de más y duerme bien, esta es la primera regla.

2. No digas que sí demasiado seguido.

De acuerdo al principio de Pareto, el 20% del esfuerzo produce el 80% del resultado, y el  restante 20% del resultado se obtiene con el 80% del esfuerzo. Concéntrate en los esfuerzos que te dan el 80% del resultado y deja de decir que sí a todo aquello que no te produce eficiencia. «La diferencia entre las personas exitosas y muy exitosas es que las personas muy exitosas dicen que no a casi todo», decía Warren Buffet.
Decir no es más difícil, pero hay un método interesante: la investigación publicada en Journal of Consumer Research en 2012 detectó que decir «no puedo hacerlo» y «no lo hago» no es lo mismo. Una simple modificación de la frase atenúa el conflicto interno y permite sentirse más seguro. Así que la próxima vez que te tengas que abstener del consentimiento, intenta decir «no lo hago» y el resultado no te hará esperar.

3. Deja de hacerlo todo por tu cuenta y permite que te ayuden.

Recuerda que siempre hay una posibilidad de pedir ayuda cuando la necesites. Es imposible hacerlo todo por tu cuenta. Si alguien puede ayudarte y hacerlo mejor, con toda la confianza deja que lo haga, además así tendrás más tiempo para concentrarte en otros asuntos importantes.
¿No le quieres confiar a nadie tu tarea, y no hay nadie para ayudarte bien? El neuropsicólogo clínico David Nowell asegura que para el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) existe el siguiente tratamiento: la persona afectada empieza a hacer más cosas y de manera más productiva cuando alguien más se encuentra en el mismo lugar que ella. Así que intenta pedirle a alguien que te acompañe para apoyarte; sin embargo, no para supervisarte.

4. Deja de ser perfeccionista.

«Cuanto más perfeccionista es el profesor, menos productivo es él mismo», cree el doctor Simon Sherry, profesor de psicología en la Universidad de Dalhousi quien llevó a cabo una investigación sobre el vínculo entre el perfeccionismo y la productividad.
Estos son algunos de los problemas que tienen las personas perfeccionistas:

  •  Gastan en una tarea más tiempo del permitido.
  •  Esperan un momento ideal para empezar. Pero en los negocios, si es el momento perfecto, ya llegaste tarde.
  •  Se pierden el panorama completo concentrándose en los detalles.

Recuerda que el momento perfecto es justo ahora.

5. Deja de hacer lo mismo: automatiza la rutina.

De acuerdo a la investigación de Tethys Solutions, varios grupos de 5 personas que gastaban 3%, 20%, 30% y 70% de su tiempo en las tareas repetitivas, dentro de dos meses ya perdían respectivamente 3%, 10%, 15% y 10% de su productividad.
Muchas veces las personas se olvidan de que el tiempo es dinero. Si entiendes que gastas demasiado tiempo en las tareas repetitivas, inventa una solución que te libre de la ejecución de las mismas o automatice la rutina. Si no logras pensar en algo, puedes contratar un experto que te ayude en eso. Es mejor gastar una cantidad de dinero que gastar tu tiempo en vano. Recuerda que el tiempo es el recurso más valioso que tienes.

6. Deja de trabajar un minuto y tómate un tiempo para no hacer nada.

Es muy importante distraerse a veces de todas las preocupaciones, salir a dar una vuelta y estar solo. Algunas investigaciones destacan que una cierta dosis de soledad hace a las personas más capaces de empatizar con los demás. Es indiscutible que un aislamiento demasiado prolongado puede perjudicar la salud, pero también necesitamos alguna cantidad de tiempo para asuntos personales (por ejemplo, los adolecentes lo necesitan para tener éxito en la escuela y en sus pasatiempos).
Es importante para nosotros encontrar un tiempo para reflexionar. A veces encontramos soluciones cuando no las estamos buscando.

Fuente: medium
Traducción y adaptación: Sonrie Para Vivir Mejor

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10 Inolvidables frases de Antoine de Saint-Exupéry

El escritor y aviador francés que le regaló al mundo «El Principito» tenía el sueño de vivir en paz, era una persona de corazón grande e imaginación grandiosa. Sus obras reflejan el gran amor que tenía por la raza humana y su fe en que podemos vivir armoniosamente en nuestro planeta. Es posible vivir felices juntos, y también es posible que la felicidad toque a la puerta de cada uno.

Sonrie Para Vivir Mejor está seguro hay mucho que aprender de este soñador con los pies sobre la tierra e imaginación en el cielo.

  1. Cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol..

  2. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen entre sí. Por lo tanto me aburro un poco.

  3. Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.

  4. Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existen ningún comerciante de amigos, los hombres, los hombres ya no tienen amigos.

  5. A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?’ Pero en cambio preguntan: ‘¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?’ Solamente con estos detalles creen conocerle.

  6. Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: «¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!», lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!..

  7. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso.

  8. Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.

  9. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.

  10. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio