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4 consejos de un psicólogo para llegar al peso ideal

El doctor Brian Wansink ha revolucionado la forma en que nos alimentamos. Eso no es decir algo a la ligera. Éste hombre es tan respetado como criticado. Vive en el mundo real y muchas veces deja de lado el estilo de vida ideal para enfocarse en los problemas a nivel macro. Sabe que no todo el mundo puede acceder a comida orgánica y natural, así como que la alimentación de la mayoría no será ejemplar en ningún momento.

Se trata de una persona muy polémica: él se ha metido a la cocina de McDonald’s, aunque logró cambiar lo que, por millones, se le daba a los niños en todo el mundo. En lugar de darles salsas de frutas, les dio frutas y cambió el refresco por leche, y redujo las raciones.

Nunca comas porciones grandes

La industria del cine cambió totalmente gracias a él. Su experimento consistió en mostrarle a la gente los dulces que consumían en bolsas de plástico transparente y ver si así se terminaban toda la bolsa. Al comenzar a llenar las bolsas vieron que no eran suficientes y compraron de otros tamaños vendiendo tres o cuatro bolsas que representaban una bolsa grande al mismo precio.

Al terminar la función se dio cuenta que quienes tenían una bolsa grande se habían terminado todos los dulces, pero el resto con distintas bolsas sólo había abierto una o dos. Esto demostró que la gente es propensa a comer menos y sentirse satisfecha si las porciones son menores.

Come con elegancia

Según el Dr. Una gran forma de comer menos y digerir de mejor manera los alimentos para no sentir necesidad de seguir ingiriendo hasta el cansancio es poner los utensilios de cocina (cuchara, tenedor o cuchillo) en la mesa cuando estamos masticando. El cuerpo y la mente comienzan a trabajar al unísono y pronto te darás cuenta que te sientes mucho más lleno con menos comida en tu boca.

Desayuna algo caliente

Uno de los grandes trucos de Brian es que comas algo caliente en la primera hora después de despertarte. Esto hará que no sientas necesidad de consumir más, así que si la fruta y leche o yogurt son parte de tu desayuno, agrega algo caliente para evitar después buscar más.

Limpia tu cocina

Si arreglas todo para que al abrir los cajones de la cocina y el refrigerador sólo veas la comida saludable, tu cerebro se obligará a hacer algo al respecto con lo que está viendo y tú comerás mucho más sano que de costumbre.

Según Wansik, este es un método realista para un mundo capitalista. ¿A ti qué te parece? Si tú conoces otras formas de mejorar tu alimentación y aún así bajar de peso no dudes en escribirnos

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6 consejos para lograr cerrar un ciclo y seguir adelante

Un ciclo es un compilado de momentos vividos, impregnados de sentimientos, agradables o no, a los cuales nos apegamos. En realidad, los ciclos de nuestra vida están interconectados, y mientras uno se está cerrando, otro enseguida se está abriendo.

El problema está cuando nuestra mente se queda atrapada en ciclos pasados, a los cuales ya no pertenecemos. Entonces, nos cerramos a la posibilidad de empezar a vivir nuevas etapas, y nos quedamos estancados: sin posibilidad de avanzar.

1. Entiende que olvidar no es lo mismo que evitar

A veces cometemos el error de no querer pensar en las cosas de nuestro pasado que nos duelen. Tratamos por todos los medios de evadir los pensamientos que nos recuerden aquellos que hemos perdido.

Pero eso es definitivamente una de las peores cosas que podemos hacer. Para poder cerrar un ciclo es necesario recordar, pues evitar lo que nos hace mal sólo logrará que aparezca más adelante.

Además, es imposible olvidar por completo: pero sí se puede recordar sin dolor.

Recordar lo bueno y agradecer haberlo vivido. Recordar lo malo, y aprender de ello. De a poco, de tanto recordar se empezará a sanar.

2. Dile adiós a la culpa

Es normal que, cuando nos enfrentamos ante el cierre de un ciclo que no estábamos preparados para terminar, nos invada un sentimiento de culpa.

La creencia de que no hicimos lo suficiente, de que tal vez, si hubiéramos hecho las cosas de tal o cual manera, el resultado habría sido otro.

Pero en este momento, debemos recordar que el “si hubiera” no existe. Hicimos lo mejor que pudimos, y si las cosas salieron como salieron, fue por algo.

Atormentarnos con lo que podríamos haber hecho sólo cercena nuestra autoestima. Debemos aprender a querernos y asumir nuestras decisiones sin culpa.

3. Perdona

Puede sonar fácil, pero no lo es, sobre todo porque tal vez esperamos una actitud de otro para perdonar. Una disculpa, un gesto.

Lo importante es entender que la decisión de perdonar es personal. Que guardar rencor a la única persona a la que hace daño es a nosotros mismos.

Por eso, si alguien te ha hecho daño y no da ninguna muestra de necesitar tu perdón, tú debes dárselo igual. Sólo así podrás soltar eso que te lastima, pues el rencor pesa dentro nuestro y nos detiene.

4. Deja de buscarle una explicación

A veces las cosas simplemente pasan porque tenían que pasar. Sin más explicación, y sin una respuesta lógica que lo justifique.

La mayor parte de las cosas que nos suceden están fuera de nuestro alcance, y no tienen que ver con algo en particular. Las cosas no siempre son “causa-consecuencia”.

Por eso, en un momento debes decidir rendirte. Dejar de buscar explicaciones donde no las hay, porque esa actividad es completamente desgastante y frustrante. Simplemente, aceptar que las cosas sucedieron y que no tenemos por qué entenderlo: sólo hay que dejarlo ir.

5. Acepta

En relación a todo lo anterior, lo más importante es la aceptación de que no podemos controlarlo todo.

De que pueden suceder cosas sin que nosotros así lo deseemos, y que no podemos hacer nada al respecto: somos humanos y como tales, estamos limitados.

Pero, tal como decíamos, los ciclos de la vida no son definitivos: se superponen y conectan. Aceptar que algo distinto puede llegar a nuestra vida y ser igual de bueno o incluso mejor, nos ayudará a salir adelante.

6. Piensa la vida como un viaje en tren

Una buena manera de dejar ir las cosas es pensar la vida como un gran viaje en tren. cada parada es un ciclo de nuestra vida, pero indefectiblemente, en tren seguirá su curso hasta la siguiente estación.

En el camino puede haber personas que viajen en el mismo tren que nosotros. Algunas se quedarán hasta el final del viaje, y otras se bajarán en la siguiente parada. No importa, otros subirán al tren después.

Nuestro destino está al final de ese viaje, y hay que tener certeza de que siempre algo mejor nos está esperando en el camino.

Este famoso psicólogo te da la fórmula para ser feliz

El psicólogo ruso Mikhail Labkovsky, durante su larga trayectoria, ha estudiado una cosa más que ninguna otra: la felicidad.

“Lo mejor en la vida es la felicidad. La felicidad es la máxima realización personal en el amor, la amistad, la familia, los niños, la profesión: todo lo talentoso que una persona es o puede ser”, dice Labkovsky.

1. Haz sólo lo que quieres hacer

Parece una regla obvia, y de hecho, es la más importante. Sin embargo… ¿Cuántas veces llegas a la hora de acostarte sintiendo que no haz hecho nada de lo que querías hacer ese día?

Muchas veces gastamos nuestro tiempo haciendo felices a los demás, cumpliendo obligaciones, o haciendo cosas innecesarias simplemente porque no nos ponemos seriamente a pensar qué queremos hacer.

Aplica esta regla a todo, desde lo más pequeño como qué comer en la cena, hasta lograr llegar a cosas grandes, como trabajar de lo que verdaderamente te apasiona.

2. No hagas nada que no quieras hacer

Esta regla va en directa relación con la anterior, y tiene que ver con afirmar una verdad irrefutable: tu vida es solo tuya.

No hagas cosas que no quieres hacer porque otro te dice que está bien así, no te dejes llevar por las presiones sociales.

Siempre va a haber alguien opinando sobre cómo debes hacer las cosas, y, dice Labkovsky, si vives haciendo concesiones
sólo ganarás una cita con el cardiólogo. Cuida tu vida, fortalece tu opinión, y no hagas nunca cosas que no quieres hacer.

3. Di lo que no te complace

Acumular emociones negativas no funciona. Estas se quedan dentro tuyo, y te lastiman. Todo lo negativo que acumulas es como un veneno que te corrompe por dentro.

Por eso, cuando algo no te guste, o no quieras aceptar, sólo dilo. No es necesario pelear: simplemente decir la verdad, y cortar de inmediato con eso que no te está agradando.

Si una actitud te ha molestado, márcala. Si te sientes incómodo en una situación, dilo.

La capacidad de construir límites y no soportar un sólo minuto de una actitud que no te gusta será útil en cualquier momento de la vida.

4. No respondas si no se te pregunta

Muchas veces las personas se dirigen a ti de cierta manera buscando una reacción. Tal vez te dicen que lo que estás haciendo no está bien así, te hacen un comentario peyorativo o hasta te insultan.

Cuando eso sucede, es porque la otra persona quiere confrontar contigo. No lo dejes. Simplemente, si no te han hecho una pregunta, no contestes. Sigue haciendo lo que estás haciendo e ignora al agresor.

Evitarás así construir un gran conflicto que el otro quiere generar.

5. Contesta sólo la pregunta

Si alguien te hace una pregunta, limítate a contestarla. No des rodeos ni explicaciones, porque suena a excusa.

Contestar exactamente lo que se te pregunta te hará ver como alguien seguro de sí mismo. Si la persona con quien estás hablando quiere saber algo más, ya te lo preguntará.

6. Cuando se trate de una relación, habla solo de ti

Nuestra relación con los demás es una parte fundamental de la vida. Las relaciones de pareja, de familia, la amistad, son relaciones que funcionan como el cimiento de nuestra vida.

Por eso, es importante cuidarlas y, sobre todo, no herir a la otra persona cuando se trata de una discusión.

Lo que recomienda Labkovsky es, en una discusión, siempre hablar de ti. No le digas a la otra persona todo lo que hace mal, sino cómo te sientes.

En lugar de echarle en cara a tu pareja que no pasa tiempo contigo, dile que te sientes solo cuando no lo ves por mucho tiempo. Hablar de ti es una manera inteligente de abordar un tema, y así podrás explicar lo que sucede sin tener que herir los sentimientos de otra persona.

FUENTE:

Quien se conoce a si mismo no teme a nada mas

Las filosofías de la India y Grecia tienen entre otras cosas algo muy importante en común: la primacía del autoconocimiento. En el oráculo de Delfos sabemos que estaba inscrito la máxima “Conócete a ti mismo” y ésta es la gran cuestión que dominó todo un quehacer filosófico en la antigüedad. Había algo místico en el autoconocimiento, como era explicado probablemente en los misterios de Eleusis, ya que conocerse a sí mismo implicaba conocer la propia alma y su inmortalidad. Conocerse era realmente descubrir un aspecto divino.

En el pensamiento védico, particularmente en el vedanta (en los Upanishad), se llevó esto a últimas consecuencias, hasta el punto de que lo único importante era conocerse a sí mismo y todo conocimiento aparte de esto era ignorancia. El conocimiento del sí mismo no era, sin embargo, como en la actualidad, descubrir el yo original que somos o desarrollar el potencial individual que nos hace auténticos -lo cual domina la espiritualidad new age. Significa alcanzar el Atman, esto es algo similar a lo que llamamos “alma”, pero en un sentido impersonal. El Atman para el Vedanta, no es una persona, es aquella universalidad infinita que se manifiesta como el mundo de la diversidad sin nunca cambiar, libre de toda afectación, muerte o sufrimiento. Atman es para el vedanta igual a Brahman, dios, lo absoluto. En otras palabras lo que se dice es que quién realmente somos es nadie, pero ese nadie es todo. Y el Atman se alcanza entonces fundamentalmente a través de una vía negativa, eliminando todo lo que no somos, todas las ilusiones de la persona con las que nos identificamos y así limitamos.

Desde la perspectiva del tantrismo Shaiva, la noción de los “Upanishad” que considera que Atman es Brahman deriva en la noción de que el individuo en realidad es el todo y es una experiencia de gozo que el todo tiene (Shiva). Si la realidad del individuo es el todo, si esto se comprende, entonces naturalmente el miedo desaparece. Ya que el miedo sólo existe en torno a un otro.

Swamiji Lakshmanjoo, uno de los últimos maestros del tantrismo shaiva de Cachemira, explica unos versos de Abhinavagupta, quien señala que “Aquel que ha logrado conocer su propio Sí mismo, esa persona ya no le tiene miedo a nadie”. Y no le tiene miedo porque “Sus ramas se esparcen por todas partes. No puedes tener miedo de ti mismo”. Desde este entendimiento ningún fenómeno es recibido con miedo, todo es visto como “el glamour de su manifestación”, el universo como un inmenso ornamento del ser que se expande y manifiesta en toda su gloria y diversidad sin preferencia. Por supuesto esto es algo sumamente difícil de lograr -estabilizar este conocimiento-. Y, sin embargo, no hay otra cosa que realmente valga la pena en la vida, según estas tradiciones. Sólo esta sabiduría libera. Aunque nos pueda parecer sumamente remota, todo los grandes maestros espirituales de la humanidad han notado esto: que el yo separado al que nos aferramos es una ilusión, que nuestra verdadera naturaleza es ilimitada y comprende el universo entero, el cual es un único ser hecho de pura conciencia y dicha.

5 Grandes afirmaciones que nos impiden ser felices

La publicidad y los valores actuales se encargan de recordarnos que somos únicos, especiales, que cada pequeña decisión que tomamos es parte de un rompecabezas que se convierte en el camino de nuestra vida, por lo que todo está conectado.
Aunque eso intenta decirnos que aprovechemos nuestra vida y busquemos sólo lo que nos hace felices, también nos obliga a vivir con la presión de hacer siempre lo que nos mueva adelante, transformándonos en personas ansiosas y a veces depresivas que creen que nunca alcanzarán esa felicidad total.

Durante nuestra vida nos mentimos para sentirnos bien con lo que tenemos, lo que somos y lo que nunca llegamos a hacer.
Sin embargo, a veces es buena un poco de autocrítica, incluso en los buenos sentidos, para recordar que no somos perfectos y no debemos buscar esa perfección, que si el destino existe, no es un camino que se recorre en línea recta, sino que hay muchos atajos y desvíos antes de llegar al punto final.

¿Cuáles son esas cosas que creemos y en verdad no son tan así?

Si tuviera “X” ahora sería feliz

Biológicamente estamos diseñados para buscar más y nunca estar realmente satisfechos. Así pasa toda nuestra vida, de pequeños creemos que es terminar la primaria o la secundaria y alejarnos de esas personas que nos molestan. Después es encontrar el trabajo que queremos, viajar tanto como soñamos, casarnos o tener hijos.

Creemos que hay un punto máximo de felicidad que llega de la mano de esos eventos, pero si así fuera, el resto de la vida sería una decepcionante ida en picada. Necesitamos dejar de creer que algo nos hará felices y simplemente buscar la felicidad mientras nuestras metas y objetivos cambian.

Si tuviera más tiempo haría lo que de verdad quiero

Mientras sigamos creyendo el mantra de “el tiempo es dinero”, no dejaremos de atormentarnos con la forma en que lo administramos. Tal vez vemos nuestro pasado y nos recriminamos por haber perdido tantos días de nuestra adolescencia sin hacer algo provechoso, pero tal vez ahora vemos que nuestro tiempo se va completamente en trabajar y que si tenemos un poco de tiempo libre, no lo invertimos en nuestras pasiones o en las personas que queremos, simplemente buscamos cómo generar más y más dinero.

 Si en realidad quieres hacer algo, lo haces y ya. No dejes que ilusiones y expectativas te impidan hacer lo que amas.

Necesito a alguien para ser feliz

La búsqueda eterna por el amor comienza desde antes de que lo sepamos, y aunque muchos quieren culpar a los cuentos y películas que amamos cuando somos pequeños, es mucho más complejo que eso. El sueño del príncipe azul o la idea de que necesitamos tener sexo para probar algo con nosotros y nuestros amigos es el primer paso en una serie de decepciones en las que el amor se disfraza de felicidad.

Claro que el amor te puede hacer feliz, pero no debemos creer que es la clave de la felicidad por más que nos lo digan. Tener una pareja ayuda muchísimo, pero mientras más entendamos que la felicidad debe surgir de uno mismo y no de la condición de estar con alguien más, las relaciones verdaderas mejorarán y la gente se hará menos daño.

Todo lo que me sucede es malo

Hay buenos y malos momentos en la vida. A veces podemos ser muy felices incluso cuando todo parece ir mal y otras veces la tristeza se apodera de nosotros cuando todo es perfecto. No debemos creer que nuestra vida es un completo desastre del que no hay escapatoria o que por fin tenemos la vida deseada que siempre quisimos.

Hay algo seguro en la vida y es el cambio, siempre estamos en constante movimiento y es mejor aceptarlo que negarlo. Si un día te sientes en el punto más bajo de tu vida, recuerda que es momentáneo y que las cosas cambiarán

Si digo o hago algo, los demás pensarán mal de mí

La triste realidad es que hay muchas personas que se dejan llevar exclusivamente por lo que otros dicen o esperan de ellos. Parece muy fácil negar eso, decir que nunca cambiarías tu vida por las expectativas de amigos o parejas, pero el poder de la familia en este sentido también es muy poderoso.

Hay gente que estudia algo por la presión de sus padres, que se queda con una pareja por lo que los demás esperan y que nunca se mueve de su ciudad por miedo a enojar a alguien más.

Debemos vivir de la mejor manera posible, fieles a nosotros mismos y sin miedo de fracasar, sólo así podremos entender que muchas veces lo que nos paraliza por años no es más que una nimiedad ante lo que realmente podemos alcanzar. Claro, nunca dejes de preocuparte por los demás, ayudar y apoyarte en ellos.

La edad a la que empezarás a cuestionar toda tu vida

Casi todos hemos escuchado sobre las crisis de mediana edad, cuando las personas se sienten extremadamente presionadas por sus responsabilidades laborales, y en algunas ocasiones sus responsabilidades como padres o esposos.

Esto a veces los lleva a tomar decisiones apresuradas y a sufrir cambios dramáticos de personalidad.
Pero este tipo de crisis de identidad no afecta solo a las personas de mediana edad. De hecho, los expertos están observando que cada vez más personas menores de 30 años están sufriendo de lo mismo, y lo han llamado la “crisis del cuarto de vida”.

Según los especialistas, se define como un periodo de inseguridad, dudas y decepciones con respecto a tu carrera, tus relaciones y tu situación financiera. Estas dificultades provienen de los cambios relacionados con la transición de la adolescencia a la adultez y todas las responsabilidades que esto implica, como la adquisición de una vivienda y el futuro de tu carrera laboral.

Si crees que estás sufriendo una crisis de cuarto de vida o temes que podrás sufrirla, esto es lo que los especialistas te recomiendan.

Deja de compararte con los demás

Esta es una forma segura de sufrir decepciones. Cada quien tiene su camino y su propia forma de alcanzar el éxito. Así que no te compares con los demás, ellos probablemente han sentido lo mismo por ti alguna vez.

Sé amable contigo mismo 

Esta crisis no durará para siempre, serás capaz de superarla y al final seguro resultará una experiencia positiva de la que saldrás fortalecido.

Habla con los demás 

Hablar con los demás sobre lo que sientes te ayudará a encontrar la causa y a calmar tus emociones. Lo ideal sería tener el punto de vista de alguien imparcial, que tenga experiencia en tu industria profesional.

Por supuesto, no todas las personas sufrirán una crisis de cuarto de vida, pero si tú la estás sufriendo o conoces a alguien que la sufre, es importante saber que es un periodo pasajero que, aunque sea difícil, te ayudará a encontrarte a ti mismo y darle dirección a tu vida.

8 claves para superar los tiempos difíciles

Los tiempos o momentos difíciles son eso: momentos. Así como han llegado, en algún plazo más o menos largo, se irán o bajarán su intensidad. ¡Por eso siempre hay que seguir adelante! Aquí podrás ver algunos consejos para ayudarte a atravesar este aprendizaje que la vida te ha puesto adelante para demostrarte que la vida es única y está ahí esperando que la disfrutes en cada minuto que te regala.

1. Distráete

A veces, cuando estamos mal, malhumorados o tristes, no hay nada que pueda sacarnos de ese estado. Por eso, lo mejor es pensar: ¿qué es lo que me haría sentir mejor? ¡Y hacerlo! Puede ser comer algo rico, visitar un amigo, ir a pasear en bicicleta, dormir, mirar una película, ¡o cualquier cosa! Lo importante es desconcentrar la atención que tienes puesta en lo que no anda bien, no porque eso vaya a desaparecer, sino para darte un poco de aire y amor a ti mismo.

2. Acéptalo

Sí, acéptalo. No siempre todo sale como queremos. A veces la vida tiene un aprendizaje para nosotros y a veces no es desde el amor, sino desde el dolor. Negarlo no nos hará atravesarlo. Sobredimensionarlo, tampoco. Aceptarlo es un proceso que puede tomar tiempo, pero es el mejor camino para entender qué podemos entender de esto que nos pasa, crecer y seguir adelante más fortalecidos.

3. Rodéate de quienes más te quieran

Si estás un poco triste, o atravesando un momento difícil, tus amigos, familia y/o pareja serán tu mejor compañía. Ellos te conocen, y saben cómo ayudarte a sobrellevar esto. Pídeles ayuda, aunque ya sea solo salir distraerse un poco, o darte ese abrazo que necesitas.

4. Date permisos

A veces nuestra propia sobreexigencia puede hacer que querramos seguir haciendo todo lo que solemos hacer, y con la misma energía, ¡cuando no nos sentimos así! Los tiempos difíciles a menudo son momentos para hacer silencio, detenerse, mirar hacia adentro, y permitirse estar mal, no tener tantas ganas de hacer algo, querer estar solo, o cualquier otra cosa.

5. Piensa paso a paso, día a día

La mejor manera para destrabar algo que parece muy pesado de atravesar es pensar día a día. Concentrarse en cada momento, en cómo poder hacer un esfuerzo para estar mejor hoy. La práctica de meditación, en eso, puede ayudarte.

6. Prueba nuevas experiencias

A veces, una buena manera de romper con una «mala racha» es literalmente romperla. Esto quiere decir, hacer algo por fuera de lo habitual. Comenzar una actividad nueva, irse de viaje, probar un nuevo sitio donde ir a pasear, etc. Nuevas experiencias te ayudarán a tener más perspectiva y ver las cosas de otra manera.

7. Observa

Mira a tu alrededor. Observa tu vida, tu familia, y todo lo que te rodea, también material. Todo nace y luego muere, es un ciclo. Y por eso, esto que hoy tanto te aqueja tiene fecha de vencimiento. Verás que pronto pasará y volverás a sentirte bien. ¡Adelante!

Señales para detectar que estás siendo manipulad@

¿Alguna vez te ha pasado que aunque tenías muchas ganas de hacer algo otra persona logró cambiar tu parecer como «por arte de magia»?
¿O que te sentiste culpable porque opinaste diferente a otro? Quizás te haya pasado algo así, o no. Pero en ambos casos, es importante que sepas que puedes estar frente a un comportamiento manipulador.
Esto puede darse en cualquier ámbito y relación: en una pareja, al interior de la familia, entre amigos, en el trabajo, etc.

En general, una persona con un comportamiento manipulador es tan seductor o persuasivo que puede incluso controlarnos sin que nos demos cuenta directamente. Por eso, en esta nota podrás conocer algunas señales para estar atento y aprender a reconocer si se nos presenta en la vida.

1. No estás haciendo lo que quieres

Una de las cosas más cercanas a ti mismo que puedes reconocer para darte cuenta de que alguien está teniendo un comportamiento manipulador contigo, es frenar y registrar si es que estás sintiendo cierta incomodidad. Puede ser que estés haciendo algo o comportándote de cierta manera sin comprender por qué. Solo preguntándote si lo que estás haciendo es lo que realmente quieres ya estás dando un paso hacia tu propia determinación personal.

2. Sientes miedo, responsabilidad o culpa

Una de las primeras señales que puedes advertir para reconocer que alguien está teniendo un comportamiento manipulador es la propia sensación de miedo, culpa o responsabilidad al no actuar de acuerdo a lo que esa persona espera o desea; incluso a veces llegando a «traicionar» tus propios principios o convicciones, o hacer cosas que no querías. Esto es muy importante porque siempre tienes que defender tu derecho a pensar y sentir como tú mismo eres.


3. Dudas de ti mismo

Si te sientes confuso y comienzas a dudar de lo que crees, piensas y quieres para ti, detente. Una persona con ese comportamiento puede mentir, omitir información o amoldar las circunstancias para que hagas lo que quiere. Incluso es común que te inciten a tomar decisiones apresuradas, tomándote por sorpresa, en situaciones inoportunas o dentro de su terreno de seguridad. Sea como sea, siempre confía en quién eres.

4. Te sientes «desnudo/a» emocionalmente

Por lo general, una persona con ese comportamiento sabe reconocer fácilmente los puntos débiles de una persona y no dudará en apelar a ellos como una manera de lograr lo que se proponga. Por eso, si sientes que el otro está dando justo en tus aspectos íntimos o personales y tú eso no lo percibes como una manera de ayudarte, sino que te está dejando aún más vulnerable, puede que estés frente a alguien con el que debas replantearte si quieres seguir estando.

Actitudes que te ayudarán a detectar en el otro un comportamiento manipulador

  • No asume su responsabilidad. Suele culpabilizar a los demás. 
  • Va cambiando de opinión y forma de actuar de acuerdo a dónde está o en qué situación se encuentra.
  • Puede ser muy lógico, muy seductor o muy carismático. 
  • Se enfada si no los demás no responden de la manera que quisiera. 
  • Puede victimizarse. 
  • Sabe utilizar los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades.
  • Gusta de mostrar superioridad. 
  • Puede mentir o falsear las cosas. 
  • Es egocéntrico. 
  • No admite críticas.
  • No es empático.
  • Sus demandas son imperativas.
  • En una relación pueden ser celosos y/o controladores.

¿Qué hacer?

Lo más importante para hacer frente a estas situaciones es estar en conexión con nosotros mismos, desarrollar nuestra propia seguridad, delimitar lo que queremos y lo que no queremos que entre en nuestra vida, y actuar con determinación. Eso no implica perder ningún vínculo, sino, por el contrario, hacer crecer los que nos nutran y vengan desde el amor genuino, y aprender a separarnos de los que no.

Si crees que te está costando poder reconocer o superar estas situaciones, pide ayuda a un profesional. Estas cosas pueden cambiarse y estás a tiempo de hacerlo.

 

5 Consejos para transformar el enojo en algo positivo

Hay situaciones que pueden afectarte mucho. Puede ser algo que te haya pasado en el trabajo, con un amigo o amiga, con tu familia, con tu pareja, contigo mismo o bien algo que haya pasado en tu comunidad con lo que no estás de acuerdo. O tal vez las cosas simplemente no salieron como tú esperabas o te lo habías imaginado.
La ira, el enojo y la frustración son la respuesta más común. Sentimos impotencia, bronca, decepción. Y de alguna forma, eso tiene que salir y expresarse porque si no emerge queda en nuestro interior y puede generarnos estrés, angustia, tensiones, o incluso enfermedades físicas.

Pero, ¿cómo hacer para expresarlo sin dañar a otros o incluso a ti mismo? ¿Es posible transformar lo negativo en positivo? ¡Sí! ¿La clave? Saber cómo y hacia dónde canalizar. 

El enojo, la ira, la frustración y cualquier otra emoción tienen entre sí algo en común: son energía. Lo que pasa es que a diferencia de otras, lo que nos generan no es bienestar si no todo lo contrario. 

Pero como si se tratara de una corriente eléctrica puedes cambiar el polo: de negativo a positivo. Ten en cuenta estos consejos y aprende cómo afrontar esto.
Siempre recuerda que a pesar de que te moleste, todo viene con un aprendizaje para ti, aunque quizás ahora no puedas verlo. Todo sucede en el momento correcto y preciso, y aún lo que más te molesta contribuye a tu crecimiento. No lo olvides. 

1. Sal a tomar aire

Desde tiempos muy antiguos, el contacto con la tierra siempre fue una descarga y también carga energética. Por eso si te pasa algo así, sal a buscar un poco de aire fresco, pasea, mueve tu cuerpo, duérmete una siesta en el césped, deja que el sol te alumbre en el rostro. Verás que la naturaleza tiene algo casi mágico. Puede ayudarte a descargar esa energía densa, limpiarte y cargarte de positividad.

2. Escribe

A veces si estas enojado o tienes muchas cosas en tu cabeza, puedes usar la escritura como catarsis. No pienses mucho, solo toma una hoja y escribe todo lo que dirías, todo lo que te molesta, todo. Tómalo como un ejercicio de liberación.

3. Canta

Otra cosa que puedes hacer es poner tus canciones favoritas y cantar como si nada te importara. Saca la voz, transforma el impulso interior fuerte e intenso para cantar lo que más te guste y de mejor humor te ponga. Hazlo en tu casa, tranquilo, baila si quieres también, o hazlo bajo la ducha así además te quitas de encima todo lo pesado.

4. Medita imaginando algo positivo que podría suceder ahora

Si eres de los que prefieren cuando les pasa algo así, volver hacia dentro, puedes canalizar tu bronca o frustración a través de la respiración y meditación. Esto te ayudará a serenarte y distender tu mente para clarificar los pensamientos y aliviar las emociones intensas. Intenta visualizar la forma en la que quieres que se desencadenen las cosas de ahora en más, para que la situación se resuelva.

5. Distráete con algo que te guste y/o haga bien

La ira y la frustración son emociones y por lo general tienen «picos», no son constantes. Si dejas que pase el primer momento, verás cómo después las cosas ya no te parecen tan oscuras como antes. Sal a correr, mira una buena película, ordena tu casa, pinta, toca algún instrumento, o lo que quieras. El arte siempre es una buena forma de canalizar lo negativo y transformarlo en algo bello.